Una leyenda amenaza al Carpena
Al margen de la fiesta, ver a Marc Gasol será uno de los grandes atractivos del Unicaja-Bàsquet Girona, del que también es presidente
Asentar a la entidad en ACB, último reto de una gloriosa carrera
Un Unicaja algo alterado
¿El mejor jugador español de la historia? ¿Segundo? ¿Tercero? Cuestión de gustos y dónde preguntes. Si es en España, ganaría Pau por ser el amor de cada verano, flechazo permanente. La noche de San Juan, la Feria de Málaga y ver a Pau Gasol como padre de ese grupo campeón, Scariolo el arquitecto, arrasando en Mundial, Eurobasket, Juegos Olímpicos o lo que se pusiese por delante; el día de la marmota. En Estados Unidos hay más estima por Marc, esa etiqueta del ‘pequeño de los Gasol’, no en un sentido peyorativo, pero cada vez más molesta. Ambos comen en la misma mesa, también Navarro, Rudy se puede asomar con los méritos en la mano. Divagaciones al margen, uno de los principales alicientes del Unicaja-Bàsquet Girona del sábado es ver a Marc Gasol, una leyenda de nuestro baloncesto, jugador y presidente del próximo rival del conjunto malagueño.
Con toda la fiesta de la Copa, el foco estará puesto sobre el de Sant Boi. A sus 38 años, llegó al club donde se hizo un hombre para devolverle a la élite, con aires de héroe e hijo predilecto. Osado por lo complejo que es ascender a ACB, que se lo digan a Estudiantes o al Burgos de Carlos Suárez; pero esa grandeza, un líder y un grupo de peones, llevaron a los de Fontajau a la gloria. Es el último reto que se marcaba Marc en su gloriosa carrera: un anillo de la NBA, tropecientas medallas de todos los colores, el reconocimiento del baloncesto mundial, pero le quedaba esa asignatura pendiente. Y lo consiguió, como gran campeón que es.
Habrá que ponerse en pie para recibirle, seguro que en ese reparto de aplausos del Carpena, una pequeña parte irá para Marc Gasol, es un público el del Palacio que sabe de baloncesto y reconocer a las leyendas, pese a que hay alguna que la relación no es fluida, Navarro en su día, por ejemplo. Marc trasciende más allá, a las órdenes de Aíto, más morbo, por las mañanas, y con el traje en el despacho por las tardes. Viene de hacer horas extras como mandatario porque se perdió los dos últimos partidos por unas molestias físicas.
Y esa eterna vinculación con el Unicaja en su día, una leyenda urbana, nunca mejor dicho, más que otra cosa. Es cierto que Marc explota en Girona y el club malagueño, con Juanma Rodríguez de director deportivo, pone el oído para conocer cuáles son las intenciones de Marc, como hicieron todos los grandes de nuestro baloncesto por aquel entonces. En 2008 cerró todas las puertas y se marchó a la NBA a hacer una carrera extraordinaria. Por poner en contexto, no fue una situación clara como el fichaje frustrado de Arvydas Sabonis; el de Marc resultó ser un sueño imposible.
El pasado verano coqueteó con la retirada, ahora parece que este será su último baile, hasta hace pocos meses su nombre seguía en la mente de franquicias de la NBA, pero su trabajo pasado el charco estaba hecho, en Girona casi, ya con el equipo gerundense con la permanencia en el bolsillo, ahora con la difícil tarea de crecer como institución y hacerlo un fijo en Liga Endesa.
Arrancó el curso como un disparo, en unos registros de MVP de la competición, por si alguien tenía dudas de su compromiso a estas alturas. Puede jugar los años que quiera. No acompañarían los resultados, ahora en una fase sí ganadora, pero él ejerciendo un papel de conector, más que una referencia clara. A inteligencia baloncestística nadie le gana, seguramente su mejor cualidad como jugador. Promedia unos números nada desdeñables: 11,7 puntos; 6,3 rebotes y 18,6 de valoración. Todo eso en una versión diésel, administrando muy bien los esfuerzos. Un genio.
Y de su palmarés, uno se pierde: además de ese anillo con los Raptors en 2019, dos Mundiales, dos oros en Eurobasket, o dos platas en Juegos Olímpicos. Hace unas semanas se cumplían ocho años de ese salto inical con su hermano en el All Star, una de las imágenes más icónicas en la historia del deporte español. No es un cualquiera el que viene al Carpena. Disfrutémosle, pero que gane el Unicaja.
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