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La nueva ola desde Los Guindos
Álvaro Folgueiras, Álvaro Fernández, Rubén Vicente, Mario Saint-Supéry y Miracle Bamadu son la avanzadilla que ya entrena con el primer equipo en esta ventana de una camada prometedora
En una semana de parón competitivo de clubes por las ventanas, el Unicaja ha recurrido a la cantera para completar los entrenamientos del primer equipo, desprovisto de cuatro internacionales españoles. Cinco jóvenes (Álvaro Folgueiras, Álvaro Fernández, Rubén Vicente, Mario Saint-Supéry y Miracle Bamadu) ayudan de miércoles a domingo a que Katsikaris mantenga el ritmo de los entrenamientos. Durante el último mes y medio, los miembros de su cuerpo técnico (Paco Aurioles, Ángel Cañete y Alberto Miranda) han trabajado un día por semana con ellos intentando que se familiaricen con conceptos y hacer más fácil la transición. Tres jóvenes de 16 años y otros dos de 15 son parte de una camada, la del trienio de nacidos entre 2005 y 2007, en la que hay depositadas muchas esperanzas en Los Guindos. Hay casi una decena de jugadores de esos tres años en órbita de selección española y el equipo de Liga EBA que dirige Antonio Herrera marcha líder del Grupo D-A junto al Almería, ambos con 7-1, algo insólito. Justo este domingo (13:00 horas) ambos equipos se ven en Los Guindos, un buen sustitutivo para quien tenga ganas de baloncesto. Los jóvenes cachorros cajistas promedian más de 86 puntos por partidos y ofrecen un baloncesto de ritmo vertiginoso que le ha llevado a ganar siete partidos seguidos. De fondo está la idea de recuperar la próxima temporada un equipo en LEB Plata para que no haya el abismo al final de la etapa junior y se le dé continuidad al trabajo de cantera.
“Sí, estamos sorprendidos, la verdad, por los resultados. Tenemos muy claro que la competición nos tiene que servir como medio para que los chavales crezcan, que el equipo tenga buenos resultados es porque tienen una mejora individual. Se nota esa mejora, es un reto grande superarse cada semana. Cuando vas tan bien clasificados, los rivales está avisados y lo ponen más duro, es parte del crecimiento. Almería, por ejemplo, es un muy buen proyecto, practican un baloncesto muy ofensivo, será un partido bonita”, relata Antonio Herrera, que durante cinco años fuera parte del cuerpo técnico de Joan Plaza en Málaga y que desde hace tres es el director técnico de la cantera y entrenador del equipo junior que también juega en EBA, ahora temporalmente con el refuerzo de Pablo Sánchez mientras el aún joven jiennense espera destino.
Herrera dirige cada día a cuatro de los cinco jugadores que entrenan esta semana con Katsikaris. Folgueiras, Fernández, Vicente y Saint-Supéry, éste aún cadete, son parte del equipo de EBA. Bamadu también se ejercita puntualmente con ellos pero se optó por que jugara liderando al equipo cadete en la Liga Provincial, aunque la vía para que ascienda está abierta. Con él, varios chavales de 2007 muy interesantes, cuatro de ellos han sido citados con la selección española sub 15 para este puente de diciembre, como Saint-Supéry con la sub 16.
Herrera ayuda a conocer cómo es este grupo de jugadores que trabaja con Katsikaris y, por ejemplo, con un campeón de la NBA como Norris Cole. Quien más ha llamado la atención ha sido el paleño Álvaro Folgueiras, MVP en una jornada con 42 de valoración y que promedia 13.2 puntos, 10 rebotes y 3 asistencias para 21.3 de valoración en estos ocho primeros partidos de Liga EBA a sus 16 años. Debe ser uno de los líderes también de la selección española sub 17 que jugará en Málaga el Mundial de la categoría el próximo verano. Mide 2.08 metros y es capaz de hacer muchas cosas distintas en la pista. “Es un talento natural para el baloncesto, tiene mucha facilidad para anotar, entiende bien el juego y creo que cada vez tiene más recursos para aportar el equipo tanto ofensiva como defensivamente. Es un chaval muy apasionado por el baloncesto, muy buen competidor. Está creciendo y estamos cuidándolo para que vaya todo bien en este proceso”, afirma Herrera, que cuestionado por qué posición le proyecta arribalo ve como “un tres. Hoy en día en el baloncesto moderno el tres hace casi lo mismo que el cuatro, vamos a intentar que vaya por ahí, por el tres, pero no me preocupa demasiado, los jugadores casi hacen lo mismo. Tiene de campo de mejora una actividad más constante en defensa y su nivel de concentración, que cada vez sea más continuo”.
