Opinión
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Ningún avión procedente de Europa podrá aterrizar en Estados Unidos desde la media noche de este viernes 13 de marzo. Es una de las medidas más drásticas que ha tomado Donald Trump hasta ahora por la crisis del cadenavirus COVID-19. Sólo los vuelos procedentes de Gran Bretaña están fuera de este veto, aunque esta peculiaridad podría caer con el paso de los días. Los pasajes para subir a un avión antes de que entre en vigor esta prohibición de 30 días ha subido bastante de precio y muchos estadounidenses que desarrollan su trabajo en Europa han decidido volver a casa para vivir allí esta situación de incertidumbre. En el Unicaja, ninguno de los tres estadounidenses ni el canadiense Melvin Ejim han cuestionado su presencia en la capital de la Costa del Sol. Todos se quedan en Málaga e irán solventando las limitaciones que tiene el deporte de la canasta en esta crisis siguiendo las directrices del club como el resto de jugadores extranjeros.
El Unicaja ha visto cómo se suspenden los partidos de ACB y cómo la Euroliga ha hecho lo propio con los encuentros que dependen de su organización, al menos hasta el 11 de abril. Con dicho panorama, Josh Adams, Frank Elegar y Deon Thompson -los estadounidenses del equipo- están en la ciudad junto a sus familias por lo que no se han planteado la posibilidad de una marcha temporal a su país. Elegar, neoyorquino, es de uno de los lugares en los que la expansión del coronavirus es más potente: Nueva York declaró el jueves el estado de emergencia para tratar de frenar el contagio de la enfermedad, medida que Trump acaba de extender al resto del país.
Ahora, el Unicaja se enfrenta con los problemas que han dado con la suspensión de los entrenamientos del equipo "hasta nueva orden". Entrenarse en conjunto no es una opción y ahora hay que planificar la preparación de manera individual, evitando los contactos y desplazamientos que puedan suponer un riesgo de contagio.El principal problema estriba en los lesionados que deben de seguir una recuperación acompañada y estar en manos de los profesionales médicos del Unicaja. La plaga de bajas que aún mantiene con pocos efectivos a la escuadra malagueña es ahora un pequeño rompecabezas a la hora de planificar las pautas a seguir en los días de aislamiento.
Sin una fecha de reincorporación a la dinámica habitual de trabajo y con el comunicado de la Euroliga que confirma que no se jugarán partidos de Eurocup hasta, como pronto, el día 11 de abril, ahora el reto es conseguir que los procesos de recuperación no se vean truncados y que el punto de forma de los jugadores que no tienen afecciones físicas se mantenga dentro de unos parámetros que no supongan un problema en el plazo de un mes. Aún está por ver cuánto durarán y cómo serán las restricciones futuras por el coronavirus COVID-19, pero el reto está en aprovechar las fechas para recuperar efectivos sin que se vaya el fuelle competitivo. Complicado con toda la plantilla, cuerpo técnico y médicos siguiendo las directrices de reclusión en el hogar y evitar zonas de riesgo.
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