2023, no se marche usted
El Unicaja concluye un año de fantasía, no solo a nivel numérico, con el segundo mejor porcentaje histórico de victorias (71.88%), sino por un grupo, ya con cimientos sólidos, que tiene a Málaga seducida, y encima da señales de que vienen tiempos de disfrute
Entrevista a Alberto Díaz
Los Celtics de Málaga
El Unicaja y su entorno han podido saborear de un 2023 grabado a fuego. De la bomba de oxígeno que suponía cerrar años anteriores, durante esas temporadas oscuras donde ya no queda rastro, a verlo ahora con cierta melancolía, pero esta vez porque Los Guindos ha brillado con fuerza en estos doce meses mágicos. Un proyecto que en al clausurar 2022 ya daba vislumbres optimistas, pero que ha terminado por explotar, con el tándem Juanma Rodríguez-Ibon Navarro como ideólogos. "El ingeniero y el arquitecto, la simbiosis perfecta", como ha recalcado en más de una ocasión, de forma coloquial, Antonio Jesús López Nieto. El presidente fue práctico, cuidadoso a la hora de acercar el club a la ciudad, dar su peso a leyendas que pusieron la semilla y a partir de ahí construir, o recuperar, la identidad que se había adolecido en tiempos pretéritos. Su llegada fue accidentada, pero actualmente su gestión es difícil de rebatir, por un lavado de cara que se ha ejecutado en plazos récord. De las tinieblas a experimentar uno de los contextos más bellos de la historia del Unicaja, ya camino del medio siglo desde su fundación, tres décadas desde la fusión entre Caja de Ronda y Mayoral Maristas. Málaga está más viva que nunca baloncestísticamente hablando, y tiene parangón con el trienio dorado del club.
En primavera del 2022, el Unicaja deambulaba por no bajar descender a LEB Oro. No se anduvo lejos de ser un Estudiantes. Hace menos de dos años. Es para valorar el proceso. En su momento se ratificó a Ibon Navarro, decisión que no era fácil de justificar, en un final de la 21/22 calamitoso. "Con hornos no puedes hacer helados", una frase que verbalizó el vitoriano en ese tramo, donde hizo el esfuerzo por venir. Pero necesitaba construir. Y vaya que si lo hizo. Con un grupo de jugadores que va a la memoria, como la rotación del Unicaja campeón de ACB en la 05/06 u otras plantillas legendarias que se han tenido. Talento, carisma, pero una buena mezcla de personalidades, que se traduce en una química muy particular. Es algo que se ha enfatizado continuamente desde el club, la fortuna en ese factor, que al margen de automatismos y sistemas, deliciosos, hace que ese funcionamiento sea pleno. "Mucho mérito de que el equipo trabaje así, más allá del talento, es mucho de las personas; que todos antepongan al equipo y que cada uno haga lo necesario para que el equipo gane. Para que a los jugadores les vaya bien en sus carreras, esta es la base. El mérito es de ellos. El haber encontrado a catorce tíos así", decía Ibon Navarro tras el reciente Unicaja-Barcelona, que ponía punto y final a un 2023 memorable y sirve para ilustrar los momentos que corren en Los Guindos.
46 victorias y 18 derrotas ha acumulado el Unicaja en 2023, un 71.88% de victorias, el segundo mejor registro en la historia del club, solo por detrás del 2001 (72.13%), el campeón de la Korac con BozaMaljkovic. Desglosadas en 31 victorias en ACB, las tres maravillas de la Copa de Badalona, once triunfos en BCL y uno en la Supercopa de Murcia. Dos finales, un tercer puesto en una Liga ACB que va alterando su competitividad cada temporada; se ha batido la racha de números de victorias en Liga (ahora de 12) y una cuarta posición en BCL, el único lunar del año esa Final Four, pero que ayudará a recordar en un futuro lo complejo que es tocar plata. No empaña, sino que supone un acicate. Otro hecho importante de este año es que Ibon Navarro superaba a Maljkovic (64.56%) como el entrenador con mayor porcentaje de triunfos (65.71%). Además, superó la barrera de los cien partidos, registros que ya le colocan, pese a no llegar a los dos años de su fichaje, como uno de los preparadores más más ilustres en los anales del club malagueño. El hombre del plan, parte de la épica en BadalonaBadalona y ese cántico que adorna su peso en este proyecto. Es una arista indispensable, por su liderazgo, un tipo pasional, trabajador hasta el extremo y que ha diseccionado una idea baloncestística muy rica; un ritmo que en Málaga encanta, pero amoldado a lo que demanda el baloncesto actual, el contar con una plantilla larga y donde los números, no lo estadísticos, sino la cuota precisa de cada jugador, parte como una de sus premisas principales.
