"Jaime como escolta es un matador, sólo ve aro"
Unicaja Baloncesto | Entrevista Pepe Pozas (Obradoiro)
El malagueño repasa en una entrevista extensa con 'Málaga Hoy' su trayectoria antes de volver a cruzarse con el Unicaja
El base alaba al madrileño, con el que coincidió en la sub 20 de la selección española
"Está capacitado mentalmente para pasar este bache", dice en apoyo a Alberto Díaz
De Pepe a Pepiño. Es la metamorfosis gallega de José Pozas Checa (Málaga, 1992), un chaval que salió de Málaga con 22 años a la ciudad del Pisuerga. Meses después cambió Valladolid por Santiago de Compostela, donde acaricia el lustro. Un trayecto donde se consolidó como un jugador fiable en la ACB y capitán del Obradoiro. El domingo recibe, otra vez, al Unicaja, el club de su vida, en Fontes de Sar.
–¿Cómo va la temporada?
–Va bien, por así decirlo. Tuvimos algunos partidos que se nos escaparon al final y otros que ganamos. Seis victorias en una liga tan apretada, no hay que bajar la guardia y seguir trabajando para que no nos entren las presiones más adelante. Como se dice, sin pausa, pero sin prisa.
–Les separa una victoria del descenso, ¿por qué no se pudo abrir hueco?
–Tuvimos partidos complicados. Fuenlabrada en casa se hace muy fuerte, por ejemplo. Por errores nuestros llegamos a la prórroga, concedimos muchas segundas oportunidades. Jugamos fuera de casa con el Barcelona también, luego Manresa en casa. Fuimos capaces de ganar en Santiago al Andorra, que es un gran equipo. La liga está como está, somos siete u ocho equipos en un margen de tres victorias y esto va a estar hasta el final complicado.
–Tocó nuevamente reconstrucción. ¿Qué le parece la plantilla?
–Muy bien, como siempre hubo reconstrucción en el Obradoiro muy a nuestro pesar. La dirección deportiva hace un gran trabajo trayendo a buenos jugadores, pero obviamente se revalorizan y se van. La plantilla de este año está muy bien, muy compensada. Hemos vuelto a traer jugadores muy buenos, jóvenes, que necesitaban un tiempo de adaptación que ya completaron. Somos un grupo que trabaja muy bien, que es importante, queremos seguir día a día.
–¿Cuál es el secreto para que año tras año se revaloricen jugadores en el club?
–Trabajo, no hay otro secreto. Te puedo decir personalmente que tanto José Luis Mateo [director deportivo] como Moncho Fernández están todo el año. No dejan pasar ni una semana de ver partidos, ligas y jugadores de todas las partes del mundo. Gastan tiempo de sus vacaciones para irse a Estados Unidos a ver a los jugadores universitarios, ligas de verano, copas de otros países...si haces un trabajo tan exhaustivo y eres tan bueno como José Luis pues luego encuentras gente que se revalorice.
–Imagino que Moncho también fue muy importante para usted.
–Es fundamental, para empezar no estaría aquí si Moncho no quisiese. Me ha dado confianza y me ha exigido y ha sido muy bueno para mi carrera. Tengo una relación fantástica y, seguramente, cuando salgamos de aquí será de amistad. Le debo mucho.
–¿Cómo va personalmente?
–Empecé muy bien y después tuve una problema con el ojo que me dejó un mes totalmente en el dique seco. Sin poder entrenar, sin poder tirar, sin poder hacer bicicleta...nada de ejercicio. Me ha costado mucho volver porque es como unas vacaciones de verano. En verano me tomo eso, tres semanas libres, y fue una más. Está costando un poco volver porque es ritmo y sensaciones que ya no tienes. Por mucho que estés en mitad de temporada se pierde.
–Cuente cómo vivió todo.
