En línea positiva (82-76)

El Unicaja derrota a un muy correoso Obradoiro (82-76) con una mejora defensiva en la segunda mitad que fue clave

Por primera vez en positivo (5-4) en la ACB y siete victorias de los ocho últimos partidos

Waczynski celebra un triple clave.
Waczynski celebra un triple clave. / Marilú Báez

El Unicaja está en balance positivo por primera vez en la jornada 9 de la Liga Endesa. Lo consiguió tras una victoria trabajadísima ante el Monbus Obradoiro (82-76), que puso las cosas muy complicadas a los de Luis Casimiro. Una mejora defensiva en la segunda mitad (43 puntos concedidos en la primera mitad, 33 en la segunda), sublimada en los últimos minutos con la presencia de Carlos Suárez en pista y con el quinteto de seguridad, nacionales más Waczynski, bastó para conseguir un triunfo valioso, pero que no debe ocultar que hay mucho trabajo que hacer para ser sólidos y consistentes. Hay que decir en descargo del equipo malagueño que era el tercer partido en menos de 100 horas, con cuatro aviones y un AVE de por medio. Pero la mejor versión del equipo se vio en los minutos finales. Con ese nivel defensivo, ejemplificado en cómo se cubrió a Birutis, el equipo es otro y puede aspirar a cosas distintas. Pero se necesita esa agresividad y entusiasmo, desde la pelea por el rebote. Porque calidad y talento sí que hay, tiene jugadores que generan puntos de manera asombrosa. Hay una línea creciente de juego, siete victorias en ocho partidos, innegable y que se celebra. Pero el crecimiento del equipo pasa por la exigencia y por la mejora en esos aspectos de predisposición al sufrimiento.

Y es que el Unicaja sufrió muchísimo en la primera mitad con el citado Birutis. El pívot lituano fustigó a cualquier rival que se le puso enfrente. El Obradoiro maximiza recursos y castiga errores. Y sobre el ataque con el pick and roll central desarmaba la defensa cajista. Progresivamente iba sacando a rivales del partido. Primero Guerrero, después Gerun, más tarde Nzosa. Cuando el lituano tuvo un receso al final, Casimiro alineó de manera simultánea a Thompson con Abromaitis y, después, Suárez.

El equipo malagueño está demasiado lejos aún del tope defensivo que debe dar. Se puede mirar para otro lado, echar paladas de arenas con victorias, pero el problema en el juego interior está latente. 18 puntos de Birutis contra los tres pívots. Los tres entrarían en una rotación, pero no hay ninguno que, ahora mismo, tenga el empaque para ser un solvente cinco titular en un equipo de la dimensión del Unicaja, por más que Rubén Guerrero elevara el nivel en el tramo final defensivamente.

En una defensa, no obstante, no sólo hay un culpable, sobre todo cuando se ejecuta el 2x2. Pero si Shermadini hizo un butrón la semana pasada, lo repitió Birutis en el primer tiempo, un jugador que por características recuerda al georgiano y que está firmando un espectacular arranque de temporada de su debut en la ACB. La recuperación defensiva cuando hay rotaciones, el close out, es deficiente en muchos momentos. Cuando el pívot intenta ser agresivo en la defensa del pick and roll, saliendo a varios metros del aro, los rivales lo castigan de manera recurrente.

En medio de una situación cada vez más complicada (15-25), salió Jaime Fernández a pista. Y el madrileño, en cinco minutos, dejó mucho. Cinco puntos, con una bandeja en penetración con rectificado y un triple, otro se le salió de dentro, y tres asistencias, dos para Brizuela y otra para Gerun. Se celebra mucho verle a buen nivel tras ocho meses parado, aunque hay que ser pacientes con la recuperación de su mejor baloncesto, que es mucho. Tanto como el de mejor jugador seguramente, libra por libra, del equipo.

No obstante, el Obradoiro continuaba a un ritmo superior de concentración y agresividad. Unos buenos minutos defensivos finales, con Carlos Suárez en pista, y un triple de Francis Alonso dejaban la distancia en sólo un punto (42-43) tras 20 minutos.

El paso del vestuario no alteró el ritmo del encuentro. El Unicaja paraba mejor a Birutis, se le cambió varias veces de defensor y de tipo de defensa, con faltas habitualmente. Pero el Obradoiro gestionaba el ritmo del encuentro. Francis Alonso y una ráfaga anotadora permitieron igualar el partido (53-53), incluso obtener una ventaja (57-54), aunque el equipo gallego es duro de roer, tiene los conceptos bastante claros y raramente se va de los partidos. Castiga errores defensivos, que son constantes en el Unicaja. Y ello cuesta puntos fáciles que al equipo malagueño la cuesta generar, los hace desde el talento puro en la mayoría de las ocasiones. Un triple de Robertson sobre la bocina del tercer cuarto colocaba el partido a más de una canasta (62-66) de diferencia.

Ya en el último cuarto, Casimiro se encomendó a un quinteto que le dio grandes réditos en la Copa, con nacionales en pista más Waczynski. Con Suárez entre ellos. Se entiende que el entrenador no se tira piedras contra su tejado. Vistos los últimos minutos del partido, con el capitán en pista, defensivamente da un salto muy evidente, aun estando lejos de su mejor nivel. Con Brizuela muy inspirado, metiendo varias canastas de muy diversa factura, el Unicaja venció la resistencia del Obradoiro, al que endosó un parcial de 11-0, del 71-73 al 82-73, que resultó definitivo para la suerte del mismo. Clave un triple de Waczynski. Por primera vez se colocó en balance positivo esta temporada en ACB (5-4) el equipo malagueño, que tiene que mejorar mucho en baloncesto, pero que posee una calidad alta.

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