Otra piedra más (85-76)
Herbalife Gran Canaria - Unicaja Baloncesto | Crónica
El Unicaja pierde ante el Gran Canaria en un duelo donde es inferior gran parte del encuentro
Eriksson, con cinco triples, decisivo
La lesión de Boatright, otro quebradero de cabeza en la posición de base
Semana severa para el Unicaja, seguramente la más dura de la temporada. Tras la hecatombe de Berlín, agravada tras la declaraciones de Bertomeu, sumó otra derrota en las islas. La cuarta en los seis partidos que se jugaron desde la Copa. Le pasó por encima un renovado Gran Canaria (85-76), con el tanque lleno de gasolina. Las derrotas en ACB, ya único terreno fértil, ahora escuecen más.
Los de Luis Casimiro dieron sensación de inferioridad tras la eclosión de Eriksson, letal de nuevo ante los malagueños. El desafío para el manchego es sideral en un momento peliagudo. Tiene que levantar a un equipo cuesta abajo y que debe encontrar motivación a jugar una vez por semana. Además, puede que sin el caramelo de la Euroliga. Un partido ganable que se escapó, quedando ahora 11 por delante.
Salía el Unicaja con otra actitud. Ponía intensidad Boatright en la primera línea de batalla, era un fiel ejemplo de las ganas de redención tras el patinazo en Berlín. Wiltjer, uno de los señalados en la debacle europea, hacía lo que mejor sabe hacer. Lo que no se le cuestiona. Nueve puntos del canadiense le daban la bienvenida al alto nivel a Balcerowski, coetáneo de Morgan Stilma y al que Pedro Martínez le tiene fe. Los malagueños estiraban primero (5-11).
Se reponía el Gran Canaria, que subía varias líneas su defensa, made in Pedro. Había fundido a negro en los de Luis Casimiro, que no encontraban fugas en la zona amarilla. Apenas una canasta y un pase de Suárez. Entraban en combustión los locales, con Eriksson a la cabeza. Cinco canastas, dos triples muy lejanos, del sueco, que presumía de muñeca de seda. Ya ajustició en la Copa de Vitoria en 2017. Del 11-15 se pasaba al 34-22. Los canarios habían ensartado un parcial de 23-7 que le cambiaba el signo al partido.
El Unicaja acumulaba pérdidas (ocho en 14 minutos) y mostraba escenas desalentadoras recientes. La salida del fino alero daba algo de asueto. Los malagueños se reponían y volvían a anotar con algo de continuidad para engancharse a un partido que se iba. Faltaba tino. Díez fallaba un triple liberado para acercarse a cuatro tras rondar la decena de desventaja. No entraban y en el otro aro Wiley, superior a Shermadini y Lessort, volvía a abrir hueco al descanso (49-36).
La mala noticia la ponía Boatright, en una acción que era una metáfora de la realidad que vive el club de Los Guindos en el último mes. El base quería desequilibrar a Tillie, se le escapó el balón y al ir a recuperarlo, Xavi Rabaseda cayó en su tobillo izquierdo. El estadounidense tenía evidentes gestos de dolor y precisaba de ayuda para irse a los vestuarios. No jugó más.
Mejoró la defensa malagueña, permisiva como viene siendo costumbre. Ayudaba a los buenos porcentajes locales. Lessort, siempre competitivo, se multiplicaba para recortar. Cinco puntos del francés acercaban, pero faltaba consistencia para dar el sorpasso. Wiltjer metía, pero también permitía atrás. Más por menos, menos. Se marchaba al banco y hablaba enérgicamente con Casimiro y Cañete.
El joven Balcerowski ponía la máxima (60-47), donde encallaba el Gran Canaria. Dos triples de Salin ayudaban a enlazar un parcial de 0-10 para recuperar vida (60-57). Había partido a 12 minutos de la conclusión. Lo detenía Pedro Martínez en el momento justo. Se diluía ahí el Unicaja, incapaz de jugar buen baloncesto sin picos desde hace meses. Hannah aparecía, dos puntos hasta ese momento, para marcar terreno y apagar el fuego (69-59).
Se cerraban los aros para ambos equipos, que disputaban un partido que ponía en juego una victoria y algo más. Los dos necesitaban una alegría. Metió un triple Milosavljevic que daba esperanzas, aunque tras un fallo de Díez para meter miedo Eriksson daba doble réplica. 75-62 y medio partido con el sello del alero sueco, que llevaba un tercio de los puntos del Gran Canaria. Daba alcance de su impacto en el duelo.
No se abandonó el equipo y eso es loable horas después de una de los palos de la temporada. Pero la manta sigue corta, no le da al Unicaja. Inferior en Gran Canaria, dando otro paso atrás.
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