El otro Killian Tillie: su amistad con Kyle Wiltjer, el voleibol en su baloncesto, las lesiones...
Reflexiones interesantes del pívot francés, poco a poco subiendo su nivel
Sin nevera para los árbitros del Unicaja-Granca
Málaga/Killian Tillie va ganando espacio en la rotación del Unicaja. El proceso coherente de un jugador con más de dos años de inactividad, pero se palpa su baloncesto con facilidad. Ese modo killer en Badalona hace unas semanas, un ejemplo de sus atribuciones en este equipo. Tillie conversó hace unos días con los medios del club en una entrevista para conocer otras caras. Es un tipo interesante, encandiló al club su personalidad desde que aterrizó, muy agradecido al Unicaja por la oportunidad. "Había hablado con mi hermano Kim porque tenía relación con Ibon, y me decía que tal vez estén interesados o tal vez no, así que intentamos perseguir eso. Juanma también llamó a mi agente, estaba muy contento porque les vi jugar el año pasado contra Cholet, donde estaba mi hermano, y me gustaba mucho cómo jugaban. Estaba muy emocionado de venir a España, a Málaga. No sabía mucho de la ciudad, solo que estaba cerca del agua. He oído hablar muy bien. Del equipo, sabía que tenían muy buenos resultados el año pasado, con la BCL. Sabía que jugaban buen baloncesto, unidos. Estaba muy entusiasmado de estar en una ciudad así. Tengo mucha suerte de formar parte de un equipo así", narra de cómo se produce ese fichaje.
"Tuve lesiones duras. Los años más duros de mi vida, dos años sin baloncesto, no sucedía nada. Muy duro mentalmente, sobre todo porque echaba mucho de menos el baloncesto. Me hizo mejor hombre y jugador, también me hizo ser consciente de todo lo que hay en mi cuerpo. Tengo muchas rutinas sobre cada cosa de mi cuerpo, me hizo más serio al respecto y me hizo crecer. Después de dos años y medio, fue muy especial volver y estar de vuelta en la cancha. Nunca pensé que iba a jugar de nuevo, muy emotivo verme de nuevo. Pero al mismo tiempo, pensaba que tenía una larga carrera por delante, así que tenía que demostrar a estos chicos que todavía puedo jugar, por eso jugué la Summer League e intenté conseguir un contrato tras eso. Me limité a jugar al baloncesto como sé", se sincera un Killian Tillie que hablaba de retos y su mejoría personal. "Ha sido muy bueno lo que hemos hecho en este inicio, pero tenemos metas más grandes. Tenemos otro objetivo claro: volver a ganar a lo grande y ganar la ACB este año, ese es nuestro principal objetivo. Es una temporada larga y tenemos que seguir concentrados en estos objetivos. Me encuentro mejor que al principio, así que el plan está funcionando. Al comienzo era duro en cada partido, pero ahora mi cuerpo se encuentra mejor. Hacemos un gran trabajo con Marcos en la sala de pesas, con Jon y Mario (fisios) en el gimnasio. Solo hay que ir paso a paso, seguir adelante, así que tengo mucho que hacer. Tenemos muchos jugadores, por lo que todos tenemos que aportar mucha energía. Yo me tengo que centrar en la defensa, asegurarme de conocer el plan de juego y ofensivamente hacer la jugada correcta, tirar, pasar el balón, lo que sea. Es baloncesto. Para que podamos ganamos partidos, tenemos que estar todos centrados, dentro y fuera de la cancha. Yo estoy más hambriento que nunca, cada vez que estoy en la cancha es un momento feliz", desarrolla.
Otro tema interesante, el peso del voleibol en su vida, su hermano Kevin fue campeón olímpico en París. Hasta el punto que le ha influido positivamente en su baloncesto. "Mi familia era de voleibol antes que nada, así que es sorprendente que estemos jugando al baloncesto. Pero mi hermano mayor Kim empezó a jugar al baloncesto, pasó eso. Ha jugado muchos años en Europa, por eso empecé a jugar al baloncesto, verle en una universidad americana y también en España. El resto de mi familia es de voleibol, mis padres y mi otro hermano. Yo también juego mucho al voleibol por ellos también, así que han sido un montón de deportes. El vóley creo que me ayudó a mi salto, también mi toque junto al aro con las puntas y cosas por el estilo, además del tiempo en los rebotes, cosas así. Creo que me ayudó un poco. Jugaba mejor al voleibol que al baloncesto, fue una elección sorprendente por parte de mis padres. Vi a Kim jugar más porque ya estaba jugando a un nivel muy alto y eso hizo que quisiera jugar al deporte que él juega. Y me encanta el baloncesto también, así que eso fue gracioso", bromea el galo.
Como curiosidad, su amistad con Kyle Wiltjer, criado en Gonzaga de 2014 a 2016. "Hablé mucho con él. Me dio algunas direcciones de restaurantes y cosas así. Probé uno de ellos hace unos días y estaba muy bueno. Conoce Málaga muy bien. Cuando tengo alguna duda, acudo a él y me ayuda mucho". Tillie recuerda su etapa universitaria, destinado a ser élite en una de las universidades más prestigiosas. “Fueron los mejores años de mi vida el estar en una universidad americana. Juegas el baloncesto, estudias y luego te diviertes. Con los Zags (equipo de Gonzaga) era la mejor universidad a la que podía ir porque la experiencia que tenían con jugadores europeos, como Domas, así que me alegro de haber ido allí. Mejoré mucho. Nos pasábamos el día en el gimnasio, en la sala de pesas. Di un salto a otro nivel”.
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