Kendrick Perry, razones del Unicaja para una renovación estratégica
La vinculación hasta 2027 con el base americano encierra un mensaje potente sobre la vigencia del proyecto del Unicaja
"Estoy como en casa"
En la víspera de Nochebuena, Kendrick Perry cumplía 32 años. Antes de Nochevieja firmaba su ampliación de contrato con el Unicaja hasta 2027. Una rúbrica que encierra un mensaje potente por las dos partes. La pervivencia de un proyecto con una idea, que ha funcionado hasta extremos insospechados, que se quiere extender. Perry es un líder, pegamento fuera de la pista y el que marca el estilo dentro de ella.
Antes de recalar en el Unicaja, Perry había jugado en nueve países distintos. Estados Unidos, Australia, Hungría, Macedonia, Rusia, Serbia, Eslovenia, Grecia, Montenegro, a cuyo país representa, antes de venir a España. No había repetido equipo desde que abandonó la universidad en 2014. Málaga parece el lugar en el mundo de Perry, así lo ha manifestado alguna vez. Cumple su tercera temporada convertido en pieza esencial y, si cumple el contrato firmado, hará cinco temporadas y se convertirá en uno de los extranjeros con más partidos en la historia del club.
En estos primeros meses de temporada se ha visto al mejor Perry de su carrera. Un virus y un bajón tras la ventana con Montenegro (en principio iba a ser la última para dejar la plaza de nacionalizado a Charlie Moore, el jugador del Breogán que se rompió semanas atrás para toda la campaña) ha normalizado su rendimiento, pero no hay precisamente indicios de un declive de Perry, MVP de la última Final Four de la BCL. Un jugador ligero pero con físico privilegiado, lo suficientemente duro para aguantar los contactos desde su 1.83. Su conocimiento del juego va cristalizando en estos años de continuidad con Ibon Navarro, con una idea de juego que encaja perfectamente para potenciar sus cualidades. Su juego marca el estilo y a detenerle se encaminan las defensas de los rivales, en frenar sus transiciones y contraataques.
Perry acababa contrato en junio, con cláusulas de prolongación o ruptura por las dos partes. Pero en las últimas semanas se habían acercado posturas para una renovación a largo plazo. Jugar la Euroliga es un atractivo para cualquier jugador. Perry se quedó con esa espina de que no salieron bien las cosas en Atenas durante unos meses con el Panathinaikos. Y su nombre ha estado en agenda de clubes importantes, de hecho se temió en algún momento desde el club que se acometiera su contratación meses atrás. El aliciente para renovar con el Unicaja era esa estabilidad que le ofrecía el club malagueño, en una importante apuesta, con un buen dinero, no es frecuente renovar a un jugador de 32 años por dos temporadas más lo que queda de la presente. Pero se entiende desde Los Guindos que tiene riesgo controlado. Y que los pros son más que los contras.
Un jugador que hace de bisagra en el vestuario, que ha ido aumentando cada temporada su nivel de juego, con un compromiso con el club y social que rara vez se ha visto en la entidad y con un carisma que atrae a la afición, especialmente entre los más pequeños. Esa seguridad que ofrece Perry ha sido el impulso del Unicaja para un vínculo que puede sorprender por su extensión pero que refrenda la apuesta por una idea y que manda un mensaje de estabilidad.
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