La obsesión por el cupo
Con la continuidad de Barreiro y la previsible llegada de Balcerowski se cumplen los cinco
La idea con que siga Sima es también para tener más flexibilidad en la BCL
Deseado por ACB
Con la renovación confirmada de Jonathan Barreiro, la segura llegada de Tyson Pérez, la muy probable de Olek Balcerowski y las continuidades de Alberto Díaz y Nihad Djedovic, el Unicaja cumpliría los cinco cupos de jugadores de formación (al menos tres años de cantera en ACB antes de cumplir los 20 años, aunque con algún asterisco). Es una obsesión en la confección de plantillas del director deportivo, Juanma Rodríguez. Encontrar y preservar jugadores en ese núcleo durante un tiempo garantizado. Pérez y Barreiro, hasta 2027, Díaz hasta 2028. Djedovic tiene hasta 2025 y, si firma definitivamente, Balcerowski lo hará también hasta 2027, aunque con clásulas de salida para marchar a Euroliga y NBA que dejarían un buen dinero. Pero es la manera de trabajar que tiene el Unicaja con los que considera jugadores estructurales, aunque su rol en la plantilla no sea el de más alto minutaje.
En la ACB son cuatro los jugadores nacionales necesarios, mientras que en la BCLson cinco. En la competición europea ha habido más problemas esta temporada, es por ello que el Unicaja pretende aún más flexibilidad para hacer las convocatorias reteniendo a Yankuba Sima, que tiene una oferta sobre la mesa a la que todavía no ha respondido. Maneja otra del Gran Canaria para tener un rol de más protagonismo. Con Sima serían seis, lo que implicaría que los descartes para la BCL no debieran ser no de formación, como sucedió este pasado ejercicio. Fuera por lesión, por decisión técnica o por las rotaciones de reparto de esfuerzos que maneja Ibon, era una limitación. Así que, más allá del interés por el pívot catalán por sus cualidades y margen de progresión, hay también una razón digamos burocrática para esa continuidad. No está descartada tampoco la de Augusto Lima. Ni tampoco, en función de cómo vayan cayendo las piezas, una plantilla de 14 jugadores.
Esa idea de blindar los cupos va más allá. Yannick Nzosa tiene contrato hasta 2026, aunque este verano volverá a salir cedido, muy posiblemente a ACBtras una temporada en el Movistar Estudiantes en la que no ha brillado mucho pero sí ha tenido la continuidad física de la que no había dispuesto en las dos campañas anteriores. Y ha pasado esa prueba, no menor. Igualmente, con Mario Saint-Supéry hay vínculo hasta 2028, si bien la idea es la misma que en el segundo tramo de temporada, salir en forma de cesión, también a ACB, con opciones abiertas en varios equipos aunque con el Manresa en la pole por la presencia de Diego Ocampo, entrenador con el que ha progresado bastante en el Tizona.
El club tiene archivos de todos los jugadores de formación que están tanto en España como fuera, por supuesto de todos los canteranos que han pasado por Los Guindos y cómo se desarrollan. Hay mercado de jugadores jóvenes que se van a Estados Unidos también y que crecerá en próximas temporadas. El ejemplo de Djedovic, que volvió tras más de una década fuera y que parecía fuera del radar, evidencia esa idea de tener bajo control situaciones de mercado. No es exclusiva del Unicaja esa necesidad por el equilibrio de los nacionales. Tener cupos de calidad sube el nivel competitivo. Y, dicen los que saben, esto va a ir a peor no por falta de talento sino por la llamada de Estados Unidos.
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