La gloria a 40 minutos (79-71)

Unicaja-Valencia Básket

El Unicaja domina durante 40 minutos al Valencia y se gana el derecho al tercer partido el próximo miércoles.

Smith (20 puntos) y Omic (12 y 10 rebotes) dominan la escena.

Omic y Suárez se abrazan tras el partido. / Fotos: Javier Albiñana
José Manuel Olías

01 de abril 2017 - 02:05

Un Carpena incandescente, un equipo que se siente fuerte y que se ha creído desde hace un mes que es posible ganar la Eurocup y otro que ve cómo puede escapársele un título que quizá haya merecido por regularidad. Una mezcla que llevó a la victoria del Unicaja (79-71). Está el Unicaja más fresco, con ideas más claras que el Valencia en esta final. Ayer se pudo celebrar un título, pero el equipo malagueño se ha ganado el derecho a pelearlo en 40 minutos a fuego en La Fonteta el próximo miércoles (20:30 horas), con toda la presión para un rival y la gloria a un solo triunfo. Es, como no podía ser de otra forma, una final de mucha presión, altamente física y con poco espacio para el brillo, entre dos equipos de nivel de Euroliga. Es, no obstante, una gran final.

El Unicaja no tiene en este duelo la mejor versión de su jugador más desequilibrante, Nemanja Nedovic, que ha firmado un inicio parecido al de la serie ante el Bayern, sin mucho peso. Pero ha crecido el colectivo, la confianza general. Salen secundarios de los que ya se había abjurado, caso de Jamar Smith, en su mejor partido como jugador del Unicaja, con 20 puntos y cinco triples en un momento de combustión en la segunda parte. Entra Okouo y ofrece otro relevo de calidad. A Omic le ha caído el rol de protagonista de la obra tras la lesión del principal. Y se come el papel (12 puntos y 10 rebotes). Así, Alberto Díaz, el corazón de este equipo, con una aparición capital en el tercer cuarto cuando el Valencia había cambiado el aire. Siete puntos, cinco asistencias, cuatro rebotes y dos robos. Soberbio el pelirrojo, como el capitán, Suárez, para dar tranquilidad cuando hacía falta. Como Brooks, que puso piedras para apoyarse en la escapada de la primera mitad. O Dani Díez, con un par de canastas oportunísimas. Y Fogg, también, por supuesto.

En fin, un cuadro pétreo a los mandos de Joan Plaza, que está siendo superior en esta final al mejor entrenador de la competición, Pedro Martínez. Se ve al técnico del Valencia con cierto nerviosismo, con cara descompuesta en algún momento. Durante 70 de los 80 minutos de la eliminatoria ha mandado el Unicaja, de ahí lo de que se podía estar festejando el título. Ha costado siete intentos, cinco esta temporada, pero se ha ganado al Valencia. Y aunque la distancia entre los dos equipos ha sido enorme durante el grueso de la temporada, ahora no existe. Los dos están a la misma distancia de un título, a 40 minutos sólo de un trofeo y de volver a la Euroliga. Con un factor esencial, el cancha, a favor del Valencia. Pero con dinámicas y tendencias inversas.

Desde el minuto 2 el Unicaja dominó por una diferencia nunca inferior a los tres puntos. Nedovic estuvo fino al inicio para crear ventajas y puso cimientos para irse (10-3), aunque después apenas se vio al mejor serbio, que igual tiene reservado el mejor show para la final de finales. Omic ya ejercía un dominio tremendo bajo los aros, acabaría en un doble doble. Dominaba el Unicaja, que amagaba con marcharse (21-11), pero el Valencia apretaba (21-18). Estiraba Smith, pero el rival nunca se va, es su mejor virtud dentro de su seria estructura (31-27). Pero la irrupción capital de Brooks, colosal en los dos aros, para meter un triple sobre la bocina del descanso (43-34) daba la diferencia justa y merecida. El dominio en el rebote (24-11 al descanso, 40-24 al final) explicaba gran parte de lo que pasaba.

Salió mejor el Valencia (parcial de 0-6 de entrada) tras el descanso, pero Alberto Díaz cambió el sino del partido cuando el rival tenía bola para empatar. Robó un balón y dejó una bandeja. El resultado fue un parcial de 12-0, con Smith en combustión (55-40).

En ese equilibrio de fuerzas el Unicaja salió vivo. Quemó sus balas el Valencia, seguramente ya pensando en el nivel físico de lo que habrá en La Fonteta el próximo miércoles, un campo de minas. Tuvo orgullo el equipo valenciano, que perdió por 16 (64-48), pero se llegó a colocar a siete puntos (78-71) en un arrebato de un San Emeterio al que el Unicaja está conteniendo muy bien. En medio, una técnica a Pedro Martínez, un vacile de Sato a la afición. El Unicaja está a 40 minutos de un título. Y sudará sangre para lograrlo.

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