El gozo del huracán Tyson Carter
"Para los aficionados del Unicaja, hubo una gran atmósfera, estábamos muy emocionados por volver a jugar en casa y jugar enfrente vuestra, fue divertido, nos lo pasamos increíble", decía tras el partido
El show ante el Casademont Zaragoza
Los gritos de "MVP, MVP" retumbaron en el Carpena en varios lances del partido del sábado ante el Casademont Zaragoza para elogiar la figura de Tyson Carter. El americano va abriendo progresivamente el tarro de las esencias. El jugador más joven (24 años) de la plantilla, Mario Saint-Supéry aparte, es junto a Dylan Osetkowski, el que le antecede (26), quien tiene seguramente el techo más alto por margen de progresión en el plantel confeccionado por el Unicaja. Si en otros puestos se intentó amarrar rendimiento seguro para estabilizar un rendimiento que no existía, con ellos había una mayor incertidumbre, siendo jugadores que venían de Euroliga y en los que se confiaba que crecieran en Málaga. Es el tipo de jugador de alta calidad al que puede optar el Unicaja en su coyuntura, sin certeza 100%. Pero ahí estuvo la apuesta de Juanma Rodríguez, con el visto bueno de Ibon Navarro, que va saliendo.
"Para los aficionados del Unicaja, hubo una gran atmósfera, estábamos muy emocionados por volver a jugar en casa y jugar enfrente vuestra, fue divertido, nos lo pasamos increíble", decía tras el partido ante el Casademont el jugador de Starkville en el vestuario del Carpena en imágenes que distribuía el club. Tiene un lenguaje corporal algo frío, es lo que mostraba en sus primeros compases. La llegada de Kendrick Perry, pieza capital a nivel de vestuario, le ayudó en su integración y ahora ya muestra estar pletórico. Un sector del Carpena le caló rápido en su primera vez en Málaga en aquel partido ante el Lavrio en el que salió ovacionado. El idilio va hacia delante.
Carter está sorprendiendo porque defensivamente se está ganando cada minuto en pista. Es agresivo en el 1x1 contra el hombre de balón. Se le está exigiendo que rinda. En Badalona hubo un momento esencial, en el que Ibon Navarro le da un descanso después de que estuviera dominando. No sale igual de enchufado. En Valencia hubo una situación similar. La respuesta de Carter fue muy distinta. Siguió enchufado atrás y metió dos triples que fueron dos rejones para el equipo taronja. Se pierde algo más en defensa de balón y a la hora de pasar bloqueos, pero va entendiendo lo que se le exige para ser un jugador importante en Europa más allá del evidente talento ofensivo que muestra. En Dijon acabó el partido como base, en un momento ya de bajada de brazos, y no resultó muy positivo, pero no será extraño verlo en esa situación. También le dio Ibon la última jugada del segundo cuarto subiendo la bola.
Ver la evolución de un jugador especial también es una forma de disfrute del espectador. Plantearse ahora si estará aquí el año próximo no reporta gran beneficio. El Zenit tiene derecho a repescarle, aunque hay que ver en qué situación quedan los equipos rusos y la voluntad de jugador. Su físico liviano puede perjudicarle, pero dar este nivel en ACB ya es un salvoconducto para los equipos de Euroliga. Mientras tanto, toca gozar del huracán Carter.
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