El oro de Rubén Domínguez
El canterano de Los Guindos, que se marchó con 15 años, fue clave en el título de España sub 20 en el Europeo y tiene el reto ahora de estabilizarse con importancia en el Movistar Estudiantes
Una marcha que dolió
Los focos se los llevó Juan Núñez, MVP del torneo y un jugador de un talento especial. Pero en el oro de España en el Europeo sub 20 ha sido esencial Rubén Domínguez, un jugador que desde los 11 a los 15 años se formó en Los Guindos. Su marcha fue dolorosa y escoció en la entidad verde porque también es un jugador de un potencial tremendo. Su torneo ha sido bueno numéricamente, aunque ganó peso con sus actuaciones en la semifinal y la final. 11.9 puntos, 3 rebotes y 1.7 asistencias promedió, pero elevó las prestaciones cuando el balón quemaba. Ante Israel metió 16 puntos con triples capitales y en la pelea por el oro ante Lituania resolvió el momento más complicado del campeonato en el tercer y último cuarto para una selección que se ha mostrado bastante superior en el evento con canastas de categoría para ser el máximo anotador del partido, con 17 puntos. Acabó con un 48% en triples en el torneo, metiendo 2.5 por partido.
En 2019, Domínguez ya fue MVP del Europeo sub 16 que ganó España a la Francia de Victor Wembanyama en la final. La pandemia le impidió jugar un Mundial sub 17 y brillar con la selección en la etapa junior (sí jugó el Mundial sub 19 el año pasado). Ahora ha vuelto a ser capital y tiene aún otro año más como sub 20.
No ha alcanzado, sin embargo, Domínguez el estatus y el protagonismo que se esperaba en su club, el Movistar Estudiantes, al que llegó tras una temporada de transición desde el Torrelodones, al que se marchó desde Málaga. Llegado a una edad inusualmente joven a Los Guindos (11 años, siendo minibásket, cuando normalmente no se traen jugadores de fuera de Málaga hasta cadete o, excepcionalmente, en último año de infantil) porque su talento ya llamaba la atención en Puerto Real, tras sus cuatro temporadas en Málaga (jugó tres ediciones de la Minicopa, algo que nadie ha repetido) se marchó tras su primer año de cadete.
Debutó en ACB con 18 años en 2020, pero vivió el descenso del Estudiantes a LEB. Y las urgencias lógicas por regresar no han facilitado la tradicional apuesta del club del Ramiro por los jóvenes. Tanto él como Héctor Alderete, otro campeón de Europa sub 20, han jugado poco y tampoco llegó el ascenso. Dotado de un tiro sorprendente que ya llamaba la atención desde niño, ha echado cuerpo, roza los dos metros y muestra en las competiciones con chavales de su edad un gran catálogo. El siguiente reto ya es estabilizarse en la élite.
Se da la circunstancia de que hasta ahora siempre había habido un malagueño o canterano del Unicaja cada vez que España sub 20 subía al podio. Desde 2007 a 2016 España había estado de manera ininterrumpida en el podio del Europeo sub 20. Y siempre ha habido un denominador común, la presencia de un malagueño entre los 12 jugadores que cada año han conquistado el galardón. Un hito en el que desde bien pronto ha contribuido la cantera cajista. En 2000 se inauguró la competición en este formato sub 20 y en la medalla de bronce estuvo el mítico trío Cabezas-Berni-Germán, secundando a un ya incontenible Pau Gasol. En 2002 estuvieron en la plata de Lituania, cuando se perdió ante la Grecia de Spanoulis, Jon Cortaberría y Fran Vázquez, que pertenecían a la cantera cajista. Y después viene la secuencia ininterrumpida desde 2007, cuando Alfonso Sánchez formaba un perímetro de calidad junto a Sergio Llull y Pau Ribas para conquistar la plata en Italia. Sólo se postraron ante una gran Serbia con Teodosic al mando. El marbellí se retiró hace unos años tras una trayectoria buena en ACB. En 2008 llegó una medalla de bronce, con el base paleño Rai López como representante del Unicaja. Un año más tarde se repetiría metal, con Rai en el plantel, así como los granadinos Pablo Almazán y Jorge Fernández, ambos con formación en Los Guindos. Las lesiones obligaron a dejar muy pronto su carrera a López, que ha estado vinculado con el baloncesto con el proyecto Basket4Life.
Otro bronce conquistaría en 2010, formando pareja con Nikola Mirotic en el interior, el malagueño Miguel Lorenzo. El bronce se convertiría en oro en 2011, en Bilbao, el primero en esta categoría, cuando además de Lorenzo estaba en el equipo el base Pepe Pozas, ahora en el Coosur Betis. Repetiría medalla el director de juego de Maristas en 2012, una edición en la que también estaban en el equipo los canteranos cajistas Álex Abrines y Miki Servera, ambos mallorquines. Un triple ante Serbia del ahora jugador del Barça permitió alcanzar el metal. La racha se mantuvo con otra medalla de bronce en 2013, con Luis Conde, que dejó la práctica del baloncesto de élite un año después para dedicarse a sus estudios de Medicina. En 2014 fue Alberto Díaz, jugador ahora del primer equipo, quien se haría con una medalla de plata junto a Darío Brizuela. En 2015 fueron Francis Alonso y el marbellí Rubén Guerrero, ambos marcharon este verano de Málaga tras dos y tres y media temporadas con el club, quienes consiguieron la plata, que el año después Francis doró como capitán e integrante del quinteto ideal en Helsinki. También estuvo en 2019 el gaditano Ignacio Rosa, que se unirá precisamente a Francis en Bilbao tras una gran temporada en Lleida en LEB Oro, en la plata del último torneo que se había jugado antes de la pandemia.
En 2022 no hubo ningún jugador del Unicaja (se cayeron de convocatoria inicial y durante el proceso de preparación Pablo Sánchez, Jeffry Godspower y Pablo Tamba, canteranos de Los Guindos) en esta medalla, pero sí Rubén Domínguez, uno de los jugadores de mayor proyección de estas generaciones, que se marchó con 15 años de Málaga tras cuatro temporadas en Los Guindos.
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