Entre la indignación y el orgullo
Satisfacción por la imagen ofrecida ante el Barcelona, aunque lamento por el arbitraje
Mirando hacia dentro, cosas mejorables dentro del partidazo que se realizó
Se focaliza en la última jugada de los 40 minutos del Barcelona-Unicaja, esa canasta de Abromaitis en la que no se concede adicional pese a que hay un contacto de Brandon Davies y un agarrón de la camiseta. Se alude en la defensa de los colegiados la "accidentalidad", que no hay voluntariedad y que es un enganchón. Un criterio difuso que puede ser empleado de manera, ninguna mejor dicho, arbitraria. En cualquier caso, con honestidad, el agarrón es complicado de ver en directo y no entra dentro de los supuestos que entran en el uso del Instant Replay. Sí es más discutible el contacto en el aire de Davies con Abromaitis.
Hay más detalles del arbitraje que chirriaron. Nada nuevo en un partido contra un grande en estas instancias, como recordaba Nedovic. En el seno del Unicaja no se entiende que se piten como técnicas por simulación a Alberto Díaz y Adam Waczynski las faltas en ataque que recibieron cuando el Barcelona peleaba por remontar. Después de que se señalara la primera de Pustovyi sobre Díaz, en el siguiente contacto en el que el malagueño forzó una situación así, especialidad de la casa, ya se le advirtió de técnica. Cuando se gana la posición y se está allí antes de que el contrario llegue, el reglamento es claro. Y también hay un concepto que hay que aclarar. Cabe interpretar que haya contactos que no sean faltas en ataque pero que tampoco sea una simulación. Está ahí el criterio del árbitro, no siempre claro.
Es inevitable no acordarse de las palabras de Joan Plaza en el Coosur Betis-Unicaja. "De las 11 pérdidas al descanso, tres han sido por flopping, faltas simuladas que ellos hacen, eso no es baloncesto. No se pueden primar situaciones muy al borde de lo ilegal. Cada uno juega sus armas. Me sabe mal que el baloncesto se desvirtúe por empeorar situaciones defensivas. Con el flopping se cambió la norma, lo que digo es que hay que favorecer más el ataque que la defensa", decía el ex técnico cajista en el partido de hace unas semanas en San Pablo después de que el Unicaja sacara varias faltas en ataque. El ex técnico cajista pareció abrir un melón.
El hecho de que en el primer minuto del último cuarto ya entrara en el bonus el Unicaja también escoció. Es muy complicado arbitrar en un partido de esta tensión y también alguna situación favoreció al Unicaja, como una falta en ataque de Mirotic, habitualmente sobreprotegido en su estatus de estrella, que pareció inexistente en el cuarto final. Pero en el Unicaja se lamentaba la diferencia de criterio a la hora de poder usar el contacto. Es cierto que para paliar la inferioridad física el equipo malagueño recurrió a la falta en momentos puntuales. Todo ello se eso se tradujo en el doble de tiros libres (32-16) para el conjunto azulgrana.
El club puso un tuit sobre el 2+1 y presentará la queja procedente a nivel interno en la ACB. Hasta ahí, el arbitraje, del que no gusta hablar en encuentros del calado del que se presenció. Y ahí, dentro del partidazo que se realizó, también hubo situaciones mejorables del Unicaja que hubieran dado el partido si se hubieran hecho bien. Es la exigencia que impuso Katsikaris, quien más creyó en el triunfo probablemente. Su tiempo muerto en el último cuarto, cuando el partido se iba con nueve abajo, revivió al equipo, que mostró fe para endosar un parcial de 0-10 que devolvió el liderato, más allá de su gran planteamiento anterior. Carácter y orgullo. También, de alguna forma, retrata a los jugadores, que, en un estado de concentración y agresividad alto, pueden ofrecer un nivel defensivo mejor de lo que habitualmente han mostrado durante esta temporada. Es también un recordatorio de exigencia para ellos.
Muchas pérdidas (22), demasiadas concentradas en el último cuarto, cuando el equipo pareció irse del partido. Nueve de Brizuela, que se echó el equipo a las espaldas, sería injusto reprocharle algo con el partido que hizo, pero que también cometió errores, como recordó Katsikaris en la sala de prensa. Cuando el Barcelona subió el nivel defensivo se espesó, lógicamente, el ataque y hubo demasiados momentos de duda, con el equipo atacando a 10 metros del aro y sin ser agresivos como antes. Atrás, quizá por sobreexcitación y ganas de llegar a todos lados, se concedieron algunos tiros liberados de tres que no procedían. Y el bajón en la prórroga, sin Alberto Díaz y Carlos Suárez, en el aspecto defensivo fue grande. Han sido recurrentes los problemas físicos de los dos en las últimas temporadas, ahora volvió a caer el capitán, y es un problema que habrá que abordar. "Uno se pone a pensar en que por qué pasan estas lesiones y cómo se pueden solucionar y prevenir. Sé que el deporte es así, pero esto me va a hacer mejor jugador. He mejorado mi manera de cuidarme. Estoy aplicando todo lo que puedo. Vas cambiando la alimentación, tratando más tu cuerpo, cuidas tanto el tono físico como la técnica y la táctica. Fuera de los entrenamientos habituales trabajo con los aparatos y la tecnología que hay, intento estar siempre cuidándome para evitar, no sólo para estar recuperando. Pienso que voy a ser mejor tras estas lesiones", decía Alberto Díaz antes de la Copa en estas páginas.
No obstante, fue también recordatorio de que hay mimbres para construir algo más importante de lo que se ha visto y el tramo final de la temporada le valdrá al técnico para separar el polvo de la paja, ver quién vale y quién no, quién es soldado para la guerra, como decía en la previa, o no. Es por ello que este tercio final de temporada de la ACB, ya que desgraciadamente no hay Eurocup, es importante. Para el crédito del entrenador y del proyecto, para el futuro de los jugadores. Para reimpulsar el proyecto del Unicaja.
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