La primera Copa de Francis Alonso, 11 años más tarde
El malagueño no disputó la Minicopa y se estrenará en el torneo en la cita de Madrid'21
Hace 12 meses Francis Alonso hacía el petate con dirección a Oviedo, que le abrazaba después de una mala experiencia en Fuenlabrada. Allí resurgió el malagueño, pero la llegada de la pandemia del COVID-19 lo frenó en seco. En la capital asturiana pasó el coronavirus y después regresó a Málaga para unirse al Unicaja. Un año después es una de las piezas importantes del equipo malagueño y una de las grandes apariciones de la temporada. "Confiaba en mi trabajo y en demostrar cuando tuviera la oportunidad de lo que soy capaz. Fue duro, pero en ningún momento dejé de trabajar, no abandoné mi ética de trabajo y mi confianza", era la receta que daba el joven en una entrevista con este periódico sobre su irrupción en la élite.
Este viernes en Madrid acaparará muchos focos en Madrid, se le ve como potencial jugador de selección de cara a torneos importantes. Sergio Scariolo ya le abrió la puerta y le tiene fe desde que estaba en Estados Unidos. En el WiZink Center jugó su primer partido como profesional en España y allí metió 27 puntos en diciembre. Aquella actuación se hizo viral, en un recital de tiro del escolta. Allí vuelve para disputar su primera Copa del Rey, donde tendrá un ogro en frente. Tiene muchas alternativas Saras Jasikevicius para cercarle, con Higgins o Hanga como principales nombres.
Francis Alonso no estuvo en la Minicopa cuando estaba en la cantera cajista. No se clasificó para el torneo celebrado en Bilbao el primer equipo en 2010 con Aíto García Reneses al mando. Ese equipo infantil es recordado en Los Guindos como uno de los mejores que tuvo el club. Perdió muy pocos partidos durante la temporada. De esa hornada que entrenaba Manolo Bazán hay dos jugadores en el baloncesto profesional. El propio Francis y, por supuesto, Domas Sabonis, All Star de la NBA y estrella de los Indiana PacersDomas Sabonis. Otros como José Alberto Jiménez, Sergio Mendiola, Enrique Cortés o Andrés Aguado estén en LEB o EBA. Esa generación del 1996 fue cuarta a nivel nacional en infantiles, terceros en cadetes y segundos en juniors, lo que habla de su potencial. Había mucho talento y después se ratificó esa sensación.
El malagueño se marchó a Estados Unidos y tiempo después ya está asentado en la élite. Partía como jugador 13, pero las lesiones y un rendimiento excepcional le hacen ser clave en el Unicaja. Es el segundo anotador del equipo con 10.2 puntos (tras Brizuela y empatado con Bouteille) y el cuarto que más juega, por encima de 20 minutos. Ha demostrado ser más que un tirador, cada vez con un catálogo más amplio. La dinámica terrible del equipo malagueño también le afectó, pero en los últimos partidos viene recuperando el tono. Hizo Fotis Katsikaris terapia con élFotis Katsikaris. Su contrato se termina en 2022 y el club tendrá que tratar en estos meses una revisión pertinente de su contrato con su agente, Quique Villalobos. Su cláusula de salida es asequible y su proyección y condición de cupo le hacen ser un caramelo. No obstante, su sentimiento de pertenencia con el Unicaja es grande. Ahora le llega otro reto grande en su incipiente carrera, la Copa del Rey. Escaparate y termómetro.
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