De repente, Rubén Guerrero

Unicaja

Gran paso adelante del marbellí en los dos últimos partidos, de máxima exigencia

Emerge tras el debate sobre si era adecuado o no reforzarse

Jaime Fernández se saluda con Rubén Guerrero. / Acb Media / M. Pozo

En ocasiones, sucesos imprevistos desencadenan explosiones inesperadas. Las dos últimas actuaciones de Rubén Guerrero, en las victorias ante el MoraBanc y el Baskonia, son cosa seria. Evidentemente, no se le puede pedir al marbellí cada día por sistema ya las cifras que ha firmado en estos dos partidos, 13 puntos y ocho rebotes ante los andorranos y 15 tantos y siete rechaces contra los baskonistas. Vendrán, seguramente, partidos con menos trascendencia en el entramado del Unicaja. Pero que en encuentros ante pívots de alto nivel haya tenido un impacto elevado, numérico y no, refrenda que, efectivamente y como se pensaba, su techo es elevado. Se trata de subir el suelo.

Las lesiones de Frank Elegar y Melvin Ejim convirtieron en motivo de debate la necesidad o no de fichar. De fondo está el rendimiento del primero, menor del que se esperaba cuando se le fichó. El club se lo planteó también por la coyuntura, una Copa en casa y una Eurocup propicia para hacer algo gordo. Pero las opciones reales que existieron sobre la mesa o no convencían deportivamente para asegurar mejoría o exigían una hipoteca en forma de año extra de contrato. Podía parecer que Gerun y Guerrero formaban una pareja de circunstancias, más la ayuda que pudiera dar Thompson, en el puesto de cinco. Pero el golpe se ha amortiguado bien tras el desastre de Madrid en estos dos partidos. La apuesta del club fue darles valor e importancia.

“Personalmente estoy muy contento de ayudar, de aportar lo máximo que pueda a Luis y al equipo”, decía con humildad Rubén Guerrero aún sobre el parqué del Carpena en los micrófonos de Movistar. Si ahora Guerrero ha ayudado de manera importante en dos partidos trascendentes hay que apuntarlo en el haber de Luis Casimiro. El técnico no ha sacado de la rotación al marbellí en toda la temporada. Le ha dado sus cinco o seis minutos como mínimo, normalmente una rotación en el segundo cuarto, en cada encuentro de ACB y Eurocup salvo alguna contada excepción. En situaciones no óptimas se suele prescindir de algún jugador y comprimir el uso de jugadores. Casimiro ha sembrado con Guerrero, que ha estado en pista en varios parciales negativos en partidos concretos. Se han visto ahora frutos ilusionantes.

Darío Brizuela y Rubén Guerrero dialogan en el Unicaja-MoraBanc. / Javier Albiñana

Guerrero es un jugador de unas características no habituales en el baloncesto español. Scariolole sigue y es probable su convocatoria para la próxima ventana. No sólo por estos partidos, ya le tiene en el radar desde años atrás y seguía con frecuencia partidos suyos en la NCAANCAA. Fue, de hecho, medallista sub 18 y sub 20 con España. Sin demasiado protagonismo, pero ahí estaba. En el Unicaja se tenía claro que era una apuesta obvia cuando saliera de la universidad. Había que, al menos, reclutarlo para constatar su progreso y probar. Su físico tiene poco par, aunque en el Unicaja se intenta trabajar de manera más integral con él. Vino con un tren superior espectacular de Estados Unidos, pero había que equilibrar con el inferior. En adquirir esa mayor potencia en la batida para cazar alley hoops y ser más agresivo hacia al aro también se trabaja. Carlos Suárez le envió uno en el final del tercer cuarto ante el Baskonia que cazó con destreza.

Aún está Guerrero en un proceso de reciclaje europeo, han sido seis años en Estados Unidos, en otro baloncesto y otra dinámica de trabajo. Aparte de que esto es ya un nivel profesional. Quienes le vieron jugar con continuidad y le entrenaron en Los Guindos le recuerdan con capacidad para jugar de cara, para desbordar incluso con el bote, para correr contraataques e, incluso, tirar algún triple. No ha perdido esa movilidad, es frecuente verlo llegar rápido al aro contrario, ante el MoraBanc anotó un mate como tráiler después de que Jaime Fernández le esperara con el timing adecuado. En estos dos partidos, el madrileño ha conectado muy bien con el marbellí, le ha dado varios pases de canasta. En Estados Unidos llegó la especialización total como interior. También cargó con 30 kilos su cuerpo. De los 80 a los 110. Otra manera de jugar, sin duda.

Rubén Guerrero, en su etapae en el Clínicas Rincón.

El trabajo hecho por y con Guerrero en todos estos años, desde el de sus inicios en Marbella hasta en Kansas, Florida y Alabama, sus tres picas en Estados Unidos, pasando por sus años en Los Guindos se ve en detalles técnicos como el fantástico uso de su mano izquierda. Siendo diestro, acaba casi con mejor destreza con la zurda, tiende a girar para terminar con ella. También en su capacidad de distribuir juego desde el poste alto. Ahora básicamente ejecuta el mano a mano. No será extraño verle, de seguir la progresión que se espera, tomando decisiones más arriesgadas en el pase. La visión de juego la tiene.

Ahora que se acerca la Copa, se recuerda aquella explosión de Pau Gasol en 2001 en el Carpena. El Barcelona decidió no fichar después de que Rony Seikaly diera la espantada. El resto es historia. No se pretende comparar a Guerrero con el mejor jugador español de la historia, obviamente. Pero sí hay contextos en que lo que puede parecer más conservador es lo más atrevido. Y viceversa.

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