Olek Balcerowski, expectativas y realidades

El impacto del fichaje de Olek Balcerowski por el Unicaja se podía observar en las redes sociales. En los perfiles del club, cientos de miles de lecturas y varias decenas de miles de interacciones y comentarios, no sólo desde España sino también desde Grecia y Turquía. No se recordaba una contratación reciente que hubiera despertado tanta expectación. El tiempo, ya casi fuera del mercado veraniego, y la sorpresa cuando ya se daba por una opción casi inaccesible aunque su nombre estuviera revoloteando desde meses atrás. Es un jugador muy estimulante, con unas características que escasean en el baloncesto europeo. 

La inversión es potente y queda una plantilla de calibre Euroliga por extensión, 14 hombres. Mucha gente piensa que también que por nivel. No se trata de echar agua al vino, pero el deporte no es matemática. Y no siempre más equivale a mejor. Los equipos son equilibrios frágiles, ecosistemas particulares que cuesta mucho construir y poco destruir. Quizá el principal éxito de Ibon Navarro, más allá de la gran labor en distintos segmentos de él y su staff, en estos dos años anteriores ha radicado en su capacidad de meterse en la cabeza de los jugadores y convencerles para que creyeran hasta el extremo en un sistema muy participativo, con un minutaje limitado y un protagonismo diversificado. No es sencillo, pero ganar, y este bloque lo ha hecho mucho y de forma brillante, fortifica y redobla la fe. Ha habido 14 jugadores en algún momento, pero con asteriscos como la juventud de Saint-Supéry y lesiones como la de Lima. Ahora hay 14 jugadores cercanos a la madurez o en ella, con sus lógicas demandas. ¿Puede ser un problema? Sí, pero hay un mullido colchón en caso de problemas físicos. El techo del equipo se eleva, se trata de mantener el alto suelo de estas dos temporadas. Y siempre puede haber salidas si alguien no está cómodo en su rol durante la temporada. El último fichaje a mitad de temporada que realizó el Unicaja fue el de Yankuba Sima, tras la grave lesión de Augusto Lima, a comienzos de 2023, antes de ganar la Copa del Rey. La larga plantilla ha permitido gestionar esfuerzos y cargas y reducir lesiones, aunque las molestias existen y ahora hay tres jugadores que apenas trabajaron aún con el grupo (Djedovic, Díaz y Ejim).  

¿Corona Balcerowski una de las mejores plantillas de la historia del Unicaja? Es un debate de los que gusta a los aficionados, aunque sea una discusión bizantina. No competir en la Euroliga hace que esta plantilla tenga un hándicap comparativo con aquel trienio glorioso 2005/2007, que compitió por derecho con los mejores de Europa semana a semana. “Eso habrá que verlo a final de temporada. Puede ser. Pero al final es cómo el equipo rinda y los partidos que gane”, respondía Juanma Rodríguez, director deportivo, en Deportes Cope Málaga cuando se le cuestionaba precisamente por si era una plantilla de las mejores, que él participó en el diseño de más de una veintena: “Cuando construimos este equipo hace dos temporadas, nadie pensaba, ni yo mismo, que íbamos a ganar tanto y conseguir títulos. Pensábamos que era un proceso más lento. El poder haber mantenido a gran parte de esta plantilla y el añadir a estos tres jugadores (Tyson Pérez, Tillie y Olek) pues hace que estemos muy contentos con lo que tenemos. Y el tiempo dirá si es una de las mejores plantillas. Este equipo ya ha demostrado que es de los mejores en la historia del club, por los títulos, números de victorias, ser primeros de Liga Regular... Pero la exigencia va a ser mayor. Probablemente estemos ante una de las ACB más fuertes de la historia. Además de los Euroliga, equipos como UCAM o nosotros, que estamos ahí molestando a los grandes; Gran Canaria y Tenerife, que siempre están arriba; el Joventut; los dos equipos recién ascendidos, que para mí se están reforzando, en comparación con otros años, muy bien. Para eso, hay que tener una plantilla para dar ese nivel”.

Quizá el análisis debe dirigirse a lo que Balcerowski pueda aportar ahora mismo, más allá del hype lógico por su contratación, se le vería cabida en casi cualquier plantilla europea. Cuando se ficha potencial, como es éste el caso, se imagina el máximo rendimiento que el polaco pueda ofrecer. Pero la realidad es que viene de una temporada en la que ha contado poco, nada en los instantes decisivos, en el campeón de Europa. Que le ha costado el salto desde el campeón de la Eurocup, el Gran Canaria, tras varios años de formación lenta pero constante, con alguna cesión a Serbia, en el equipo canario. Y que no le ha entrado por el ojo al coach Ataman, ahora mismo el más ganador del continente, ni a medio plazo. O sea, que Balcerowski tiene cualidades impagables naturales y ha trabajado para desarrollarlas, aún con mucho margen. Pero no es un jugador dominante que marque diferencias ya, a septiembre de 2024. Lógicamente, por todo ello, es un jugador accesible, con una apuesta grande, para el Unicaja en la actualidad. Cerca de su máximo no habría contemplación.

El asunto es que el club malagueño se ha instalado, por méritos propios en estos dos años mágicos, en un escalón alto, muy alto para donde se venía. Y ello implica que haya exigencias y urgencias y que tres derrotas seguidas, como sucedió a comienzos de la temporada pasada, se asemejen a una crisis. Aumenta también la inversión del banco, hay un respaldo enorme de la afición, y se busca continuar cerca de la excelencia. Pero en algún momento hay que invertir en el desarrollo de los jugadores para sembrar en el medio plazo y elevar o mantener el techo en el futuro aunque el rendimiento inmediato del equipo sea menor. Es un contexto que no hay que perder de vista. No es un fichaje sólo para hoy, es para tres años el de Balcerowski. Viene con pocos días de pretemporada y no se puede esperar un impacto inmediato en la pista. Fuera de ella sí lo ha tenido.