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La buena relación y química en el equipo ha sido señalada por jugadores y técnicos como esencial para la buena marcha del Unicaja en las dos últimas temporadas. Desde dentro se apuntaba como una de las claves para que Tyson Carter se desarrollara y cogiera confianza la figura de Kendrick Perry, que ejerce de hermano mayor del escolta de Mississippi. Este lunes escribía en redes Perry un mensaje que era interpretado de manera muy positiva por los seguidores del Unicaja. Una foto suya con Carter y “el show continúa”. Después terciaba con otro “es todo especulación” en tono de humor. Pero parece claro que el fino jugador americano seguirá otra temporada en Málaga después de que su cláusula de rescisión se elevara el pasado sábado, cumplido el plazo, a por encima del millón de euros desde los 250.000 euros que había desde que acabó la temporada 2023/24.
Aunque el deseo de Carter era saltar a la Euroliga, al menos hasta ahora no había habido ningún equipo dispuesto a pagar su cláusula. Un año más en Málaga, como le aconsejó Ibon Navarro antes de marcharse de vacaciones, puede ser ideal para que culmine esa adaptación al rol de base para llevar el ritmo de los partidos, posición en la que se ha desenvuelto con alguna frecuencia pero en la que puede coger más peso y es ahí donde los clubes de Euroliga, que le han seguido, le ven más desarrollo. El club malagueño intenta ahora mejorarle las condiciones del contrato a cambio de que no quede libre el próximo verano y tener algún vínculo con él, pero en el tejado del jugador está tener esa seguridad de más tiempo de contrato o la libertad plena para salir al mercado sin cortapisas el próximo verano. El Unicaja tenía visto un sustituto que gustaba en caso de que Carter saliera, pero la primera opción era el fino chico de Mississippi, que seguirá una campaña más.
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