El base Álvaro Fernández (1.86 metros) es natural de Granada aunque desde edad infantil está en Málaga. Ha crecido bastante en el último año. “Es un base, un uno capaz de hacer todo. Dirige, anota, asiste, tiene una gran lectura del juego, una capacidad importante para defender, que en esa posición es importante, Estaba ya en el junior el año pasado, su físico y su tiro lo está mejorando mucho, está cuidando mucho su talento”, reseña sobre él Antonio Herrera: “Casualmente veía hace un rato el partido del año pasado en Almería y parecía otro jugador, fue el que más me sorprendió por el cambio que ha dado. Ya no es tan pequeño. Tiene que mejorar su toma de decisiones, cuándo debe desbordar o sacar ventaja en el bloqueo directo, no tanto para él como para repartir. Es algo que lleva más tiempo. Tiene capacidad más para crear su ventaja, pero seguro que evolucionará”.
Rubén Vicente, alero de 1.98 metros y también de 2005, llegó a Los Guindos en edad infantil desde Malloca. Como Folgueiras y Fernández, ya el año anterior estuvo a tiempo completo en el equipo junior y ha estado en las convocatorias de la selección española. “Es un tirador, un especialista, un finalizador. Su punto fuerte es el triple y está trabajando muy bien en aprovecharse de esa capacidad que tiene de tirar para generar otras situaciones. Está haciendo trabajo en distintos tipos de finalizaciones cerca de aro. Es un perfil de Jaycee Carroll, especialista en ese tipo de tiro, pero intentando que sea cada más completo. Tiene brazos largos, buen físico, es un niño muy inteligente, con un entorno familiar fantástico y muy maduro”, explica Antonio Herrera sobre él.
En el equipo junior sólo hay tres jugadores de segundo año, Javi Luque, Tanchyn, que hizo la pretemporada con el primer equipo pero que ahora no fue requerido, y Victory Onuetu, que fue recuperado tras un gran año en Alhaurín de la Torre. Además, hay dos cadetes, Mario Saint-Supéry y Baboucar Badji, a tiempo completo. Y otro, Miracle Bamadu, también entrena días fijos y ha entrado en el grupo que trabaja ahora con Katsikaris. “Hemos entendido desde la cantera que va a crecer más rápido en Primera Nacional. Lo que valoramos es la competición que va a servir para hacer más cosas y crecer más rápido. Ahí él puede jugar más 1x1, tirar más veces abierto, jugar a campo entero con bote y en EBA le costaría más a día de hoy, lo que no quiere decir que en dos meses no pueda hacerlo. Es un jugador conn un atleticismo muy importante, muy físico, de baloncesto moderno, de energía, de rebote, de defensa, de contacto. Es capaz de anotar de fuera con los pies parados e intentamos que sea un buen jugador 1x1, de cara al aro”, refiere Antonio Herrera sobre el alero de 2.01 metros natural de Puente Genil, como los hermanos Tamba, que el verano pasado estuvo en la sub 15 con Saint-Supéry: “Es ese tres físico que hay en el baloncesto moderno en el que estamos. A los jugadores les ponemos un role model, alguien de la élite en el que puedan fijarse. A él le decimos un Adam Hanga, un Axel Toupane, ese tipo de perfil. Sin duda, es más exterior que interior. El proyecto nuestro con él de largo plazo es un exterior, ni hablamos de interior. Le daremos recursos en el poste bajo, pero trabaja más por fuera”.
