Un mes de marzo infernal

El calendario ha dado a los equipos un respiro, poco en el caso del Unicaja, apenas una semana de desconexión para retomar la competición. Los malagueños, aún de resaca emocional tras lo logrado en Badalona, encaran este mes de marzo con dos objetivos en mente, pese a que el contexto en la plantilla no es el mejor, con esa ausencia de Djedovic que condiciona algo los planes. No olvidemos que el Unicaja cayó en sus dos partidos anteriores a la Copa, por lo que el colchón en Liga Endesa con los equipos a rebufo, se agotó. El partido con el Girona es envenenado, más importante de lo que parece, y que inevitablemente queda algo eclipsado con la celebración que se espera, pero se debe sacar adelante para mostrar fortaleza en esa pelea.

Y en Europa, atar la clasificación para cuartos en la BCL, se dejó el trabajo encarrillado hace unas semanas, pero la fase decisiva de este Rounf of 16 viene ahora. Por orden de prioridades, porque sí que es verdad que la competición es sugerente para conquistar otro título, pero como decía Ibon Navarro en este periódico. “Lo que nos da de comer es la Liga Endesa”, se mostraba taxativo el vitoriano. Y en ese proceso, semanas de máximo estrés. Ocho partidos en las próximas tres semanas. Una travesía que arrancará frente a los de Aíto este sábado, 4 de marzo, y dará a su fin el próximo día 26 frente al Coosur Betis en San Pablo. Agárrense, que vienen curvas.

En el doble duelo frente a Galatasaray (7 y 9 de marzo), con ese viaje a Estambul incómodo es donde se va a decidir gran parte de las opciones por ser líder de grupo. Si el Unicaja es capaz de hacer pleno, estaría prácticamente atado, con el efecto que supone en la siguiente fase: tener factor cancha favorable en los cuartos, y ya sabemos lo difícil que resulta imponerse en el Palacio. Sin lugar a la relajación, jugar frente a UCAM en Murcia, complicadísima visita, para ellos una final porque los de Sito Alonso ya van tarde para estar en la segunda fase de la temporada, eso será el domingo, 12 de marzo.

Tres días después, recibir a Limoges en el Carpena, ya con más de un pie fuera el conjunto galo en la competición, día trampa pese al contexto favorable. Los malagueños tuvieron ese accidente frente al Sassari en la primera fase, seguro que una lección. Ya es elucubrar de más; la cuestión es que tras regresar de Murcia, jugar frente a un equipo que ya se mostró duro en el partido de ida. Ese fin de semana (19 de marzo) la revancha de los cuartos de final de la Copa, al menos por un tiempo será especial jugar contra el Barcelona al ser la primera de la s tres gestas en la Copa. Tantos atractivos en esa cita, con un Carpena que estará a reventar, ya solo con un centenar de entradas a la venta. Al margen de un ambiente estelar, el enfrentarte ante un coloso de Europa y todo el estrés y sacrificio que conlleva.

En la última etapa del mes, viajar a Atenas, lugar especial del club malagueño , y vérselas con el AEK de Atenas (21 de marzo), ahora mismo el rival potencial de los verdes por el liderato, un balance de 2-1 tienen los helenos. Es clave llegar a tierras griegas con los deberes hechos por lo siempre difícil que es imponerte en esos ambientes tensos; muy serios estuvieron en el Carpena, de los días que más costaron sacar adelante. Por último, un derbi andaluz (26 de marzo) con el Betis en Sevilla, especial por cómo se suele involucrar la Marea Verde en estos días, seguro que la ola de la Copa ayuda.

Son semanas importantes también pensando en lo que pueda venir en mayo, una carrera de fondo en la que es importante marcar terreno desde el principio. Este Unicaja ha mostrado una fiabilidad arrolladora, competitividad hasta en los días donde salió todo cruz. Tras ganar la Copa, y los efectos que deja en tu estatus, ahora los rivales te van a ver de una forma diferente, hace que sea el momento de dar otro paso más. El camino hasta ahora es extraordinario, inmejorable, hasta épico por esta Copa, pero viene la fase de temporada más interesante. En el horizonte, optar al mejor curso de la historia del club. Qué cosas y quién se lo podía imaginar.