Mario Saint-Supéry: "Es una suerte tener cinco años asegurados en el Unicaja"

El canterano malagueño, protagonista en el documental Golden Boys 2.0 de Movistar, donde deja alguna reflexión interesante con su descaro

Una gran anécdota con James Worthy

Todos quieren a Mario

Saint-Supéry, en una sesión de fotos
Saint-Supéry, en una sesión de fotos / ACB PHOTO

Mario Saint-Supéry, junto a otros talentos emergentes del baloncesto español como Aday Mara, Lucas Langarita, Izan Almansa o Baba Miller, es protagonista del documental de Movistar Golden Boys 2.0. Un repaso a los inicios de estos jugadores, algunos campeones del mundo sub 19 el pasado verano en Debrecen (Hungría), los que deben liderar la transición actual tras una época prodigiosa, y una reflexión que aparece por instinto tras las retiradas recientes de Rudy Fernández, Sergio Rodríguez o Víctor Claver, el último en colgar las botas. Es la primera entrevista que da Mario Saint-Supéry, que tendrá que acostumbrarse a esa exposición, recién cumplidos los 18 años y una carrera que dará un salto a partir de este verano, con una nueva salida del Unicaja y parece que a ACB. El canterano del Unicaja exalta la figura de su padre, "tan friki que le encantaba venir conmigo a entrenar. Antes me hablaba de muchos temas técnicos, pero ahora como he pasado a su nivel, me habla de ganar, qué podía haber hecho mejor, eso me ayuda", con atrevimiento a la hora de expresarse, transportando lo que refleja en la pista".

Cuenta una gran historia de su infancia junto a James Worthy, leyenda de los Lakers, que visitó Málaga en 2014 al campus del colegio Novaschool Añoreta. "En un campus que hay al lado de mi casa en Málaga, en un colegio, vino James Worthy. Yo iba con la equipación de los Lakers, el me vio y me dijo 'tú, ven para acá'. Me puse a tirar tiros libres delante de todo el mundo del campus con 7 u 8 años que tendría. Yo no sabía quién era Worthy, era mi padre el que lo sabía. Cuando acabé aquello, mi padre estaba súper emocionado y yo le decía 'este quién es'. Con 15 años fui el más joven en debutar con el Unicaja y fue como cumplir un sueño. No en todos los vestuarios hay un chico de 16 o 17 años, diría que he sido como el juguete de los demás (risas). Con la sub 16 era el jugador que más minutos tenía y con la sub 18, al ser de un año menos, la primera vez con ese equipo, pasé de ser el capitán de una generación a ser el último mono, por decirlo de alguna forma", bromeaba. Explica ese último paso a Burgos. "En Unicaja estaba teniendo minutos, pero sentía que tenía que jugar algo más. Se fue el base titular del Tizona (Dídac Cuevas) y ellos buscaban un base. Vieron la oportunidad, lo gestionaron y salió. Pasé de un cambio grande, de estar todo el día con el sol y la playa al lado, a estar todo el día con el abrigo puesto. En Burgos hace mucho frío. Tuve mucha suerte del nivel que tiene el equipo, también en Málaga, el sitio donde está el Unicaja ahora y la oportunidad que me da el club de estar cinco años con ellos asegurados", afirmaba el rinconero.

En el documental, hay gran presencia de Sergio Scariolo, recién renovado hasta 2028, entre otros motivos, por liderar y potenciar a esos futuros proyectos. "Tengo bastante claro que lo mejor que vendrá, probablemente no lo viviré. Es evidente que estamos en un momento de transición, una realidad que no hay que ocultarla y que venderla de forma diferente con respecto a lo que es. Por otro lado, dar un paso atrás justo en este momento, sería muy ventajista y oportunista. Ahora que todo el mundo dice que igual no vamos a repetir las grandes cosas que hemos conseguido... Hay que ayudar a estos chicos a dar estos pasos, incluso acelerar el proceso para poderles hacer en el primer equipo, es una grandísima motivación; porque tenemos mucha ilusión, un gran respeto de lo que hemos sido. Damos mucha importancia, no solo al aspecto táctico, sino saber cuáles son nuestros valores, cómo queremos que sean reconocidos nuestros próximos talentos, qué respeto para ellos mismos, los cuerpos técnicos, rivales; hay muchas cosas que van más allá de meterla en una canasta. La presencia de estos jugadores jóvenes es una motivación para los veteranos. El sentido del legado, de poder transmitir la esencia de lo que es este equipo, interesa y motiva a los jugadores. Aquel del 80 fue un grupo de germinación espontánea, donde coincidieron un grupo de jugadores de mucho talento, casi sin darse cuenta. Los de ahora han crecido de una forma diferente, ya se ven como proyectos de alto nivel. La NBA es un objetivo más alcance de los jugadores que antes, así que son capaces de ver un poco más allá", desarrollaba el seleccionador.

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