King Szczecin-Unicaja: No tan amistoso (20:00)
Clasificado como primero matemáticamente, el Unicaja juega en Szczecin un partido sin trascendencia clasificatoria pero en el que se deben recuperar sensaciones tras las derrotas
Manu Trujillo, novedad
El Unicaja afronta en Szczecin, ciudad polaca de 400.000 habitantes, cerca del Mar Báltico y bañada por el Río Oder y a un par de horas en autobús de Berlín, el último trámite de la primera fase de la Basketball Champions League, donde aún no perdió ningún partido. Está varios cuerpos por encima de la competición hasta esta instancia el equipo malagueño y el partido en la ciudad polaca se presentaba como un amistoso con pátina de oficial, o viceversa, sin más trascendencia. Pero las dos últimas derrotas en ACB ante Real Madrid y Gran Canaria, ningún drama pero la imagen no ha sido la mejor, hacen que sea aconsejable recuperar sensaciones antes de visitar el próximo domingo el Buesa Arena para medirse a un Baskonia necesitadísimo para apurar sus opciones de Copa del Rey.
Acostumbrado a ganar de manera muy continua, después de ganar dos títulos en septiembre y con una inercia que quizá hizo demasiado fácil ganar partidos sin progresar como hubiera gustado, el Unicaja tiene ahora problemas de rico. Con seis jornadas por delante de primera vuelta, el balance de 8-3 en ACB y el 5-0 se puede considerar de excelente, pero las rachas y las secuencias, que la crítica sea semanal, propicia que se tuerza el gesto.
En estas dos últimas semanas se han extraviado algunas señas de identidad, ese hambre febril y concentración máxima que se hamostrado en casi cada partido. Quizá ese monotonía de la que quería huir Ibon Navarro. Hay que entenderlo también en el contexto de un equipo que ha ganado cuatro títulos en poco más de dos años y que ha hecho los deberes hasta febrero, cuando se inicia el Round of 16 y se juega la Copa del Rey. La continuidad del bloque tiene muchos beneficios, el conocimiento mutuo, los mecanismos y la consciencia de haber ganado mucho bajo presión, pero a veces también puede caerse en el exceso de confianza. Y en que los rivales también pueden incidir en las debilidades después de tanto visionado.
Hay que huir, en todo caso, de la sobrerreacción y de análisis sumarios por dos semanas bajas, por más que la tendencia de las anteriores fuera óptima. Entraron jugadores nuevos que todavía no han cuajado, hay alguna molestia física más y el particular método de rotación de Ibon Navarro le hace ir con las luces largas. La enseñanza del UCAM también recuerda cuándo hay que estar bien de verdad.
Así que ante un equipo que tampoco se juega nada porque ya está eliminado, pero que se motivará porque el Unicaja es el vigente campeón y mejor equipo de la competición, toca invertir al menos la tendencia. Ganar es la mejor medicina que conoce este equipo.