Un alma en pena (70-58)
Resultado y crónica del Lavrio-Unicaja
El Unicaja cae ante el Lavrio en un horroroso partido, donde no tenía nada en juego, en El Pireo
Imagen desoladora del Unicaja en Grecia. Un alma en pena. En El Pireo, que hace no tanto visitaba para jugar Euroliga, arrastró el escudo el equipo malagueño. Es imperdonable un partido de este tipo para un club profesional del calibre, la historia y el presupuesto del de Los Guindos. Una imagen horrorosa en una de las grandes plazas del baloncesto europeo para ser un invitado de piedra en la fiesta del Lavrio (70-56). Un equipo modélico, con ambición, que disputará el play in de la Basketball Champions League en el año en el que debutaban en la competición. Ahora pierden a su estrella, pero que le quiten lo bailao.
Lo que no le podrán discutir es que le dio un repaso al Unicaja, más de una década entre los 16 mejores del continente (con una Final Four incluida curiosamente en tierras helenas) y uno de los últimos ganadores de la Eurocup. Indecente actuación de los cajistas, cuya excusa no puede ni debe ser que no había nada en juego. En una entidad así no hay encuentros intrascendentes. En el parqué griego estaba en juego el honor y el hambre de este grupo, en el que siendo generosos ahora mismo cuesta creer. No hubo ambición por competir el partido ni coraje para maquillar. Y ahí ciertas líneas rojas que no se tienen que cruzar.
En el pabellón de La Paz y la Amistad estaba Antonio Jesús López Nieto, un fijo en los desplazamientos desde que asumió la presidencia. A unos metros el máximo mandatario verde fue espectador de un desastre, el peor choque de la temporada. Se podría entender menor tensión porque la clasificación al Round of 16 estaba sellada con contundencia, pero no levantar la bandera blanca desde el pitido inicial. Lo que se debería esperar es que este equipo saliera con el cuchillo entre los dientes tras la dolorosa derrota frente a la Penya, que tiene a los malagueños en undécima posición en la ACB y con un pie y medio fuera de la Copa del Rey.
En club serio debería haber consecuencias tras algo así. Se verá de aquí en adelante. Los aficionados que encendieron el televisor tiraron dos horas de su tiempo y no está el Unicaja para perder fieles. En un Carpena al que le cuesta superar los 4.000 espectadores sin entradas regaladas, esta manera de perder es un puñal directo al corazón. También deberían ser conscientes los jugadores, a los que también habrá que mirar después de un año y medio plagado de malos ratos. Se asume el desequilibrio y la mala confección en la plantilla, incluso a veces se ha sido condescendiente, pero no se tolera la impasividad y la nula competitividad.
Fotis Katsikaris, en un ejercicio que cuesta adjetivar, se quejaba de que el entorno [en clara referencia a la prensa] sólo veía lo malo y creaba un clima de negatividadFotis Katsikaris. Toca ser claro, esto no hay por donde cogerlo. En la ACB por ahora no da para meterse entre los ocho primeros y en la BCL, en una primera fase de un nivel inferior, está el pase en la mano pero con dos cicatrices importantes. En días como el de Grecia también se cae el mantra de la competitividad. Que a veces esconde derrotas importantes y que no pocas veces es sinónimo de mediocridad. Aquí lo que vale es ganar, es deporte profesional. No obstante, técnico y plantilla tienen de aquí a junio, que es cuando se ponen las notas, para revertir esta situación insostenible. A finales de diciembre no da para el cinco. Es la triste realidad.
En el parqué hubo un equipo, el que se jugaba seguir con vida. A Kaklamanakis se le colgó el cartel de internacional en los primeros minutos. 10 puntos del interior, con un impoluto 5/5, daban las primeras ventajas a los locales. Y ahí tomaba la manija Tyson Carter, que menudo último servicio al equipo que lo puso en órbita. Se marcha al Zenit tras otra exhibición de condiciones. Metía y metía, 15 puntos al descanso, para poner al Lavrio muy por arriba (36-23). Katsikaris, que pedía varios tiempos muertos, hablaba claro. "No sé qué hacemos, la verdad", se escuchaba al otro lado de la plantilla.
No servía para que reaccionaran los cajistas. Era dantesco lo que pasaba en la pista. Pase a la mesa de anotadores, tiro que no toca aro, bandejas claras falladas, botes en el pie... Resultaba difícil de creer. A la media parte, 41-28. No ayudaba un día para olvidar en el triple, con 1/11. Brizuela, que al menos lo intentaba, metía uno, pero luego venía un carrusel de fallos. Ahora emergía Aminu, que con un poster sobre Abromaitis ya establecía la diferencia por encima de los 20 (63-42). Varios jugadores del Unicaja no aprovechaban los minutos para cambiar tendencias.
Hubo algún conato de remontada, bajando la renta a la decena, pero Mouratos aparecía para terminar de poner la puntilla. Con merecimiento, el conjunto griego luchará por meterse entre los 16 mejores de la BCL. Ahí estará el Unicaja, que regresa a la competición a finales de enero. No será por lo mostrado en El Pireo, en otra página negra de unos años donde la caída parece no amortiguar. Habrá algunos días para resetear antes de gastar la última bala hacia la Copa del Rey. Mucho tiene que cambiar el panorama para llegar con opciones a la última jornada antes del corte. A día de hoy es impensable pensar en ello. Porque lo de menos es no meterse en la Copa, sí encontrar la solución para por fin dejar de ser un alma en pena. Esto ya duele verlo.
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