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Alberto Díaz se convertirá en el tercer baloncestista malagueño en competir en unos Juegos Olímpicos, a la espera de confirmar la lista final, que la proporcionará Sergio Scariolo este lunes. España superó el envenenado Preolímpico y estará en París, la séptima participación seguida en el torneo masculino. Superó con oficio a la peligrosa Bahamas (86-78), no con excesivo nombre, pero con tres jugadores NBA (Ayton, Hield y Gordon) que aumentaban el potencial del rival de forma sustancial. Fue práctico el equipo de Scariolo, con un Rudy Fernández que completará el set de Juegos Olímpicos, y un Alberto Díaz que dio una vida extra a España en la semifinal contra Finlandia, encendiendo la mecha y una inercia que se logró conducir en la final. No tuvo tanto impacto el capitán del Unicaja frente a Bahamas, aunque jugó 18 minutos. Repartió cuatro asistencias, una a Brizuela importante para que España empezase a despegar en el tercer cuarto. Se recordará ese minuto del malagueño en La Fonteta. Y tercera cita importante seguida con la selección, si refrenda esa elección Scariolo. Eurobasket, Mundial y unos Juegos, la máxima aspiración para un deportista profesional.
Otro estado de ánimo en España, que manejó esas características imprevisibles de su rival, un partido que dominó desde el ecuador del primer cuarto, con instantes de gran nivel y que invitan a soñar. Los déficits están ahí, no será el grupo más talentoso del baloncesto español en las últimas décadas, pero ese alma competitiva no se negocia. Con un Lorenzo Brown (18 puntos) que estalló en el segundo cuarto con tres triples, una primera mitad de menos a más y donde el camino a París se empezó a allanar (42-34). Había conseguido Scariolo esa optimización de recursos. “Tenemos al mejor en el banquillo”, decía Elisa Aguilar, presidenta de la FEB al concluir el partido. De nuevo Willy estelar, con 15 puntos; Garuba echando el cierre atrás, Santi Aldama apareciendo en momentos precisos, ese jugador que da otra cosa. Bahamas fue rebelde en el último cuarto, una ventaja que España controlaba entre los 10-12 puntos, hubo que cerrarlo al final tras esos arreones de Hield y Edgecombe, jugador de 18 años y con madera de estrella NBA. Pero la grandeza la mostró España, con Pau Gasol en la grada y un buen elenco de mitos de testigos. Y en Málaga se sonríe, también en el Unicaja, Alberto Díaz lo representará en París. No debería existir sorpresa.
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