La intervención del Unicaja hizo subir el play off de ocho a 12 equipos
En el plan original de la ACB se contemplaba cortar con los ocho primeros como en un play off habitual
Unicaja y Gran Canaria empujaron para que aumentaran los equipos
El pasado viernes 17 de abril, los clubes de la ACB tenían la certeza, comunicada por el presidente, Antonio Martín, de que la Liga Endesa se resolvería en una sede con un tramo final de ocho equipos, los que hubieran tenido acceso al habitual play off. Lo decía Alfonso Reyes, presidente de la ABP, también dejando pistas de los planes de la patronal. El domingo se había virado a una fase final de 12, que se ratificó en la Asamblea del pasado lunes. ¿Qué cambió? La intervención del Unicaja tuvo que ver bastante en esa oscilación.
La primera idea de la ACB, utilizando el método contemplado en el sistema de competición registrado en las bases, dejaba fuera de las eliminatorias por el título al Unicaja. El equipo se había reforzado en las últimas semanas previas al parón competitivo con tres jugadores (Bouteille, Simonovic y Mekel) para el tramo final de temporada y tenía expectativas en remontar desde la novena posición (empatado a victorias con el séptimo). Había situaciones de limbo legal. La clasificación se fija hasta la jornada 33, en caso de empate a victorias, por el average general, en el que el Unicaja estaba por detrás de Valencia y Baskonia. Pero había jugado un partido ante los valencianos y dos ante los vitorianos y había ganado los tres. El otro equipo igualado era el San Pablo Burgos, con el que se perdió. Si se habían jugado los dos duelos, por ejemplo, con el Baskonia y la ACB se daba por finalizada, ¿por qué se resolvía apelando al average general y no al particular? En esa situación había también un asterisco con el Gran Canaria, que tenía un partido suspendido a la mitad ante el Fuenlabrada por unas goteras en el Fernando Martín. Con una hipotética victoria se hubiera metido en esa tanda de equipos igualados con 12 triunfos.
Las protestas de Unicaja y Gran Canaria hicieron ensanchar esa idea inicial de ocho a 12 equipos, número par con la inclusión del Joventut, para resolver una competición de la que no hay certeza de que se vaya a resolver sobre la pista. Se optó, de momento, por no cancelar. El club malagueño se movió para no quedar descabalgado. Eduardo García, presidente del Unicaja, maniobró y dejó clara su oposición frontal a que se solventara con ocho equipos la competición sin dar opción al club malagueño a seguir en liza. A diferencia de otros clubes, se ha mantenido a los jugadores en Málaga, apostando por la continuidad y por acabar las competiciones, ACB y Eurocup, si hubiera una mínima opción de hacerlo. Igualmente, también el Gran Canaria, donde está la posible sede del evento final, mostró su disconformidad con ese desenlace.
En esas horas, hasta que se celebró el lunes pasado la Asamblea en la que se votó una opción más amplia, se fue gestionando una opción de, al menos en apariencia, consenso. Había clubes que hubieran votado en contra contra la propuesta de los ocho equipos, no sólo el Unicaja, y se perseguía la unidad. Aunque en el comunicado consta que hubo unanimidad en el sistema de competición, así fue según los votos, lo cierto es que entre no pocos clubes quedó una sensación de perplejidad. El hecho de cambiar el sistema de resolución, 12 en vez de ocho, no gustó, aunque votaran que sí.
Con la decisión de la Euroliga de colocar la resolución de la Eurocup y Euroliga en el tramo final hipotético del torneo final de la ACB puede aumentar la tensión. Es cierto que la fecha tope es el 10 de julio, no quiere decir que haya que apurar hasta ella. De hecho, lo ideal para los clubes sería acabar antes del 30 de junio y así no tener que retocar los contratos (algo que los europeos sí deberían hacer si Eurocup y Euroliga se retoman). Entre los clubes españoles que compiten en Euroliga no habría dudas en el caso de que tuvieran que escoger, lo harían del lado de la competición continental. En el Unicaja también se espera que no haya que elegir entre las dos competiciones y que haya una compatibilidad entre ambas. Aunque hay excedente de jugadores con la recuperación de varios más los fichajes incorporados en la última semana antes del parón, doblar plantillas parece una entelequia. Es cierto que hay también jugadores cedidos (Avramovic, Alonso, Rosa o Stilma), aunque no es algo que se haya planteado aún el Unicaja. Y falta ver también qué pasa con los clubes de LEB, cómo se resuelve la competición.
Es un caballo de caballa importante, si hay el año que viene una ACB de 20 equipos. No se quiere. Los grandes porque el calendario ya es hipercomprimido y los de la zona media baja porque una temporada con cuatro descensos sería una ruleta rusa en la que el porcentaje de descendidos sería amplio. No se quiere contemplar, pero la FEB apretará por que se cumpla el convenio y haya dos ascensos. Para ello debería completar su competición. El papel del CSD, hay un convenio entre ACB y FEB reconocido por él, será importante para desenredar. No se ha planteado en la Asamblea ACB, pero jugar sólo liga regular sin play off o jugar con dos grupos de 10 (con menos partidos) y a partir de ahí decidir quién pelear por el título y quién lucha por evitar el descenso son opciones que se han barajado.
En esta coyuntura, es cierto que hay clubes que deben acabar compitiendo que van prescindiendo de jugadores, como es el caso del Zaragoza, que ha resuelto el contrato de dos piezas claves con Jason Thompson y DJ Seeley. "Desde Basket Zaragoza entendemos la difícil situación personal de ambos jugadores y la decisión adoptada por ambos. A tenor de las circunstancias, Basket Zaragoza ha aceptado su petición, procediendo a dar por concluida la relación contractual existente", decía el club maño en una nota. ¿Sucederá también en otros clubes cuya situación económica puede entrar en peligro? Se entraría en un territorio peligroso que desvirtuaría la competición.
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