Otra prueba de fortaleza

La baja de Alberto Díaz es otro obstáculo en el camino del Unicaja, de nuevo desgraciado con las lesiones; perder a Djedovic fue traumático

Pablo Pin piropea al capitán

"Ya era raro que estuvieran los doce"

El Unicaja se conjura en un partido
El Unicaja se conjura en un partido / Acb Photo
Jorge Cabrera

07 de abril 2023 - 06:33

El destino vuelve a ser cruel con el Unicaja. El conjunto malagueño no ha tenido que lamentar tantas desgracias físicas, episodios menores sí, pero salvo el de Lima en diciembre, no ha habido otro caso que haga saltar las alarmas de verdad. Con cuentagotas, pero con un azar que ha sido caprichoso y desgraciado. Volvía Nihad Djedovic hace pocos días, antes de lo previsto, y a buen tono además, ese paso de una posible recaída ya solventado, como uno más el bosnio, dentro de la coyuntura que aún deberá acumular algo rodaje en sus piernas, pero el balcánico parece que no se fue. Suponía recuperar a los doce jugadores, dar aire nuevamente a la rotación, que volviese a ser ese Unicaja con un amplio fondo de armario, y en un momento de la temporada donde se necesitan a todos, intercalando esa serie con UCAM y en Liga Endesa también muy exigido. Solo ha podido disfrutarlo Ibon Navarro unos cuantos días

Porque la lesión de Alberto Díaz, por fortuna más leve de lo que se esperaba, vuelve a penalizar, como si cada fatalidad tuviese relación una con la otra. Vuelve Djedovic, pero cae el capitán. Serán unas semanas incómodas porque Ibon Navarro tendrá que exprimir más a Perry o dar más peso a otros exteriores, ya en abril, con unas piernas que pesan, son tiempos de administrar los esfuerzos al máximos. Además, es una situación algo anómala en el Unicaja, sin un tercer jugador que tenga las virtudes para jugar de base, sí hay parches, veremos a Carter o al propio Djedovic subir la pelota, pero se pierde demasiado rendimiento en esa posición tan especial. El técnico dejó claro tras ganar a UCAM que recurrirá a Mario Saint-Supéry, es el momento del rinconero de echar un cable, y cuánto lo agradecería su equipo.

El nivel del equipo ha aumentado en las últimas semanas, con velocidad que singulariza a este Unicaja 22/23, ya con ese peaje pagado tras la resaca copera, hacia arriba de forma palpable. El partido ante Carplus Fuenlabrada vino bien para retomar esa soltura, aunque todo era una cuestión de piernas, porque el nivel de confianza siempre ha estado por las nubes. Ante los madrileños se vieron minutos de buen baloncesto, ritmo y más ritmo, lo que ama poner en práctica el campeón de Copa. Al igual que frente a UCAM, imparable durante la primera mitad, completísimo a todos los niveles, dando síntomas que se está recuperando el tono en el mejor momento, y dejando atrás esa ligera crisis, más que de juego que de resultados, del mes reciente; lo importante en ese periodo es que se pudo salvar los muebles.

Serán varios partidos de mimar la gestión. El de Covirán Granada es una trampa, un conjunto nazarí recompuesto después de meses terribles de resultados, ahora en otra onda. Se impuso al UCAM Murcia hace unos días en una exhibición de energía y empuje, aviso de su potencial, que para ellos además es una buena oportunidad de ganar al campeón de Copa, ese estatus que debe defender el Unicaja cada fin de semana, forma parte del éxito. El no contar con Alberto en BCL sí es un serio inconveniente, un seguro de vida en esos partidos donde hay que dar un plus, con la particularidad de vértelas frente a un equipo que te va a exigir al máximo. Lo natural es que se mire de reojo a Murcia estos días, aunque los verdes llegarán con algo de descanso a ese partido, de sábado a miércoles.

"Ya me parecía a mí raro que en cuatro días estemos los doce jugadores; entrará Mario y seguiremos los doce que estamos. Hay que sobreponerse a esto", decía irónicamente Ibon Navarro el pasado martes. Habría firmado el técnico estar en el contexto actual, con el tobillo de su capitán con mejor aspecto del que se preveía. Pero se avecina otra prueba de fortaleza, la anterior se cumplió.

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