"El primer título es como el primer beso; no se olvida"

bozidar maljkovic. entrenador de baloncesto

El hombre que ganó el primer título europeo de la historia del Unicaja habla antes de la tercera final continental del equipo malagueño

Destila recuerdos de aquella época: "Hay que volver a la Euroliga"

Boza Maljkovic, con Eduardo García, en su última visita al Carpena, el pasado mes de noviembre. / Javier Albiñana
José Manuel Olías

22 de marzo 2017 - 02:09

Málaga/Bozidar Maljkovic (Otacec, 1952) hizo historia en el Unicaja. Bajo su batuta se consiguió el primer y único título europeo de la historia, la Copa Korac, entonces tercera competición europea, de 2001. Un año antes se jugó la final de la misma competición. Siempre se le considera el hombre que insufló ambición para poner las bases de un gran Unicaja. Desde Belgrado atiende con calidez la llamada de Málaga Hoy.

-Boza, juega el Unicaja una final europea la próxima semana. Con usted jugó la primera y cayó el primer título.

-Esa primera Korac fue el primer título de clubes que ha ganado a nivel internacional en cualquier deporte en Andalucía. Para mí, Andalucía es la mejor región de España. Tiene una belleza increíble. No sólo para mí, me lo dice gente que viaja más que yo. Ves Málaga, Córdoba, Granda, Cádiz, Torremolinos y Marbella... Ciudades bellas, en todas ellas me han recordado alguna vez que el Unicaja ganó la Copa Korac. Todo el mundo recuerda su primer beso, la primera chica que le gustó. Y más cosas... (risas). El primer título es como eso, no se olvida.

-¿Qué recuerdos concretos tiene de aquello?

-Fue una fiesta inolvidable. Para mí yo dije 'Si aquí están celebrando así la Korac, tengo miedo si ganamos la Euroliga. ¡Nos van a esposar a todos!' Cuando vi el público así... No podía imaginar que un día ganáramos la Euroliga. Como sabéis tengo casa en Marbella, he recorrido en coche toda Andalucía y es la tierra más bella. Para mí, personalmente, fue muy emocionante. Sabía que era la última Copa Korac en Europa. Ahora llamamos así a la Copa de Serbia.

-El trofeo se llamaba así dedicado a Radivoj Korac, gran jugador yugoslavo muerto en accidente. ¿Le conoció?

-No, una gran pena. Es el único gran jugador yugoslavo al que nunca llegué a conocer. Todo el equipo lo conocía. Cuando murió en un accidente cerca de Sarajevo yo empezaba a entrenar en un pequeño pueblo. Era una grandísima persona. Yo ahora paso muchos días con los que eran sus grandes amigos. Ayer estuve comiendo con Petar Skanski, gran jugador y entrenador; con Rato Trvdic, el suegro de Zan Tabak; con Dragoslav Raznatovic, uno de los primeros grandes jugadores del país, subcampeón mundial y olímpico; el padre de Sasha Djordjevic, Brate, que tiene 78 años ahora... Pero lamentablemente nunca conocí al señor Korac. Le guardo un enorme respeto. Mire, vivo una zona peatonal de Belgrado, en el centro. A 100 metros de mi casa hay una placa en un muro en recuerdo de Korac. Siempre cuando tenía tiempo libre estaba en esa esquina con sus amigos. Hay una placa de bronce con su cara. Cuando ganamos sabía que era la última edición de la Copa Korac. Y recuerdo que muy temprano, después de cantar y celebrar en el hotel con música, fuimos a ver a ver su tumba para ofrecerle el trofeo. Todos los jugadores lo recuerdan. Su hermano es escultor y académico y me mandó una carta de agradecimiento.

-¿Recuerda ese de 2000/01 como un buen equipo?

-Para mí todos mis equipos son buenos. Tú puedes tener un gran equipo, pero si como personas no son ideales... Gracia a mi pasado y experiencia pude elegir buenos jugadores. Con Angel Noriega [entonces presidente] y Juanma Rodríguez [entonces director deportivo] nos encontramos en una primera reunión en París. Y decidimos ir paso a paso, crecer con cabeza. El banco no iba a invertir mucho al principio, fuimos poco a poco creciendo y después llegó un gran entrenador como Sergio Scariolo con el que se consiguieron grandes éxitos. Pero en esta época no teníamos tanto dinero. Empezamos con presupuesto de media tabla. Pero poníamos mucho corazón. En Ciudad Jardín no había al principios buenas condiciones de trabajo. Allí entrenaban a kárate y judo a la vez. Gritaban mucho... (risas). No era un equipo de calidad superalta, pero jugábamos con corazón. Eran buenos chicos. Berni y Cabezas, Jaumin y Veljko Mrsic, que son entrenadores; Petruska, Sonko, Weis... Buenos chicos, gran comportamiento. Si llegábamos a la final con el Hemofarm sabía que ganaríamos.

-El club ganó la Copa Korac y ya jugó las 15 temporadas siguientes en la Euroliga. Puede suceder lo mismo ahora, ganar la Eurocup y regresar.

