La mano de Alberto Díaz

Varias acciones decisivas del malagueño en la victoria de España ante Turquía que permite acceder como primero de grupo a octavos de final

Scariolo reivindica a Alberto

Alberto Díaz defiende a Larkin.
Alberto Díaz defiende a Larkin. / FEB

Donde nadie cree que puede llegar sí lo hace Alberto Díaz, capital en la victoria de España sobre Turquía (72-69) en el último partido de la primera fase del Eurobásket que le permite llegar como primero de grupo al cruce de octavos de final. Pasa con nota en Tíflis y se va para Berlín con buenas sensaciones, con victorias de nivel tras el traspié con Bélgica.

Y en la victoria es capital el jugador malagueño, rindiendo cuando la presión sube en lo que mejor sabe hacer, en lo que es élite europea, como está demostrando en este Eurobásket. Pocos jugadores se emplean defensivamente con la voluntad y la fe del canterano cajista. Es un clínic andante. En su día, Sergio Scariolo contaba que le ponía como ejemplo a su hijo, Alessandro, lo que debía hacer un jugador para ser profesional. La manera de competir, de pelear por un balón, de poner al rival al límite. El día previo lo experimentó el que será su compañero este año, Kendrick Perry. Esta vez fue Shane Larkin, probablemente el mejor base de la Euroliga Top 3 de seguro. Su defensa, y la de todos sus compañeros, dejó al americano en sólo tres puntos en 30 minutos, además de seis asistencias.

La jugada del partido fue protagonizada por Alberto. A falta de 22 segundos, España agotó la posesión en un ataque y Turquía atacaba para ganar el duelo (69-70). Tiempo muerto de Ataman. Saca de banda en campo propio el equipo otomano para que reciba Larkin. Cuando va a coger la bola el estadounidense de nacimiento, el malagueño mete una mano que toca la bola levemente, lo justo para que el contrario no recepcione bien y le toque en su mano izquierda antes de salir de banda. La revisión de los colegiados, pese a las protestas del histriónico Ataman, no cambia la decisión.

Antes, había hecho una gran defensa, como la de todo el equipo. Había hecho lo mismo al final del segundo cuarto, sin dejar a Turquía hacer el último ataque. Sacó la quinta falta personal en una prodigiosa ayuda cuando el tremendo pívot de los Rockets atacaba el aro para anotar saliendo desde la nada, fijando los pies fuera del semicírculo. Y metió un triple desde la esquina en momento delicado, en el tercer cuarto, cuando a España le costaba mucho anotar. Sí, Alberto no es un base creativo que genere un gran caudal de juego. Sus números, en 16 minutos, fueron tres puntos (1/2 en triples), un rebote, una asistencia y cuatro de valoración. No refleja su impacto en el partido.

El otro cajista, Darío Brizuela, tuvo un día peliagudo con los árbitros. Entró bien en el partido con dos canastas rápidas, pero después se metió en problemas de faltas y acabó fuera del duelo con una técnica tras una dudosa falta, cuarta y quinta. La protesta no fue ni el 1% de lo que suele hacer Doncic cada partido, pero hay jerarquías y un lamentable nivel arbitral, impropio del nivel de juego del torneo. Seis puntos (3/5 en tiros de dos y 0/2 en triples) fueron los números del vasco en 14 minutos en pista. Dio oxígeno en un momento importante, pero después no pudo ayudar al equipo.

stats