Pepe Sánchez recuerda en Argentina un curioso pasaje de su etapa en el Unicaja

Unicaja Baloncesto

En una interesante charla a los jugadores de Estudiantes de La Plata con Verón rememora una conversación con Juanma Rodríguez

Pepe Sánchez charla con Sergio Scariolo. / M. H.
Jesús María Noguera

07 de mayo 2019 - 20:30

Se reunieron en Buenos Aires dos leyendas contemporáneas del deporte argentino. Bajo el título de Los nuevos desafíos en la formación de deportistas, Pepe Sánchez y Juan Sebastián Verón ofrecieron una conferencia (se puede ver íntegra en el vídeo inferior) basada en la experiencia en una escuela de La Plata. A miles de kilómetros de Málaga, el mítico base recordó delante de los jóvenes una situación que le ocurrió con Juanma Rodríguez, arquitecto del mejor Unicaja de la historia.

Pepe era cuestionado acerca de la importancia de la humildad en la Generación Dorada albiceleste y rememoraba un curioso episodio de su etapa en el Carpena. "Siempre tuvimos claro algo que te lo represento en una charla que tuve una vez cuando jugaba en Málaga con el que era el director deportivo. Me peleé con el entrenador y me dijo que ante todo era un jugador de baloncesto. Yo le dije que no, que yo era una persona que eventualmente jugaba al baloncesto. Yo no soy un jugador de básket, primero soy una persona, luego juego eventualmente al básket y como lo hago bien estoy acá. Pero primero soy una persona", confesaba el argentino de una charla con Rodríguez, ahora en el Real Betis, que regresó a la ACB semanas atrás. Scariolo siempre fue especial para el base. "Tenemos una relación excelente, con mucho cariño y respeto mutuo, ahora entiendo muchas cosas más. Los dos queríamos ganar. Si discutíamos y peleábamos tanto era porque los dos adorábamos ganar. Y creo que quedó demostrado", explicaba en una amplia entrevista con este periódico, restándole importancia a aquel episodio que relataba con La Brujita.

Sánchez, ahora presidente de Bahía Básket tras una etapa de comentarista en la NBA, reflexionaba sobre el asunto. "Nosotros siempre tuvimos claro que primero éramos personas. Con problemas, felicidad, familia, hermanos, hijos... Se dio la casualidad que resultamos ser más altos y tuvimos buenos contextos familiares y terminamos siendo grandes jugadores de básket. Nunca perdimos el foco de que éramos un grupo de personas, no lo perdimos nunca. Cuando alguno lo perdía, enseguida venía alguno a bajarte. Siempre se respetaron los roles, siempre el equipo estaba por encima de todo", decía, para continuar: "Hay que entender que primero uno es una persona y eventualmente hace algo muy bien. Mira nosotros, ya no lo podemos hacer [en referencia a Verón]. Es cruel porque los teléfonos ya no suenan como antes y lo único que te salva es ser una persona en las buenas y en las malas. Eso nosotros lo aprendimos dentro del equipo. El deporte en ese sentido es tentador porque piensas que cuando mejor te va, más todo el mundo te tiene que dar y tú tienes que dar menos. Es al revés".

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