-Es muy importante volver a la Euroliga. Muy, muy importante. Si no estás en el Top 10 de Euroliga es muy difícil mantener el interés de la gente, muy difícil conseguir dinero y es muy difícil atraer a los mejores jugadores posibles. Por ejemplo, yo estuve en el Lokomotiv Kuban, fuimos terceros de Rusia, formando jóvenes. Hace dos años, la empresa de los trenes de Rusia, que por eso se llama Lokomotiv, aportó 15 millones de dólares. Y claro, con 15 millones puedes fichar a Delaney, que está ahora en la NBA, o Anthony Randolph en el Madrid. Dependes mucho del dinero. Antes lo más importante era el trabajo durante la temporada, que siempre importa pero ya no tanto. Con tantos partidos tener 12 buenos jugadores es lo más importante A mí no me gusta una cosa, mis colegas están metidos mucho en fichar jugadores y no tanto en entrenar, en el desarrollo y evolución del juego. Todo el mundo juega pick and roll. ¿Por qué? Porque no tenemos jugadores fuertes en el uno contra uno. Con el Madrid recuerdo que tenía a Louis Bullock y con su cuerpo los grandes le mataban en el pick and roll, salía con golpes y rodillazos. Yo le dije, 'Louis, jugamos sin pick, sin bloqueo. Ganas ventaja y tiras o pasas'. Y así ganamos la Liga. Hay muy pocos jugadores así en Europa ahora, completos. Shved, Llull, Doncic. En mi país muy pocos. Por ejemplo, sale un jugador como Ante Zizic [está en el Darussafaka, donde llegó a mitad de temporada desde la Cibona], todo el mundo que me conoce sabe que no regalo elogios y yo digo que será un all star de la NBA. Aquí sale un talento en la Liga Adriática y dura un momento, se va.

-Aquí el mejor del equipo es ahora Nemanja Nedovic, un compatriota suyo.

-Primero estoy contento por su recuperación. Tenía una lesión muy complicada. Sé que el Unicaja tiene a José Nogales y Diego Montañés, grandes médicos. Pero era una lesión difícil. Vlada Kostic, el doctor que le vio, es profesor en Columbia y ahora es presidente de la Academia de las Ciencas de Serbia. Es el número 1 y uno de mis mejores amigos. El ayudó a Nemanja Bjelica, que tuvo un problema parecido. Bjelica le dijo a Nedovic que hablara conmigo y le concertamos una cita. Ahora me alegra mucho verle sano.

-¿Cómo le ve sobre la pista?

-Como jugador sólo debe aprender algunos conceptos defensivos, la posición y la atención al balón. Pero en ataque... Cuando yo entrenaba a Eslovenia y jugamos contra Serbia el único problema sin resolver fue Nedovic. Si se vuelve loco es imparable, imparable. Salta un metro, penetra por los dos lados, tira triples. Tiene cojones, es valiente. Y todo con esa cara de bebé. Antes del último partido con el Lokomotiv dije que sería el jugador decisivo. Y así fue.

-¿Valencia o Hapoel?

-El Hapoel tiene mucho dinero privado, tiene mucho interés en estar en la Euroliga. Siempre es muy difícil jugar contra un equipo de tu país, según mi experiencia. Siempre me gusta jugar contra un equipo de fuera de país, porque es diferente. Los equipos españoles se conocen muy bien. Siempre prefiero jugar una final contra extranjeros, aunque para el baloncesto español es bueno siempre una final entre dos equipos de allí.

-El entrenador que puede ganar el segundo título europeo, Joan Plaza, fue su ayudante.

-Vino a Limoges dos años consecutivos para ver mis entrenamientos cuando entrenaba al Limoges. Yo le di mi palabra de que si volvía a España sería mi ayudante. Tuve muchos problemas para ficharle para el Real Madrid, me ayudó Florentino Pérez. Gracias a mi posición, pero tuve mucha gente en contra. Sería simbólico, bonito, claro. Quiero que gane el Unicaja. Por club, afición, por Joan... Adonde fui siempre elegí a los mejores ayudantes de cada país.

-¿Cómo ve la situación en el baloncesto europeo?

-No son serios los de FIBA, hablando de todos los segmentos. Creo que en la actual Euroliga se están viendo partidos muy buenos, los mejores con los mejores. Hay que escuchar a la otra gente, hay que hacer un buen análisis de cómo está el balance después del primer año. No me gusta por qué no cogen todo de la NBA, desde el tiempo de juego a la forma de arbitrar. Pero yo estoy disfrutando de muchos buenos jugadores. Hay gente que cree que no será bueno para el baloncesto. Hay que hablar honestamente con gente de Euroliga. Tengo mucha confianza en esta gente, sabe qué hace.

-¿Estará por Málaga para la final?

-Estuve hace poco, ahora estoy en Belgrado, paso mucho tiempo con mi nieta. Mi hija Marina está en el Galatasaray, fue campeona de Europa y bronce olímpico entrenando a Serbia, un milagro. Deben visitar Belgrado, la ciudad mejoró mucho. Pero conociéndome, no descarten que esté allí en la final (risas). Dígale a la afición que soy malagueño.

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