"El objetivo de Mario con el baloncesto es divertirse"
Kiko Fernández, padre de Mario Saint-Supéry, el jugador más joven en debutar con la camiseta del Unicaja, habla sobre cómo ha sido la evolución de su hijo y cómo vive la familia y un momento emocionante

La semana pasada se produjo un acontecimiento histórico con el debut de Mario Saint-Supéry en la primera plantilla del Unicaja, el jugador más joven en hacerlo en competición europea y en ACB en la historia de la entidad malagueña. Su padre, Kiko Fernández, estuvo en Zona Verde de 101TV explicando cómo era la experiencia y en una larga charla reflejó cómo se vive el desarrollo de un adolescente hasta llegar a la élite, aun siendo consciente de que es una presencia, de momento, circunstancial.
"Estamos muy contentos y desconcertados porque todo ha venido muy rápido. Hace seis meses estaba en el Novaschool, ni estaba en el Unicaja, no podíamos ni soñarlo. Ha sido todo muy rápido, jugar en EBA ya era un sueño. El hecho de debutar en ACB, sabemos que no es su sitio realmente, es un premio a su trabajo. Como padres estamos muy contentos, pero tenemos que ponerle los pies en el suelo porque no es su sitio, obviamente. Para eso estamos", dice el progenitor del canterano cajista: "Va al instituto lo que puede, pero tiene muy claro que el baloncesto consiste en divertirse. Esto es un accidente, no podemos olvidar que hay varias lesiones y debuta por mala suerte de los compañeros. Pero el mero hecho de ir a entrenar en agosto ya fue una sorpresa y no podemos más que dar las gracias e inculcarle que tiene que trabajar aún más. Ya se ha puesto a un nivel de entrenamientos y de baloncesto en que la única forma de mejorar es trabajar más aún de lo que lo hacía".
"Mi hijo empieza a jugar al baloncesto con cuatro años", relata el padre de Mario Saint-Supéry: "Yo jugaba, soy un auténtico friki del baloncesto, me vuelve loco. Hay semanas que me veo 14 partidos entre directos y streamings. El objetivo de Mario con el baloncesto es divertirse, el de todos los niños debería serlo. Pasa que él va mejorando y poco a poco y para mí la clave es que él quiere más. Yo soy ambicioso en el aspecto en que el baloncesto le va a hacer mejor persona, como me lo ha hecho a mí. Mis grandes amigos son amigos del baloncesto. Yo me apoyo en Manolo Trujillo, que sabe de baloncesto y es íntimo amigo mío, cada decisión que debo tomar con Mario pasa por Manolo. A veces le hago caso y a veces no. Soy ambicioso no porque crea que Mario deba ser profesional ni nada de eso. Debe ser un poco mejor en lo que es. La clave de todo es el trabajo. Yo le ayudo en lo que puedo, pero cada vez puedo menos. Antes jugaba con él, ahora soy una máquina de coger rebotes y pasar. Pero no os podéis hacer una idea de cómo estoy disfrutando del camino. Siempre digo que es mejor que me hubiera tocado la lotería".
"Ni su madre ni yo queremos darle mucho éxito al crédito que está obteniendo ahora. Le bajamos los pies. Cuando termina los partidos hablamos de lo que hace bien y lo que hace mal. Al volver de Oostende, estaba muy orgulloso y muy emocionado, como nosotros. Tiene que agradecer mucho a todos los entrenadores que ha tenido, son fundamentales en su camino. Los clubes, que permiten que haya una base enorme, de donde ha salido Mario y van a salir muchos otros. Que el baloncesto de nuestra provincia y nuestro país, que gracias a Mario lo he conocido, crezcan. Le inculcamos humildad, soy una persona que tiene las cosas claras, no quiero que Mario sea jugador profesional, sino que sea feliz", prosigue Kiko Fernández: "Sufrí muchísimo en los dos partidos. He aprendido muchísimo viendo baloncesto de formación, yo jugué desde los 16 años, casi ya de adulto. Ahora descubrí más la base. No le pido a él cosas de adulto. Comentamos lo que hizo en Oostende o Santiago, cómo lo tenía que haber hecho. A su edad se tiene que equivocar. Hay una frase de LeBron James que dice que "el único camino al éxito es el error". Tiene que tener claro que es muy joven y que se equivocará. Estoy orgulloso de cómo ha mejorado este año su cabeza, sin olvidar que es un adolescente".
