Reggiana - Unicaja: La bendita rutina de la Final Four (72-82)
El Unicaja consigue acceder a su tercera Final Four consecutiva de la BCL y está a dos triunfos de conquistar el cuarto título de la temporada
Las fotos del partido

Hay que abrir el zoom del día a día y del análisis semanal para valorar lo que ha conseguido este Unicaja, que enlaza su tercera presencia consecutiva en la Final Four de la BCL. No estaba precisamente en la zona noble cuando en 2022 era vapuleado en Manresa en esta misma instancia. Erguido, con orgullo, después de años de travesía del desierto, ahora es una bendita rutina pelear por el título. Málaga, Belgrado, ahora Atenas o París, se vuelve a pasear por el continente con prestancia aunque no sea en el gran escaparate de la Euroliga. Ese paso atrás estratégico sirvió para coger el impulso. En este periodo de indefinición de hacia dónde irá la canasta continental, el Unicaja toca o roza la plata de manera continua. En Reggio Emilia rubricó ese billete para una Final Four que se barrunta probablemente la mejor de esta competición en su aún joven trayectoria. Venció 72-82 después de un partido con altibajos, flojo en los cuartos impares y mucho mejor en los pares, a un Reggiana digno pero al que no llega para hacer daño a un correcto equipo malagueño. No es el mejor momento de juego y continuidad, pero ahí también radica la grandeza de este equipo. La capacidad para avanzar, para sufrir, los mecanismos para que exista una base en los peores instantes con la que competir.
El partido comenzó raruno para el Unicaja. Dos faltas seguidas en ataque de Tyson Pérez, un golpe fortuito en la cara a Kravish de Alberto que provocaba que el pívot sangrara y debiera irse... Un atasco ofensivo importante que propiciaba que sólo se anotaran tres puntos tras siete minutos. La salida de Kameron Taylor le dio algo de aire al equipo, a veces se embolica con el bote pero ofrece soluciones con su talento para anotar. Con 17-12 acababa el primer cuarto, con el equipo italiano con niveles de energía y agresividad muy altos.
La profundidad de banquillo ofrecía soluciones. La salida de Killian Tillie, de regreso tras su ausencia por motivos personales, abrió una vía de agua importante en la defensa. No es un prodigio de dureza, tiene alguna desaplicación atrás... Pero esa finura para anotar desde todas las distancias es oro molido en circunstancias así. El parcial de 0-10 propiciaba el tiempo muerto de Priftis. El partido había cambiado radicalmente. La defensa del Unicaja ya era más dura. Y cuando se subía la agresividad el Reggiana se convertía en una máquina de perder balones (13 al descanso). Y ahí el Unicaja es letal, capaz de producir 34 puntos en el segundo cuarto. Canastas sencillas en transiciones, también situaciones en estático con buenos movimientos sin balón, con Kravish engrasando desde el poste alto y cortes por línea de fondo para generar canastas fáciles. El Reggiana encontraba en Jamar Smith un clavo al que agarrarse. El ex del Unicaja se fabricaba los triples (cuatro metía al descanso) para dejar con vida a su equipo (37-46). Con 38 años aún tiene impacto.
El tercer cuarto fue otro tramo de tobogán. Después de que Balcerowski metiera un triple y un tiro libre (39-50), reacción italiana. Kenneth Faried se hacía notar ahora en el partido, su físico se hacía hueco a base de fuerza. También Winston generaba problemas. Y el Unicaja volvía a padecerpara anotar, como si hubieran saltado los plomos de nuevo. Mostraba carácter donde no le llegaba el juego el Reggiana, que se ponía por delante aunque Tyson Pérez permitía ir arriba al final del tercer cuarto (56-58).
Cuando el partido estaba en el alambre (61-62), irrupción de Kendrick Perry. Se agotaba una posesión y metió desde nueve metros. Igual en el siguiente ataque desde algo más cerca (61-68). Una canasta en rectificado más tarde. Un triple desde la esquina de Osetkowski tras una buena circulación y un dos más uno de Tyson Pérez (70-80) fueron ya la daga definitiva en los dos últimos minutos pese a que los locales intentaron negar la derrota. Será en Atenas o París, hay otro título a dos triunfos para este equipo de época que, aun lejos de su mejor nivel en este tramo de la temporada, sigue teniendo hambre. Un cuarto título aparece en el horizonte.
También te puede interesar