Por último, Mario Saint-Supéry, de 15 años y que ya roza el 1.90. Está teniendo un gran peso en el equipo de Liga EBA. Por ejemplo, en el último partido en Jaén acabó con 18 puntos, con cuatro triples y siendo básico en el triunfo. Promedia 9.4 puntos (50% en tiros de dos, 36% en triples y 83% en tiros libres), 3.8 rebotes y 1.3 robos para 10.5 de valoración en 19 minutos en pista. Su primer año de cadete lo pasó en el Novaschool y regresó al Unicaja. “Mario la verdad es que está siendo una gran sorpresa, capaz de jugar muchos minutos importantes. En Jaén, un partido muy complicado al final, lo juega y tiene mucho protagonismo. Sorprende su madurez, suma mucho, hace muchas cosas distintas en el campo, ayudado porque tiene una actitud espectacular y porque tiene mucho físico”, le define su entrenador, que le ve opciones de crecimiento importantes: “A partir de ahí es capaz de hacer muchas cosas, para nosotros sería en el futuro un 2-1o un 1-2, en ese ejemplo que les ponemos, un Sergio Llull. Lo coge muy rápido todo, es muy buen chaval, entrena muy duro, es muy niño en el buen sentido, no lo parece jugando. Los mayores le cuidan, le quieren y protegen, le veo muy feliz. A la vuelta al club había que ver la adaptación. Puede ser un base capaz de hacer de todo, tiene capacidad para anotar, tirar, tiene entendimiento del juego, sabe por qué se hacen las grandes tareas, por qué y para qué hacemos las cosas. No lo encasillaría en uno o dos, puede ser ese combo”.
“Me ayuda para trabajar darles ese role model, nos gusta proyectarlos así en junior. Más pequeños hacen todos de todo, el trabajo es mucho menos especializado, en junior sí empieza a especializarse más. Nosotros intentamos que no haya demasiada diferencia exceptuando el cinco en el juego, todos los demás suben el balón cuando cogen un rebote, por ejemplo. Las posiciones son más relativas. Folgueiras, por ejemplo, puede jugar un bloqueo directo aunque defienda a un cuatro por su tamaño. Salen todos con bote, todos pueden jugar bloqueo directo. En cadete también los cincos hacen de todo. Para que funcione sí necesitamos un cinco en juniors que sea capaz de organizarnos el espacio”, explica Antonio Herrera sobre parte de la metodología que se sigue con los jugadores de Los Guindos.
Los dos primeros equipos del grupo D-A juegan una eliminatoria con los dos primeros del Grupo D-B para meterse en la fase de ascenso a LEB Plata. No es un objetivo de partida para el club, que estudia conseguir los recursos para poder salir la temporada que viene en la categoría superior. Pero el arranque ha sido ilusionante tras ocho jornadas de las 22 que tiene la liga. “El gran objetivo es construir jugadores para el primer equipo. A corto plazo, que los cinco hayan podido ayudar al primer equipo, que cuando acaben la temporada haya jugadores que se vea que pueden terminar en el primer equipo. No niego que la competición es un medio para que ellos crezcan. La EBA es importante, el Campeonato de España o el de Andalucía son importantes. La EBA es un medio para crecer también, hay jugadores experimentados, hace poco jugamos contra algunos que estuvieron en ACB”, comenta Herrera, que recuerda que se cuida mucho el baloncesto, pero al mismo nivel los estudios: “La mayoría entrena cinco días, si jugamos el domingo seis, pero hay un grupo que entrena todos los días, los miércoles, hacemos trabajo individualizado. A principio de semana más circuito por posiciones, se trabajan los fundamentos, a final de semana más entrenamientos colectivos. Además se trabaja la preparación física con Diego Vázquez de manera específica. En los estudios hacemos mucho hincapié, se ha cambiado por la tarde esta semana el trabajo del primer equipo para que ellos no faltaran a clases. Se presta mucha atención al nivel académico, la exigencia del Bachillerato es alta, con los becados la tutora está encima, con los padres de no becados se habla constantemente. Ya ha habido jugadores que no han jugado algún partido de Liga EBA, podemos quitarle el partido para que aprendan a ser responsables. Se pueden llevar las dos cosas. Pablo Tamba, Rafa Santos o Pablo León aprobaron Bachillerato el año pasado, en el anterior Javi Rodríguez y Pablo Sánchez... Siempre hay alguien que no puede, pero entra en el módulo. Por ejemplo Badji hace jardinería, está de 8 a 3 en un módulo. Se trata de buscar todos los huecos y sacarle un rendimiento. Otros hacen módulo de informática, de educación física.. Lo que sea, con exigencia en las notas”.
Así se prepara la nueva ola que llega desde Los Guindos, esta semana pueden trabajar con el primer equipo y familiarizarse con el baloncesto profesional en una relación de la que los mayores también se aprovechan.
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