La primera gran noche de Mario Saint-Supéry
El canterano salió en el quinteto inicial y dio el nivel en los doce minutos que disputó, otro ligero paso en el proceso
"Lo ha hecho muy bien, sobre todo atrás. Hay que normalizarlo", reflexionaba Ibon tras el partido
La crónica del Unicaja-Limoges
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Mario Saint-Supéry aparecía en el quinteto inicial frente al Limoges, toda una declaración de intenciones; de las secuencias más llamativas de la noche porque hasta ahora había carecido de un papel incipiente en el primer equipo, además que la exigencia de ganar a los galos no invitaba a hacer experimentos precisamente. Pero Ibon Navarro cuidó los tiempos con el chico, también lanzar ese mensaje de que realmente es un jugador que entra en sus planes, pese a que hasta la fecha solo tenía segundos testimoniales y en partidos con todo resuelto. Sin Brizuela, y una plantilla que está cogida con alfileres, era su día, pero de verdad, el ya contar con tiempo de calidad en pista, obligado a dar ese mínimo nivel de prestaciones. Es un chico de 16 años todavía, pero un adelantado a su edad, hasta físicamente se le ve algo más fornido que hace unos meses.
Y Mario cumplió con muy buena nota. La primera pelota que le cayó a las manos, decidió tirarla y tocó la red, sus primeros puntos en BCL, quizá esa acción que necesitaba para soltarse. Se le vio desvergonzado, sobre todo a nivel defensivo, con ese punto de energía alto. No llamativo su partido a nivel estadístico, pero sí en cuanto a sensaciones. No desentonó, ni siquiera se notó ese runrún en la grada de tener que buscarle sí o sí. Todo un proceso muy natural, y gran parte de culpa la tuvo Ibon. Doce minutos en cancha, pegándose con los exteriores del Limoges e igualando esa batalla física, uno de sus fuertes. Poco protagonista con la pelota, no va a ser su papel al menos de momento, haciendo lo que tocaba. Cogió un rebote en ataque poderoso tras un gran brinco, un robo de balón y una asistencia.
"Evidentemente le he puesto en el quinteto titular para evitar luego el runrún a mitad del cuarto, y porque luego no sabes cómo va a ir el partido. Si Mario no tiene esos minutos de calidad, se nos habrían ido todos muchos minutos. Para ello tenemos que recurrir a él, que lo ha hecho muy bien, sobre todo atrás. Cada vez que ha entrado, es verdad que la segunda vez no ha sido la mejor, aunque no ha sido culpa suya. Le hemos rodeado bien, con Will o Kendrick para que estuviese tranquilo. Si no juega no es por la edad, sino porque hay jugadores en su posición que tienen más experiencia que él, más calidad, menos proyección, pero más reales; y si no están, es un jugador del primer equipo. Hay que normalizarlo. La única forma de evitar el runrún es que empiece, ya lo hubo con el pase por detrás de la espalda", radiografiaba Ibon Navarro su partido en sala de prensa.
El Unicaja valora que es contraproducente sacarle de ese hábitat natural del EBA, pero imperará siempre las necesidades del primer equipo. Seguirá siendo ese jugador número 'trece' de la plantilla, uno más de la rutina, aunque esta actuación refrenda que sí que está preparado para asumir algo de protagonismo. La primera gran noche de Mario, la primera seguro que de muchas.
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