París no ahoga al Unicaja
Los Juegos generaban inquietud en el club, pero las despedidas adelantadas de Alberto y Ejim, sobre todo la del canadiense, dan margen para acoplar a todas las piezas antes competir
Ibon Navarro respira
Así apuran los cajistas las vacaciones
El Unicaja sale bien parado de los Juegos Olímpicos de París, mirándolo desde el prisma egoísta de club. Un orgullo el contar con Alberto Díaz y Melvin Ejim en una cita de tal calibre, además el nivel que ha coincidido estas semanas, primero en Lille, sinsentido de la organización, y ya en París, un torneo de baloncesto masculino grandioso, con más astros que nunca. No excluye que generara algo de inquietud en el Unicaja, por la paliza física y mental que acumulaban Alberto Díaz y Ejim, con poco descanso en los últimos diez meses y un parón difícil de encajar, por calendario, problema generalizado, y más en el caso del Unicaja, ya compitiendo oficialmente desde septiembre. "Hay que darle una vuelta a todo esto porque lo van a pagar los jugadores a largo plazo", reflexionaba Ibon Navarro en este periódico al arrancar el verano. Ya el año pasado se acusó ese problema del Mundial y las fechas. Ejim viajó a la Supercopa de Murcia con un entrenamiento, jet lag y el pasaporte en la mano; venía de competir y con ritmo, pero sin rodaje de entrenamientos y carga, poco habitual en estos campeonatos de selecciones, por lo que llegaría ese bajón lógico. Ese problema se evita al arrancar esta pretemporada. Si salen complicaciones serán de otro tipo. Ibon Navarro, ya terminando de diseñar la vuelta al trabajo, seguro que respiró aliviado en las últimas horas.
Los jugadores irán llegando a Málaga a partir de este fin de semana. Reconocimientos médicos desde el lunes y una primera sesión grupal el sábado 17. Todos salvo los olímpicos, que en ese momento estarán en el ecuador de sus vacaciones. Más engorroso si Alberto o Ejim hubiesen entrado en la lucha por medallas, seguro en París hasta el próximo domingo. El malagueño ya inició su descanso, mientras que el de Toronto no contó para Jordi Fernández, seleccionador canadiense, quien siempre habló bien de Ejim, con un discurso parecido a lo que se extiende por Málaga y lo que suma al Unicaja. Solo 22 segundos en cuatro partidos, al fondo del banquillo, ni siquiera un plano de la realización (desastrosa) parisina, pero el estar en los Juegos es una experiencia única. Queda eso. Retrogusto de fiasco por cómo ha competido Canadá, donde muchos le daban opciones incluso al oro. Será difícil verle de nuevo en un gran campeonato. Pese al nulo peso de Ejim en esta selección, el Unicaja le proporcionará el descanso necesario hasta que llegue ese reseteo. Ejim se concentró a finales de junio, al no jugar Canadá el Preolímpico, ahí tuvo tres semanas para refrigerar; aprovechó para firmar su renovación con el Unicaja.
Y al Unicaja le encajan los plazos. Pensando en esa Copa Intercontinetal que no hipotecará el año, pero que se ve como una opción clara de título. Siempre hay un proceso de homogeneizar estados de forma, frecuente la pasada temporada, también en los jugadores que acudían a las Ventanas o ese problema resaltado con los pívots, por estas fechas causando estragos. Resta un mes para volar a Singapur, tiempo suficiente para que estos dos jugadores descansen, se incorporen, adquieran algo de rodaje y nuevamente a competir. Ibon Navarro podrá trabajar antes con la plantilla al completo, además de un número de canteranos y puede que Yannick Nzosa, si el congoleño no resuelve en estos días su salida. Sería un problema menor. El que preocupaba de verdad era París, que apretó pero no ahogó.
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