"Él admiraba a Antetokounmpo, que en estas generaciones de highlights es único. Ve cosas de Curry tirando, a Magic Johnson. Tiene que valorar lo que ha hecho desde pequeño. Los que hemos jugado sabemos que esto consiste en divertirse. El día que vemos que no lo hace hablamos y tratamos de arreglarlo y no tengo problema en que cambie de deporte o lo que sea", proseguía Fernández, que señala la importancia de los estudios: "Está en 4º de ESO. Le inculcamos que lo más importante son los estudios porque no sabe dónde estará en el futuro aunque ahora esté donde está, que es en EBA, que ya es una pasada con 15 años. Estoy súper orgulloso. Por suerte, el instituto lo lleva bien, de notas va bien, con alguna dificultad. Tiene que mejorar su inquietud en clase. Aparte de los preparadores físicos, el Unicaja tiene una psicóloga que nos echa una mano con esos temas. Es un adolescente y hay que recordar cómo éramos cuando teníamos 15 años y no podemos pedirle peras al olmo. Es un niño que juega al baloncesto. Por suerte, Mario ha jugado desde muy pequeño grandes campeonatos, ha ido con la selección desde 12 años. Faltaba a clase mucho y su tutora ha puesto todo de su parte y los profesores le van ayudando. Esta semana, por ejemplo, está haciendo exámenes que no le tocaban ahora pero estaba en Oostende o Santiago. Los está recuperando y el centro ayuda. Tenemos mirado todo también todo el tema del deportista de alto nivel, el CSD tiene tutores y ayuda. Bea González, la jugadora de pádel, es como una hermana para Mario y como ella pasó por eso nos ayuda bastante en este maremagnum. No nos podemos quejar".
El apellido Saint-Supéry remite al del autor de El Principito, Antoine Saint-Exupéry. "El escritor viene de Francia. El apellido de Mario es de su madre. Nos dijeron que su apellido podía ser una españolización del Saint-Exupéry del autor. Hay una teoría, que no podemos corroborar, que el bisabuelo de Mario tendría como primo a Antoine Saint-Exupéry. He ido preguntando a la gente más mayor de la familia de mi mujer y me dicen que pueden ser apellidos distintos. Pero cabe la posibilidad de que sea familia", recordaba Kiko Fernández sobre el curioso apellido, al tiempo que valoraba cómo le trata el vestuario del primer equipo: "Estoy alucinado, Mario y yo también, con la acogida del vestuario. Alberto y Francis han sido referentes desde muy pequeñito. Alberto fue jugador de Manolo Trujillo y hemos hablado bastante. Mario también fue entrenado por Carlos, hermano de Francis, estuvo un año en el que aprendió muchas cosas, casi todas buenas. Fuimos a ver a Francis a Greensboro y nos recibió con los brazos abiertos. Él ha entrenado con Francis días sueltos en verano. Para Mario era muy emocionante. El resto de jugadores muy bien también. He de agradecer a Fotis, que lo acogió espectacular, a Ibon también, sabiendo que no es su sitio".
"No puedo creer que hayan pasado sólo dos años desde la Minicopa que jugó e hizo un reportaje con Alberto, que es un ejemplo en valores. Quiero que mi hijo de mayor sea como Alberto y no hablo de baloncesto. Que sea buena persona. Si juega al baloncesto bien, mejor que mejor. El baloncesto es el mejor deporte para aportar valores. Este club lo aporta muy buenos. Que comparta vestuario con ellos casi no me lo creo aún. Ahora toca estudiar y entrenar. Desde muy pequeño trabajamos el tiro, que en el baloncesto actual es la clave para desarrollar a un jugador exterior. Seguimos haciendo mucho tiros, pero tiene que mejorar las finalizaciones también, algunas bombas. Tenemos una jugada en la que le digo 'haces un stop and go y luego terminas con un Jaime Fernández'. Y ahora lo pienso y entrena cada día con él. Hace tiempo que me quedé muy atrás. Lo que disfrutamos con él se queda para mí", cerraba el progenitor de Mario Saint-Supéry, el jugador más joven en vestir la camiseta del Unicaja en un partido oficial.
También te puede interesar
Lo último