–Fue en el partido contra el Joventut en Badalona. En el tercer cuarto Harangody me mete el dedo en el ojo. Es muy profundo y automáticamente dejo de jugar porque pierdo la visión. No veo con el ojo izquierdo, lo veo todo negro. Me empiezo a preocupar y allí mismo en Barcelona voy a una clínica y me dicen que tengo una herida en la córnea. Simplemente esperé a llegar a Santiago y hacerme nuevas pruebas. Seguía con la herida en la córnea, pasó una semana y antes del partido de Murcia me dicen que es una herida de córnea y ya está. Lo que pasa es que yo veo doble, no veo si estoy mucho tiempo focalizando algo, cualquier cosa me hace daño. Fui a Murcia a jugar, lo hice de aquella manera y cuando volví a Santiago me hice otras pruebas y me detectaron un desgarro en la retina. Era más grave porque me tenían que operar. Me hicieron dos veces el láser para sellarme el desgarro para que no pasara a ser un desprendimiento de retina que ya sería cuatro o cinco meses y más serio. No podía hacer absolutamente nada. Cualquier gesto, cualquier cosa del día a día como ir a hacer la compra y llevar las bolsas podía hacer que la presión subiese y los puntos del láser saltaran y volver otra vez al proceso. Fueron semanas complicadas.
–Es su quinta temporada en el club. ¿Qué le hace seguir?
–Estoy aquí porque ellos están contentos con mi trabajo y porque creo que lo que me ofrece el club es lo mejor para mí ahora mismo. Todo lo que me dan es fantástico. Es un club muy serio, muy trabajador y que tiene unas metas a corto plazo como jugar en Europa. Hay incentivos que a corto o largo plazo se pueden conseguir. Vamos los dos por el mismo camino, ha coincidido un poco así. Creo que aquí estamos haciendo un buen trabajo.
–Capitán del equipo, jugador con más asistencias en la historia del club, el segundo con más partidos...¿Siente orgullo?
–Qué mayor estoy [risas]. Son cosas impensables. Si me lo llegan a decir el día que me llama Moncho en mayo cuando estaba en Valladolid para decirme que me quería e iba a hacer todas estas cosas en el Obradoiro no me lo hubiera creído. Que tu nombre esté en la historia de un club ACB para alguien que su sueño siempre ha sido jugar al baloncesto es algo muy bonito. Me pone un poco de presión porque hay que subir estas estadísticas, aunque el que se ve beneficiado en eso.
–Me gustaría que hablara de su evolución como asistente.
–Me gusta mucho dirigir, dar ese gran pase que termine en canasta, aunque eso no se consigue de un día para otro. Tanto en Málaga con Chiki Gil y en Santiago con Gonzalo Rodríguez echamos muchísimas horas de trabajo de pase, de tiro, de jugar pick and roll...eso es lo que hace que en el momento de la verdad des el pase donde tienes que darlo. Sin duda, le debo un montón de esas asistencias a ellos porque me hicieron mejor.
–¿Qué retos se marca para no estancarse en el mismo lugar?
–Ser regular, pero cada año intentar mejorar las marcas. Pero realmente creo que lo personal debe ir unido a lo colectivo. Me hace mucha ilusión que el Obradoiro un día esté en la parte media-alta de la tabla y que podamos competir con equipos que estén ahí. Por supuesto que quiero que vaya unido a que quiero mejorar personalmente y un día poder jugar Europa o ganar algún título. Ese es mi reto diario.
–Vuelve a ponerse el Unicaja por delante. Mirando los enfrentamientos, nunca se le dio bien.
–No han sido de mis mejores partidos. Recuerdo uno de seis puntos y seis asistencias en Málaga que estuvo medio bien, pero perdimos. No es un equipo que se me dé muy bien. Al principio lo achacaba un poco más a esas sensaciones después de 13 años en la cantera. Es mucho tiempo viviendo en Málaga, yendo a ver al Unicaja, siendo del equipo y después encontrarte con todas esas sensaciones de frente es complicado. Estadísticamente no son mis mejores partidos, pero tampoco lo hice tan mal.
–¿Es una puerta que no cierra?
–No, ni la de Málaga ni la de ningún club, pero esa menos. He repetido dos millones de veces que siempre van a tener mi teléfono operativo por si alguna vez quieren hablar. Cada vez llevo más tiempo en el Obra, cada vez ellos me demuestran más cariño si cabe, que es complicado la verdad, y al Obra le debo mucho de lo que soy ahora mismo. Sería una lucha. No sería un llamarme e irme, sería un veremos a ver qué hacemos.
