Yannick Nzosa, otro intento de despegue: se va al Fuenlabrada
El Unicaja oficializa la cesión del pívot congoleño, que volverá a jugar en una Primera FEB de mucho nivel
Por una temporada
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La cesión de Yannick Nzosa al Fuenlabrada ya es oficial. El Unicaja confirmaba una operación que ya quedó cerrada en los últimos días, tal y como dejaba caer Juanma Rodríguez en la presentación de Killian Tillie. Nzosa volverá a jugar en una Primera FEB de mucho nivel, categoría peculiar, una etapa en Movistar Estudiantes que debería acelerar ese proceso. Progresivamente durante el verano se fueron cerrando las puertas de ACB. Su salida al Bilbao Basket estuvo a punto de cristalizar a finales de julio, pero un desacuerdo con el reparto salarial echó para atrás la operación. Se llegó a contemplar que iniciara la pretemporada con el Unicaja, pero unos leves problemas físicos del africano impidieron ese paso, y además el no poner en riesgo una salida ya crítica, a finales de agosto y con la mayoría de equipos con sus plantillas cerradas. Pero es un destino interesante para Nzosa, en Fuenlabrada hay arraigada una buena cultura baloncestística, un club viviendo un periodo de transición tras descender de ACB (en 2022) tras 18 temporadas seguidas en la élite. Y un proyecto que aspira a estar arriba. Su última incorporación es Leo Westermann, ya de vuelta pero con muchas temporadas en Euroliga, que por cierto estuvo muy cerca del Unicaja en su momento.
"Otro jugador que es cupo, que viene de unos años malos. Estoy convencido que este año va a dar un salto adelante, y que nos podamos plantear que vuelva con nosotros. Está loco por volver a jugar aquí, esa es la mejor noticia que podemos tener. Ayudarlo, con paciencia, viene de un momento de lesiones, y ojalá nos ponga en esa tesitura", tuvo buenas palabras Juanma Rodríguez. El club sigue considerando a Nzosa un proyecto potencial a largo plazo, pese a ese estancamiento evidente en una última etapa irregular. No pudo soportar esa ola tras su aparición, una NBA que también intoxicó. Requiere ahora un proceso de maduración, siendo un pívot, quien normalmente tarda más en cuajar que cualquiera. Son solo 20 años (cumplirá 21 en noviembre). Cierto que han pasado casi cuatro desde esa aparición estelar, luego perjudicial, en el primer equipo del Unicaja, con Casimiro a los mandos, pero aún está a tiempo reconducir su carrera, al menos de construir una trayectoria sólida en ACB, que ya es considerable viendo el nivel medio de la competición. En Movistar Estudiantes tuvo un impacto escaso, alguna actuación notable, pero el balance de esa cesión no fue del todo positiva, además con un ascenso que no acabó llegando. No contó para Pedro Rivero, técnico del Estu, en algún tramo de curso. Acaba contrato en 2026, y se le intentó renovar por algún año más, a cambio de una reducción de ficha, pero de momento no hay avances. Su salario limitaba aún más sus opciones de salida.
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