Los otros registros de Bouteille
El francés se está mostrando en otras facetas más allá de la anotadora y ese es su gran desafío esta temporada
El próximo verano el Unicaja tiene dos decisiones de mucha trascendencia que tomar. A buen seguro, se trabajará desde meses antes en ellas. Un 2022 donde Jaime Fernández y Axel Bouteille terminan vinculación, dos jugadores primordiales de este proyecto sentado en el perímetro. Brizuela, la otra pata, termina un año después. Con el madrileño por el momento hay pocas dudas. Confianza plena en él y se espera que ya totalmente recuperado ofrezca esa versión desequilibrante que ya mostró en Málaga. Sí ha habido incertidumbre con el francés, que llegó a tener el cartel de transferible semanas atrás. Con el salario más alto de la plantilla, el nuevo panorama económico casi obligaba a no cerrar puertas. No tuvo ninguna propuesta en firma interesante y continúa de verde. Situación muy similar a la de Abromaitis.
Es obvio que se trata de una temporada clave en la carrera del alero, con talento para jugar en Euroliga. Pero necesita demostrarlo con más continuidad. Es una de sus principales tareas. Tuvo fogonazos anotadores de jugador de un calibre superior, pero no la regularidad deseada. Su capacidad anotadora es incuestionable, lo que se le demanda es que esté todos los días a un nivel mínimo. Es uno de los objetivos de Fotis Katsikaris el recuperarle para la causa, que vuelva a ser esa pieza diferencial. Y los primeros pasos, al igual que el equipo, al menos invitan al optimismo.
Bouteille está dejando en pretemporada muestra del catálogo de canastas que tiene. Uno de los desafíos del entrenador es que la amplia nómina de anotadores vaya encontrado su hueco en los partidos. Por nombres, el perímetro es temible. Pero el principal reto de los exteriores está atrás, en su aro. No pueden permitirse otro curso como el anterior. Y en ese otro baloncesto el galo también está teniendo avances. Está reboteando mejor (ante el Real Madrid se fue a los 11 rebotes, muy por encima de su récord en partido oficial como cajista que está en 6). Es una cifra difícil de repetir, pero sí comienza a tener más presencia ahí el salto de nivel va a ser importante. Se le necesita también en otros registros porque también está la creencia de que puede hacerlo.
Katsikaris confió desde su llegada en poder trasladarlo a un peldaño más arriba. "Era jugador de 30 minutos o más en Bilbao y Limoges. ¿Qué queremos de Bouteille? El talento excepcional que tiene. Su sangre fría, le puedes dar el balón y meterla desde donde quiera. Yo hablo mucho con él. Quiero que entienda, y él lo entiende, que para, cambiando el nivel, como decía con Darío, tiene una oportunidad por su talento de encontrar el equilibrio entre su talento y su físico, que no es explosivo y muy fuerte, pero tiene una increíble capacidad anotadora. Las carencias que puede tener tiene que limitarlas, porque es listo, para ser un jugador completo. Con menos tiempo, producir más, es el reto para él. Si entra en su cuerpo y su cabeza tiene todo para ser un jugador como Darío, de cambiar el nivel como jugador", afirmaba el griego meses atrás en una entrevista con este periódico. Es el desafío de Bouteille, que ya está exhibiendo otros registros. La duda lógica es si tendrá continuidad.
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