Se ha sido fiel a esa idea. Hubo una secuencia reciente, de 14 partidos, y 12 jugadores distintos acabaron como MVP, algo que ejemplifica al equipo malagueño. Hay doce líderes. Por características, Kendrick Perry es el que mejor puede plasmar esa idea, de correr y vértigo, pero sería injusto colocarle la etiqueta de referencia. No obstante, fue el máximo anotador del año natural, con 12.7 puntos por partido. Pegamento dentro del vestuario a la la hora de unir relaciones. "Es el que siempre propone hacer planes fuera de la pista", decía Alberto Díaz a Málaga Hoy. Pero como lo es Dylan Osetkowski y esa personalidad californiana, hasta Will Thomas, hombre de pocas palabras, ejerce como guía, y así se puede pasar revista con el resto de la plantilla. Reparto atomizado en cuanto a jerarquías, y eso se ve reflejado en la pista, con una gestión de grupo que requiere de máxima precisión. Pero se tiene interiorizado el concepto. Y además el equipo juega como los ángeles, exterioriza una autoestima enorme. Y todos los jugadores sienten Málaga como un hogar cálido, para echar raíces, como ese ecosistema ideal después de hacer maletas con tanta frecuencia, casos del propio Perry, Kalinoski, Kravish o Kameron Taylor, el último en llegar y parece que acumula un lustro en el club.
La Unicajamanía más aguda
El Martín Carpena merece un espacio importante en este 2023. Se ha recuperado el corazón del Palacio. Ya antes de la Copa del Rey, había registros cerca del lleno, en partidos de poco cartel y mal horario. Después de Badalona, vino esa ola definitiva. Los abonos para la 23/24 se agotaron en cuestión de horas, más de 9.000 que tiene registrados el club y un aforo completo que supone una rutina. Fue especialmente llamativo que el Carpena se llenara en un Unicaja-Real Madrid de un Trofeo Costa del Sol intrascendente, o la visita del Falco Szombathely en BCL, con cerca de 9.000, ante un equipo del que apenas se tiene conocimiento en Málaga. Porque ahora se va a ver al Unicaja, y el Palacio se convierte en un lugar de ocio selecto en la ciudad cuando el equipo cajista comparece. Hay una unión especial, especialmente con gran aforo de público joven, que es otra consecuencia invisible que deja este año: la renovación de la masa social del club. Conseguir una entrada para ir al Carpena se ha convertido en una tarea ardua, y uno de los retos será mantener ese pulmón. La pelota tiene que entrar, pero hay un ambiente festivo sorprendente, con ese himno que se ha convertido en una bandera expansiva. El colofón ante el Barça fue algo formidable, y de ese factor dependerá, en parte, de las aspiraciones en un futuro. Si el Carpena conserva dicha atmósfera, va a ser muy complicado que se escapen victorias de aquí. Y se acerca la Copa, abonos para los cajistas que también volaron en minutos. Es un equipo que genera adicción. Picor en el estómago que ha vuelto a Málaga. Y hay que saborear estos tiempos.
Y viene un 2024 de emociones fuertes porque este Unicaja da indicios para la ilusión. Imposible el no soñar con un título. Se apunta a la BCL como el camino más plácido, una cuenta pendiente en el vestuario malagueño que se mantiene después de aquel varapalo con el Bonn. "Tener los pies en el suelo. Evidentemente no limito las ilusiones de la gente, pero tenemos que ser conscientes de los tiempos. Cuando llegué dije que intentaríamos molestar a los grandes, con buenas maneras, no molestarles porque sí. Y ahí estamos. Con que cayera un título, ya me daba por satisfecho. Tampoco renunciar a ninguna. La Copa del Rey tiene una maldición, pero hay una doble maldición. Hace mucho tiempo que no la gana el equipo que la organiza, y en Málaga hemos tenido la mala suerte de no ganar nada. No podemos obviar que a un partido se puede ganar, pero vuelvo a recalcar, para que la gente sea consciente, que el Madrid nos cuadruplica el presupuesto. Es el mejor equipo de Europa, así que es favorito para todos los títulos. A partir de ahí, intentaremos molestar. Y que al Barcelona no le den por muerto, porque tiene una gran plantilla y en cualquier momento puede reinventarse. El Baskonia es un equipo increíble, el Valencia o el Murcia. Hay que pelearlo. Nosotros somos un equipo solvente, con una identidad y estilo de juego que encanta a la gente y a todos. Peleamos mucho, pero ganar es muy difícil. Vamos a estar en la mesa. Sigo diciendo que nuestros objetivos eran estar en la Copa por derecho propio, en los play offs de ACB, que ya están muy encaminados, y en BCL tenemos un grupo complicado ahora. La obligación es llegar a los cuartos de final y tratar de estar en la Final Four. Vamos a trabajar. Si puede venir algún título, mejor, es lo que nos gustaría. Pero hay que ir trabajando para que se vayan acercando los hitos", explicaba López Nieto en su balance. Entra 2024, pero ojalá 2023 nunca se marchase. Qué año.
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