Inquietudes y otra visión de la NBA europea

Oleksiy Yefimov, director general del Mónaco, contextualiza el momento del baloncesto europeo antes de esa nueva competición: "Tenemos un producto fuerte y global, las bases están puestas"

La opinión de Sergio Scariolo

Adam Silver y Yefimov, director general del Mónaco
Adam Silver y Yefimov, director general del Mónaco

Las opiniones sobre el futuro del baloncesto europeo se suceden. En un momento de incertidumbre tras la foto de NBA y FIBA juntos en Nueva York, una escena que alimenta el debate. Se vislumbra esa NBA europea, todavía con una forma irreconocible. De las informaciones de los últimos días, quizá la más nítida sea la de López Nieto, la voz del presidente del Unicaja tiene presencia, el club malagueño está en el board de BCL, competición que podría tener peso en esos méritos deportivos, condicional al no existir certezas.

Oleksyi Yefimov es el director general del Mónaco, sin licencia permanente de Euroliga. Según la web lituana Basket News, los trece dueños de Euroliga se reunirán la próxima semana para evaluar el futuro de la competición; al otro lado Dubai, Valencia Basket, los equipos rusos... varios frentes abiertos que resolver. Mientras, latente esa futura NBA europea y una visión interesante del general manager del Mónaco. "Lo que anunciaron confirma lo que ya hemos visto. El baloncesto europeo no es un producto emergente; ya es fuerte y global. La afición es real y el potencial para monetizarla es aún mayor. Estamos viendo algo importante: Europa Occidental ha superado a Europa Oriental en términos de tamaño total de base de seguidores por primera vez. En cifras absolutas, si comparamos el número de personas interesadas en este deporte, es mayor ahora en Europa Occidental. Obviamente, los niveles de participación, el perfil de marca, la audiencia, la interacción, el posicionamiento, etc., son mayores en los mercados históricos de Europa. Pero en cifras absolutas, esto ya no es así. Eso es un cambio. Sí, los mercados occidentales aún están rezagados en cuanto a marca, interacción y posicionamiento. Pero eso está cambiando rápidamente", reflexionaba en unas declaraciones que recogía Basket News.

"Creo que la Euroliga ha hecho un gran trabajo desarrollando el producto durante las últimas dos décadas. No siempre ha sido fácil, pero el trabajo se nota. Las bases están sentadas; ahora tenemos que seguir impulsando, innovando y construyendo a partir de ellas. Y aquí es donde la infraestructura importa. No se puede escalar sin espacios modernos. Por eso nuestro objetivo es construir un nuevo estadio en Mónaco, no sólo para el equipo, sino para el entretenimiento, los negocios y la ciudad. Se trata de crear un destino que refleje el nivel del producto", decía el director general del Mónaco, un clun que se acondiciona para el primerísimo nivel. "Ya sea que el próximo capítulo esté impulsado por la Euroliga, por la NBA o por una alianza entre ellas, el camino a seguir depende de los mismos principios fundamentales. El baloncesto europeo tiene las ciudades, las bases de fans y la cultura deportiva para crecer mucho más allá de su huella actual. Y como los medios de comunicación cada vez tienen menos fronteras, la oportunidad de crear un producto verdaderamente continental nunca ha sido más clara. No se trata de alejarse del pasado. Mercados históricos como Grecia, Serbia, España, Turquía e Israel dieron al deporte su identidad en Europa", desarrollaba

"Ese legado debe preservarse y celebrarse. Pero debe vivir dentro de una narrativa nueva: una que conecte con la próxima generación, se adapte a la geografía económica de la Europa moderna y permita que el deporte crezca con seguridad y sostenibilidad. Para lograrlo, el sistema debe ser inclusivo, estar gobernado profesionalmente y diseñado para escalar. Esto implica control a largo plazo de las sedes, acceso a capital y claridad estructural. Los clubes deben ver que las políticas colectivas (sobre licencias, competencia y comercialización) no son limitaciones sino facilitadores de valor. No es momento de proteger un modelo. Es momento de construir uno que realmente esté a la altura de lo que el baloncesto europeo es capaz de llegar a ser", concluía, una visión que tiene similitudes a la de FIBA, aquella de preservar la cultura europea.

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