Ángel Delgado, un reto para Guerrero y Nzosa

El pívot dominicano, máximo reboteador de la ACB (8.4 por duelo) mide a los dos interiores cajistas

Ángel Delgado celebra.
Ángel Delgado celebra. / Acb Photo

El Unicaja juega este domingo en Bilbao un partido de mucha exigencia, contra un rival enrachado enfrente y con un pívot que está siendo dominante, el dominicano Ángel Delgado, máximo reboteador de la competición (8.4 por duelo jugando 23 minutos, con distancia sobre el segundo). Además, suma 10.6 puntos (lastrado por un penoso 33% en tiros libres) y 1.2 asistencias para 16.4 de valoración, séptimo tras Musa, Moneke, Shermadini, Dubljevic, Tomic y Mirotic.

Delgado, de 2.08 metros, estudió en la prestigiosa universidad de Seton Hall, donde en cuatro temporadas descolló. No le valió para salir en el draft, pero sí firmó con los Clippers, jugando en su filial de la G-League, los Agua Caliente, donde logró un récord de 32 rebotes en un mismo duelo y debutó en la NBA precisamente ante los Pacers de Domas Sabonis. Tras pasar por Sioux Falls, marchó a Israel, al Hapoel Holon. Tras el inicio de la pandemia aterrizó en la ACB, con el Movistar Estudiantes, con el que no pudo evitar el descenso. Y ahora está mostrando su mejor versión como profesional a las órdenes de Álex Mumbrú. Es una máquina de hacer dobles dobles, cifras a las que se hizo asiduo en el final de su etapa en Estudiantes, con el que fue MVP de abril y mayo (15.9 puntos y 12.9 rebotes). Ahora está ratificando.

Katsikaris no dispone de Micheal Eric ni tampoco aún de Dejan Kravic, así que es una oportunidad para Rubén Guerrero y Yannick Nzosa, que están pasando una temporada complicada y que tienen este domingo un reto importante en Miribilla. Cada uno con sus particularidades, están dentro de la deriva colectiva, en la que prácticamente ningún jugador está rindiendo a su mejor nivel dentro la plantilla malagueña. La preocupación es grande y por eso se ha fichado, antes de la lesión de Eric ya era la idea, y también se acometerá otra contratación que entre dentro de los parámetros.

Nzosa y Guerrero, en el banquillo.
Nzosa y Guerrero, en el banquillo. / ACB Photo

Guerrero estaba en la rampa de salida, pero la situación ha cambiado con la lesión de Eric. Se ha fichado a Kravic, pero es complicado que se acometa otra refuerzo interior porque hay otras posiciones que se considera que flojean y es difícil que salga del plantel. Otra situación será a final de temporada. Recién cumplidos los 26 años, el marbellí está lejos aún de su tope de jugador y el Unicaja no quiere romper el vínculo con él, pero lógicamente quiere minutos para seguir progresando. Quienes le ven entrenar cada día aseguran que no traslada a los partidos el impacto que tiene en los entrenamientos. Él ha reconocido alguna vez que él es su principal enemigo, pero tampoco ha recibido una máxima confianza del entrenador. Debe ser más duro y contundente en pista, es cierto, pero sus apariciones últimas han sido más que correctas. Puede pasar de tercer pívot a titular en Bilbao.

En el caso de Nzosa, el congoleño no está ratificando las expectativas que puso por las nubes con sus primeros meses de profesional. También parece engullido por la situación del equipo, en el que hay pocos asideros sólidos. Renovado hasta 2026, con su cotización para el próximo draft a la baja, sigue trabajando bien, pero el ruido externo ha hecho mella. Se debe ser paciente con él, es un proyecto tremendo, pero no se han conseguido crear las condiciones para que exprese todo su potencial.

Los dos tienen un buen reto este domingo en tierras vizcaínas ante uno de los mejores interiores, números en mano, de la competición.

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