La metamorfosis de Osetkowski, 16 kilos menos y otra dimensión de jugador
El jugador americano bajó en dos años 16 kilos y ahora es un jugador de mayor dimensión, más orientado hacia el cuatro, que es el hombre más valorado del Unicaja en el arranque
Dylan Osetkowski (San Diego, 1996) es uno de los jugadores del Unicaja que mejor sensación está causando en este arranque de temporada. No está pagando excesivo peaje en la adaptación a la durísima Liga Endesa, que siempre cuesta. Es el jugador mejor valorado en los 12 partidos oficiales disputados, con 11.1 puntos (excelentes porcentajes de 45% en triples, 60% en tiros de dos y 77% en libres), 4.9 rebotes, 1.2 asistencias y 1.4 robos para un total de 13.3. Versatilidad, capacidad para jugar de cuatro y de cinco, un arma táctica de alto calibre. Más allá, tiene carisma y gusta.
Se cumplirán en breve dos años desde que Osetkowski jugara por primera vez en el Carpena, con el Ulm en la Eurocup. Era época dura de covid y el Palacio estaba vacío, pero el norteamericano dejó su tarjeta de presentación a la afición malagueña. Decidió aquel partido, no muy trascendente para el equipo malagueño pero sí para los alemanes, con varias canastas para el cuadro que entonces dirigía Jaka Lakovic, ahora en Gran Canaria. Comenzaba entonces el declive de aquella plantilla cajista que acabaría llevándose por delante a Luis Casimiro.
Aquel Osetkowski parecía un cinco, pero este que aterrizó en Málaga se parece más un cuatro. El californiano ha cambiado su cuerpo en este tiempo trabajando bastante duro. El resultado es que ha bajado 16 kilos y su cuerpo está bastante más fibrado. Está teniendo más minutos de cuatro que de cinco, aunque según el contexto puede ocupar las dos posiciones. Ibon Navarro explica a Málaga Hoy cómo ha sido el proceso de adaptar las nuevas cualidades de Osetkowski. “Todo va de la mano de su mejora física. No tiene nada que ver con el cuerpo del cinco que era capaz de acabar a contacto porque pesaba 16 kilos más. Entonces es la diferencia entre cuando lo compras y cuando te llega, compraste un jugador más pesado y te llegó un atleta. Ha habido un gran peso suyo, de querer a nivel individual mejorar mucho. Hemos tenido el problema de que se ha sobreentrenado, le hemos tenido que decir ‘basta, no vas a entrenar más’”, señalaba Ibon Navarro, que también destacaba al americano por su implicación en el vestuario y para hacer grupo.
Pero ese Osetkowski cambiado ha implicado que “por ahí hemos tenido que reajustarnos un poco. Nos hemos encontrado con un cinco que es un cuatro, no un cinco. A nivel de movilidad es un buen defensor de bloqueos directos contra los cincos, no tanto de poste bajo, con una grandísima actividad de manos, brutal, con una muy buena capacidad de pase y que tiene que tomar mejores decisiones cuando pone el balón en el suelo, tanto de cuatro como de cinco. Al final la Liga lo irá estudiando y habrá parámetros que son claros que hay que limitarle. Pero yo confío mucho en que él va a ser capaz de mejorar, técnicamente también”, sostiene Ibon Navarro, que participa en el desarrollo de un jugador que puede hacer crecer al equipo mientras él lleva su carrera a otra dimensión distinta. Asentado en la ciudad, que le recuerda a su San Diego natal, ya se ha hecho algún tatuaje en Málaga y a través de sus redes sociales difunde una experiencia de la que parece disfrutar tras una metamorfosis por la que ha perdido 16 kilos y ha cambiado su perfil como jugador.
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