Killian Tillie, una calidad humana que fascina al Unicaja
Los trabajadores del club hablan maravillas de la personalidad del francés, que consolidan el scouting humano que elaboró el Unicaja en verano, como cada fichaje
Su educación y cortesía en las distancias cortas, el entusiasmo por la oportunidad o algunos gestos en su presentación
Precaución con Alberto Díaz
Killian Tillie tiene enamorado al Unicaja, por el momento solo fuera de la pista. El club ha encontrado una calidad humana poco habitual en el negocio, sí en el vestuario malagueño, que congenia por la mezcla de personalidades, culturas y hasta estados civiles, diferentes variables que se estudian para que los ingredientes tengan armonía. Bien hecho en el caso del Unicaja, que puede presumir de un grupo de buenas personas, como dice y reitera Ibon Navarro. Y a él se suma Tillie, que ya empieza a dejar su marca. Los trabajadores del Unicaja destacan un carácter afable y educado, un proceder de veterano, muy implicado, de saber dónde está y la oportunidad que aparece, con la responsabilidad de devolver esa confianza al club. El Unicaja, como en cada incorporación, fue recopilando opiniones de la persona, y el feedback fue muy positivo. Es algo ya básico y extendido en el deporte profesional, pero en el Unicaja ha brillado por el nivel de eficacia. Se fichan personas y no jugadores, es una norma grabada a fuego. Fue muy comentado en su día cuando se fichó a Kameron Taylor, cuya integración con el resto de norteamericanos fue extraordinaria. En el caso de Tillie, Juanma Rodríguez ya comentó que lo seguía desde su etapa de scout en Estados Unidos, alguna referencia de aquella etapa. Su hermano Kim, que ha tenido su peso en el fichaje, coincidió con Ibon Navarro en Baskonia (lo dirigió en la 14/15) y el buen recuerdo de aquella etapa es mutuo, una fuente valiosa al escrutar al galo.
Y en esa presentación, gestos muy llamativos. Saludando a cada periodista uno por uno, buena cara, derrochando una cortesía inusitada en este tipo de actos, para luego ponerse delante de los micros con un mensaje en un castellano correcto, cerrado con ese "Vamos, Unicaja", que ya firmaba más de uno. Y unas palabras que suenan a satisfacción por el fichaje, una frescura que no suele transmitir un extranjero, y liberación porque se acaba un calvario complejo, que le ha cambiado el concepto de cosas, tal y como reconocía Tillie. Lo habitual es ver al jugador con rostro de ir al matadero, empequeñecido en ese entorno desconocido y que la presentación, más las fotos, se resuelva cuanto antes. Tillie saboreó el momento. "Con su actitud que muestra cada día, la predisposición, llegando aquí y empezar a hablar en español, todo eso son apuestas ganadoras. Convencido que va a salir bien", concretaba Juanma Rodríguez, que también se fijaba del detalle. Una iniciativa que gustó.
Ese sentir se extiende en el staff y plantilla. Tendrá que adquirir el lenguaje del grupo aún, son apenas diez días en Málaga y necesitará viajes, concentraciones o esas actividades grupales para crear química, más el conocimiento en pista, que va en camino. Empieza una puesta a punto ya en marcha, pero el Unicaja no tiene prisa, Coger la velocidad de la plantilla requiere un proceso. "Ha venido con una buena base, pero necesita un poco más para ponerse al nivel del equipo. Si conseguimos eso, va a ser un jugador que nos va a ayudar mucho, por todas sus cualidades como jugador. Es un reto para todos", precisaba Juanma Rodríguez. Casado la semana pasada, que influirá en su estado de ánimo, Tillie tiene fascinado al Unicaja tras esa primera toma de contacto. En un año además donde el grupo varía tras las marchas de Augusto Lima y Will Thomas, gente con mucho peso. Tillie ni se les parece, pero aportará otras cosas. El scouting humano por ahora concuerda en lo que se ve.
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