Petro de Luanda - Unicaja: Sueños a distancia (14:00)

A 11.500 kilómetros, en un territorio desconocido e insólito como Singapur, donde todo es majestuoso y abismal, el Unicaja inicia una de las temporadas más ilusionantes de su historia, entorno que puede servir como metáfora a los tiempos que corren en el club. En la Copa Intercontinental, el primero de los cinco títulos a los que se opta, no solo el participar. Pueden ser unos meses gloriosos, en el club abruma una ilusión máxima pese a los costes, logística, viaje interminable o los problemas de sueño. Se compensa con una posibilidad cercana de volver a abrir la vitrina de Los Guindos, a la que se acude con frecuencia en la última etapa, y el horizonte no puede generar mayores fantasías. Competir por ser el rey del baloncesto planetario, al menos oficialmente, y sumar un título que no se tiene, pese a que el aficionado le quite validez por la envergadura de los rivales. La reacción del rico, o tomar estas semanas como una rutina, por fortuna es lo que ha convertido el Unicaja desde 2022, el estar ahí siempre. Pero no vendría mal un ejercicio de perspectiva, saber de dónde se viene, cómo estaba el club hace dos años. Y aunque los cimientos sean indestructibles, los ciclos pueden romperse. Nunca se sabe cuándo volverá el Unicaja a estos niveles, nada mejor que recurrir al carpe diem, el aquí y el ahora. Y lo que toca es Singapur, donde este fin de semana el Unicaja pueda lograr el séptimo título de su historia. Una semana para exprimirla, diferente, al otro lado del planeta.

Pero el formato es peligroso y el equipo está obligado a ganar al Petro de Luanda (14:00 horas), el campeón de África, de un nivel inferior; pero entran y desaparecen variables en estos torneos cortos, y el Unicaja conoce la sensación del underdog. Se asume el favoritismo dentro, que desde el club se haya insistido tanto en la Intercontinental ayuda a concienciar lo que hay en juego, también un punto de prestigio. Hay mucho que perder, pero abunda el brillo en los ojos de la expedición malagueña, en Singapur desde el lunes, con margen para habituarse rápidamente a los horarios, aún da algún problema pero no debería pesar. Sí la imagen imponente que mostró el equipo en el Costa del Sol, muy reconocible. El Unicaja maravilló ante el Baskonia, el engranaje funcionaba en su máxima expresión, la velocidad, tantos actores ya metidos, y un respaldo potentísimo antes de estas semanas, con la Supercopa de Murcia que poco a poco va apareciendo. Killian Tillie parece que lleva años en el equipo, Tyson Pérez ya ejecuta cosas que motivaron su fichaje, y Balcerowski es otro jugador estructural que dará muchísimo. El bloque se mantiene, y además con un trío de élite, que deberían llevar al Unicaja a otra dimensión. Las expectativas habrá que regularlas, pero en el aficionado es un sentimiento imparable.

Ibon Navarro tendrá que descartar dos jugadores, es un mal trago si no hay lesiones, pero se confía en encontrar esa estabilidad ecológica, es lo que ha hecho inmenso a este Unicaja. Se podrá cambiar la convocatoria durante el torneo, al igual que en Belgrado, y eso ameniza la elección o se puede jugar con ello. El Unicaja volverá a jugar el viernes con el Al Riyadi. Dos grupos de tres equipos y donde la final la disputarán el domingo los líderes, con más alternativas en el otro grupo (Quimsa, Tasmania JackJumpers y el equipo de G-League). Debería ser un camino sencillo en el primer tramo de Intercontinental. Arranca un viaje apasionante.