Gran Canaria - Unicaja: La moneda ahora sale cruz (91-89)
Una canasta sobre la bocina de Albicy condena al equipo malagueño a la tercera derrota consecutiva en la Liga Endesa, que complica el horizonte
Así te contamos el partido

La moneda ahora sale cruz. Dos finales consecutivos adversos bastante dolorosos ante el Madrid y en Gran Canaria para el Unicaja. Después de ser ligeramente inferior e ir a remolque ante un rival muy acertado, el cuadro malagueño se fabricó la opción de jugar una prórroga. Perdía por siete puntos en el último minuto pero un robo de Kameron Taylor y una canasta a 2.5 segundos, después de dudar si acometer el triple con dos abajo, tras nueve puntos consecutivos de Carter igualaba el duelo (89-89). Tras el tiempo muerto de Lakovic, la jugada, confesaba el esloveno que no era la que había planeado, salió para que Albicy aprovechara una duda defensiva para botar, deshacerse de Alberto, que esta vez erró en lo que es súper élite, y Taylor y encarar el aro sin oposición anotando mientras la bocina sonaba. Un jarro de agua fría importante que pone al Unicaja en una situación muy poco frecuente en esta época dorada, con tres derrotas consecutivas, aún con un calendario bastante complicado hasta el final de la competición. El cuarto puesto ya no está tan amarrado mientras se marchan los tres primeros.
Salvo el paréntesis glorioso del pasado mes de febrero, suele ser tierra hostil el pabellón insular. Una vez más lo fue este domingo (91-89). El Unicaja no pudo frenar a un rival en una emocional alta, que 36 horas antes estaba jugándose la vida en la Eurocup, anotando una canasta en el último segundo para ganar. Repitió la historia día y medio después y el Unicaja no pudo rebasarle en energía, intensidad y acierto pese a esa carga. El nivel del equipo ha descendido en este tiempo tras el título, no le impide ser competitivo hasta el final porque la calidad y el orgullo existe, pero hace un punto falta más para vencer en la complicada pista amarilla ante un contrario en el que hay varios jugadores a los que se les da especialmente bien enfrentarse al cuadro cajista, véanse Shurna, Brussino o, nuevo añadido esta temporada, Conditt. Ha firmado sus dos mejores actuaciones esta campaña contra el Unicaja.
No hay señales especialmente alarmantes del Unicaja, más allá de la necesidad de victorias, que marcan mucho los análisis, y una obvia distancia con su mejor versión. Le falta frescura y lucidez, pero, de hecho, probablemente sus dos mejores actuaciones tras la Copa han sido estos dos últimos partidos ante Madrid y Gran Canaria, más la victoria ante el Galatasaray, por el calado de los rivales. La cancha amarilla es una en la que no es una tragedia perder, se ha caído en momentos de plenitud. El rival estuvo de cine, fue superior, pero ofrecer un 10% menos en la jungla ACB puede costar muy caro y han llegado tres derrotas para cerrar un marzo de supervivencia antes de los tres meses finales de competición. No se ha roto nada, pero el horizonte ahora no es tan plácido en ese reto verbalizado por el equipo de llegar lo más lejos posible en la Liga y pelearla.
Como suele suceder en la resaca copera, el inicio no fue bueno, el Gran Canaria comenzó haciendo daño aunque un par de triples de Osetkowski y unos buenos pases de Carter igualaban la balanza en el primer cuarto (23-23). También llegaban quizá los mejores minutos de Olek Balcerowski en la temporada. El polaco, homenajeado antes del partido en la cancha donde se formó como jugador, estuvo muy bien en los continuaciones, explotando virtudes, anotando y sacando faltas. Con algún error en el rebote, pero también bien atrás. Metía demasiadas canastas fáciles el Gran Canaria, con errores de comunicación. Es un conjunto que castiga mucho cada error del contrario. También contaba con el colchón del rebote de ataque, que implica también la imposibilidad de correr. Se aguantaba, no obstante, el Unicaja en el partido (46-43).
La salida tras el descanso fue deficiente, una vez más. Esa falta de concentración no es frecuente en este equipo y sí es un evidente punto de mejora. Había momentos de estar a merced del rival, pero siempre encuentra algún jugador con el que agarrarse al partido el Unicaja dentro de la estructura tremendamente sólida que ha construido. Tras estar ocho abajo y un parcial abierto de +7, una buena jugada que acababa con tapón de Conditt sobre Djedovic empujaba la piedra montaña abajo. El acierto del Gran Canaria en el último cuarto era tremendo, rozaba los 10 puntos de ventaja y con ocho llegaba a los dos minutos finales. Tyson Carter negó la derrota con nueve puntos (dos triples y tres tiros libres de una falta) y Taylor robó e igualó a falta de 2.5 segundos. Pero llegó esa definición del partido, no se puede decir que inmerecida por lo que se había visto, con la canasta de Albicy. Lejos de ese punto celestial en el que no se puede habitar toda la temporada, el Unicaja tiene ahora una semana para entrenar, recomponerse y limpiar la cabeza.
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