Los pasos de 'El Gigante'
Unicaja Baloncesto | Perfil de Rubén Guerrero
Manuel Trujillo y Francis Tomé, los últimos entrenadores de Rubén Guerrero en Málaga, hablan sobre los inicios del pívot en Los Guindos y su crecimiento en su etapa en la NCAA
Hace poco más de 10 días Rubén Guerrero (Marbella, 1995) se estaba graduando en la Universidad de Samford. Este martes ya se entrenaba en el Carpena como nuevo jugador del Unicaja. Una transición fugaz para el marbellí, que da sus primeros pasos como profesional. Tras seis años en Estados Unidos distribuidos en una Prep School de Sunrise Christian Academy y las universidades de South Florida y Samford, el pívot pone la primera piedra de su carrera.
Antes de afrontar este reto mayúsculo hablan de él los dos últimos entrenadores que lo moldearon en la antesala de su aventura NCAA. "Lo tuve dos temporadas, sus dos años de junior, 11/12 y 12/13. En esos equipos coincidió con Alberto Díaz, Todorovic, Sabonis, Francis Alonso. Lo recuerdo como un chico muy educado, muy trabajador. Los padres o traían de Marbella cada día, sacrificios que los ha llevado con mucha alegría y motivación. Tenía un gran potencial que siempre todos esperamos que lo demostrase en el campo", rememora Manuel Trujillo, que dibuja a aquel canterano: "Digamos que entrenaba mejor de lo que competía, se veía que podía hacer más porque tenía mucho potencial. Como jugador defensivamente es sólido, en rebote y en tapón, con buenas piernas para defender uno contra uno y con buen sentido colectivo. En ataque jugaba uno contra uno y tenía mucha movilidad generando individualmente, a pesar de lo grande que es es hábil. Un tiro correcto y buen juego sin balón, pero no lo acababa de explotar al 100%".
Rubén llegó a Los Guindos en el primer año de cadete y en el segundo de junior ya pasó la mitad de la temporada con el LEB Plata. "Nosotros intentamos hacer con él y con Domas Sabonis lo mismo, alejarlos del aro. Ahora juega de cinco en la NBA y con nosotros de tres. Rubén lo hacía de cuatro. Era un chico que todavía se estaba formando, era curioso porque no confiaba mucho en sus posibilidades. En eso habrá mejorado. Cuando era cadete y yo llevaba el junior y me lo quise llevar a un Andaluz me llevó horas convencerlo. Pensaba que había mejores jugadores y que no podía hacer nada", recuerda Francis Tomé, entrenador de aquel equipo, que habla de su progreso: "Es lo que más llama la atención. Era alto, delgado y con pinta de jugador de baloncesto. Ahora está fortísimo, ha mejorado muchísimo. Es otra de las cosas que consiguió allí. Seguro que también ha vencido esos miedos o esa falta de confianza".
El interior era uno de los mejores proyectos de la cantera cajista cuando se marchó. "Cuando lo entrenábamos sabíamos que tenía un potencial tremendo. Cuando lo perdimos él era junior y el club contaba con él para LEB Oro. Él estaba en esa lista. Fue una decepción perderlo", confiesa Tomé, que esta temporada entrenó al Marbella en EBA, mientras valora su decisión de cruzar el Atlántico: "Él tomó una decisión muy importante porque fue de los primeros malagueños en irse a Estados Unidos. Él era una apuesta para el club y decidió marcharse, tomó una decisión muy, muy acertada. No sé si ha mejorado en su baloncesto, no lo sé, pero vuelve con un idioma, con una carrera y viene para incorporarse al primer equipo".
Trujillo también alude a su metamorfosis física. "La evolución física ha sido bastante considerable, se ha ensanchado mucho y ha cogido peso. Su juego es más de cinco puro. No era tan interior como ahora. Antes sí podía poner la pelota en el suelo en el triple y penetrar o pasar. Con la movilidad que siempre ha tenido, ha cogido más fuerza y es un jugador bastante interesante. Ha evolucionado hacia el interior, hay pocos jugadores interiores de verdad", reconoce el coordinador de cantera del Novaschool y entrenador de la selección de la UMA, que da más detalles: "De su estilo nacionales probablemente será el único, ya lo era en su generación. Todos tienden hacia afuera y no son tan grandes. Su potencial es similar al de los africanos que vienen. Ahora tiene que hacer efectivo ese dominio que se le presupone y no va a ser fácil. Esto va a llevar un tiempo, el baloncesto de la NCAA tiene poco que ver con el de ACB. Tiene un tiempo de aclimatación porque aquí todo es más táctico y colectivo. Es único en su especie, un nacional muy grande".
La incertidumbre se cierne sobre su adaptación a un contexto mucho más exigente. Lo analizan los dos técnicos. "Su mayor ventaja es que vuelve a su club, a su casa. Conoce el club, conoce la ciudad, va a vivir a 50 kilómetros de su casa... Es un caso que puede ser parecido al de Alberto. Jugó muy bien en Bilbao, luego en Fuenlabrada, pero donde mejor lo hizo fue en el Unicaja. Para Rubén sentir la camiseta le va a ayudar a ser mejor jugador", dice Tomé, que profundiza: "Primero hay que saber con qué rol lo fichan, es un poco la clave. La apuesta del club es evidente, la cuestión es que sea capaz de demostrar y que tiene que estar en la rotación para jugar".
Manuel Trujillo aborda otra cuestión. "Creo la única desventaja es que haya prisa con él, que se le pida mucho", advierte mientras añade: "Todo lo demás son ventajas para él y para el club. La afición necesita identificarse con jugadores nacionales, a poder ser con malagueños. Rubén en esa filosofía encaja perfectamente. Se va a esforzar, es sensato, tiene buena cabeza, va a florecer porque lleva trabajando mucho tiempo duro".
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