–¿Cómo está viendo al Unicaja?
–Empezaron muy, muy bien. Tanto Luis como el equipo así lo predisponen, imprimen muchísima energía y con un equipo de esa calidad ayuda mucho. Empezaron también muy acertados, con jugadores a un grandísimo nivel, y obviamente al no ser máquinas pues pueden bajar al nivel. Eso es así y pasa en todos los equipos. A dos o tres derrotas no se le puede asignar la palabra crisis porque no lo está, es una plantilla muy larga con grandísimos jugadores. Estamos en enero y tiene una posición magnífica en ACB y en Eurocup.
–¿Qué virtud destaca?
–La entrega que tienen, esa garra. Tanto Jaime, que al principio no se le presuponía como un gran defensor. Los que lo conocemos ya sabíamos que es un tocahuevos, como Alberto, Lessort, Salin...Es un grandísimo equipo que pone mucha energía en defensa y esa garra es lo que más me llama la atención. Se puede entrenar, pero depende más de cada uno. Estos jugadores y este entrenador lo imprimen y lo tienen.
–No estará su amigo Alberto Díaz, lesionado.
–Es complicado porque no queremos que se lesione nadie y menos un amigo. Está capacitado, sobre todo mentalmente, para pasar este bache. Seguro que le va a hacer volver al mismo nivel que estaba, que era altísimo. Para un jugador como él, realmente para todos, es jodido perderse tantos partidos. Con ese ánimo y alegría que tiene volverá más pronto que tarde.
–Coincidió con Jaime Fernández en la selección, ¿esperaba este rendimiento?
–Desde el principio a lo mejor no por darle algo más de tiempo para aclimatarse. Pero el cabrón no lo ha necesitado [risas]. Está jugando muy bien. Sé porque lo conozco y he jugado con él, compartíamos muchos minutos en pista en la selección, y él jugando de escolta es un matador. Sólo ve aro y está jugando a un nivel altísimo. Esa confianza que se le ve jugando es muy importante. Cuando llegas a un sitio nuevo tener desde pronto esa confianza y esa responsabilidad sobre el equipo hace que ahora haga esos numerazos.
–Debutó esta temporada Pablo Sánchez. ¿Se ve reflejado?
–He visto algo. Siempre que veo gente que sube, tanto Stilma como Pablo o Ignacio Rosa el año pasado o Romaric en su tiempo, la verdad es que me alegro por ellos porque me veo un poco identificado. Es complicado asentarse. Pasa porque tengas un entrenador que confíe en ti, que tenga paciencia, que el club también la tenga y que tú des todo para aprovechar la mínima oportunidad que puedas tener.
–Sin un equipo en LEB parece que es más complicado afianzarse.
–Sí, es mucho más complicado. Recuerdo que en mi época nosotros en el LEB al tener fichajes de otros sitios como Pablo Almazán, Jhornan Zamora, Sinanovic, Piwi García...al final compartes pista con gente que son profesionales al 100% y que van a dar lo mejor cada día. Eso te sube el nivel de entrenamientos a diario y de exigencia, se equipara mucho con el del primer equipo. Ahora tiene que ser complicado y el trabajo no solo es físico, también mental. Hay que estar preparado y concentrado para hacer dos horas de entrenamiento con un equipo ACB y eso es muy complicado.
–Precisamente en LEB compartió vestuario con Domas Sabonis. ¿Le sorprende su impacto en la NBA?
–Te podría decir que lo mejor que tiene Domas es su gancho de izquierdas o su pase. Pero es su familia, que le ha ayudado tanto. Después con ese trabajo que hace diario, y lo hablé muchas veces con su hermano cuando estábamos en LEB, sabía que su futuro iba a estar en la NBA. Tampoco sorprende tanto, pero los números son los números. Pienso que será el sexto mejor hombre de la NBA, esperemos que así sea porque los números que tiene siendo un cinco que viene del banquillo...que promedie un doble doble es muy importante. Claro que sorprende, pero no tanto porque la calidad que tenía ya era increíble.
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