Katsikaris endurece el mensaje
El entrenador insiste en la necesidad de reforzar el juego interior para reconducir la situación
Fotis Katsikaris tiene mil tiros pegados, como se dice coloquialmente, en el baloncesto profesional. Dos décadas en los banquillos, se retiró como jugador a los 29 años, le han dado herramientas dentro y fuera de la pista. Más allá de lo que transmite dentro del parqué, el griego domina con suficiencia el discurso de puertas hacia afuera. Se ha comprobado de manera fidedigna en sus dos semanas en el Unicaja. Llegó con un mensaje conciliador y con el paso de los partidos, por ende de las derrotas, lo ha endurecido. Lejos de perder las formas, el técnico cajista de manera elegante ha transmitido de manera abierta su diagnóstico sobre qué le ocurre al equipo malagueño, que atraviesa una crisis de resultados de proporciones bíblicas. Aún no ganó en 2021, por poner en contexto.
El entrenador, aunque informado del complejo escenario antes de ponerse al volante, prefirió hacer trabajo de campo. Varios días le bastaron para tomar sus primeras decisiones. ¿Las más evidentes? No hay cortapisas para Yannick Nzosa y Volodymyr Gerun está descartado. Algo que no se atrevió a hacer Luis Casimiro, que confió plenamente en sus ideas iniciales pese a ir ya cuesta abajo. Aunque era evidente la descomposición y el desequilibrio de la plantilla, algo que se venía avisando desde verano, en Los Guindos aún no tomaron medidas. Katsikaris prefirió ser comedido y dar confianza a los jugadores, a los que aún no conocía personalmente, en su rueda de prensa de presentación. Pero conforme han avanzado sus comparecencias públicas su discurso es más exigente. Una ambición que es una de las señas de identidad del heleno.
En sus dos últimas apariciones ya habló abiertamente y sin tapujos de la imperiosa necesidad de reforzar al Unicaja. Y habló incluso de la idoneidad de dos fichajes. Y lo volvió a recalcar justo después de caer eliminados de la Eurocup en el Top 16 en Nanterre. "Está muy claro que necesitamos a alguien que nos ayude, que ayude al equipo porque ahí tenemos un problema, especialmente contra equipos tan físicos. Pienso que si traemos a alguien, ayudara a los demás, se harán grandes también, no es sólo una cuestión de uno mismo. Pero algo necesita el equipo", aseguraba: "Honestamente creo que necesitamos más físico, más presencia en la pintura. Un hombre alto como Nzosa tiene solo 17 años. No podemos tener muchas expectativas en su primera temporada profesional, está haciendo un gran trabajo".
No es baladí el momento de estas palabras, ya con la Eurocup, principal pilar de la temporada, fuera de la ecuación. Quedan Copa del Rey y ACB por delante, y lo más importante, un proyecto que debe cuidarse de aquí a junio. Hay muchos jugadores más que válidos para el futuro. No quiere ser Katsikaris un espectador de esta decadencia del club de Los Guindos y su mensaje es claro. El camino a la Euroliga está cerrado, pero el curso no puede darse por perdido. Son meses importantes también para el técnico, que debe ganarse en la pista su continuidad en Málaga. Un despropósito constante de aquí a final de campaña es la lleva para activar la cláusula de corte desde el equipo malagueño. Un discurso alto, claro y conciso que habrá que ver si resuena en Los Guindos. De momento la consigna es clara, sin salidas no hay llegadas.
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