25N
Manifestación en Málaga

Al Riyadi - Unicaja: Con sangre en los ojos (59-96)

El Unicaja da otra exhibición en Singapur y jugará la final de la Copa Intercontinental, la cuarta en 19 meses, y donde se peleará por el séptimo título en la historia del club

El equipo de G League o el Tasmania JackJumpers australiano, rival en la final (domingo a las 13:00 horas)

Las fotos del partido

Perry celebra una canasta. / FIBA

Cuando el Unicaja huele una final, huele sangre. Una apisonadora en Singapur y un equipo cegado en llevarse el título para Málaga. A cuarenta minutos tras pasar por encima del Al Riyadi (59-96), otro equipo que entregó la cuchara rápidamente, ante otra oda al baloncesto del grupo mágico que lidera Ibon Navarro, al final le cogerá el gusto el vitoriano a gestionar este grupo, más aplicado que nunca y con una voracidad que no filtra rivales. Es muy difícil que ese discurso siga fresco y latente. El equipo mantiene la sangre en los ojos. Se pueden restar méritos, ante la poca oposición, aunque el Al Riyadi elevó el nivel de dificultad con respecto al debut, pero es elogiable la actitud. "Están entrenando todos con las orejas tiesas", decía Juanma Rodríguez en la previa de la Intercontinental, el creador de una plantilla de culto, remozada y mejorada en un verano de inmensa complejidad. A esperar rival en la final de una Copa Intercontinental que ha suscitado siempre, desde que el equipo levantaba la BCL en Belgrado. Da igual quién se ponga, la confianza que desprende el Unicaja es altísima. Otra final, la cuarta desde que se puso la semilla a este proyecto, en 2022. Qué época.

El Unicaja agotaba sus dos primeras posesiones en ataque, un toque de atención ante un equipo libanés bien trabajado, de mayor empaque en comparación al Petro de Luanda, al que se superó con la inercia en el baloncesto cajista. Los jugadores interpretaron la subida de nivel, este Unicaja tiene una capacidad de autocontrol alto. Sí se podía adelanta que el Al Riyadi podía provocar alguna complicación; Kikanovic, padre y maestro, tiene baloncesto, la interpretación del juego para ponerle el sello de calidad. El Unicaja, sin Kravish y Ejim, está en otro escalafón, pero el campeón de Asia solo había perdido cuatro partidos en 2024. El Unicaja entró al partido a los dos minutos, alguna mala decisión, estupefacto por la energía y criterio de su rival, pero tomó la iniciativa con un Kalinoski sublime, que arrastra un momento dulce, once puntos en ese primer cuarto y la capacidad de contagiar. Esa versión de equipo guerrero, respetando la competición y el escenario, de nuevo pobre en ambiente, pero el modo focus estaba más vivo que nunca. Menos acierto que en el debut, pero el mismo grado de implicación desde el primer cuarto (18-23). Arakji, el MVP de Asía, tenía sus momentos, un buen jugador el rey del baloncesto libanés, un icono en el país, al que poco a poco se le cogió el punto. Tyson Pérez, en una secuencia de energía y músculo, incluido un alley oop, daba al Unicaja la primera ventaja (23-33) que se gestionó. La zona 2-3 de nuevo en el rival, creó escuela Sito Alonso, pero se superaba. Perry sacaba una falta de tres puntos, antes con un tiro de seis metros, para concluir una primera parte de menos a más (31-42).

Lanzados desde el vestuario, el Unicaja conseguía un parcial de 0-7, tapón de Balcerowski, un alley oop entre Alberto y el potro Tyson Pérez, y un triple en la esquina de Djedovic (32-49). Ya sujetó el Unicaja el partido con esa ventaja cómoda, a tiro de romperlo. Alberto imitaba a Djedo desde la esquina y Tyson estaba en todas, hasta con un triple, para darle cloroformo al rival. Excelsos minutos del hispanodominicano y del Unicaja en un tercer cuarto para enmarcar (41-70). Balcerowski patrullaba la pintura con varios tapones, mejor el polaco en la lectura de situaciones. Ya tenía el Unicaja el trabajo hecho, diez minutos de gestionar los esfuerzos, que Tillie llenara la mochila, Perry con sus diabluras, y un equipo que trabaja sin mirar el marcador. Carter quería más y el Al Riyadi aguantaba el chaparrón como podía. Barreiro hasta sonreía al meter triple, qué momento también del gallego. El séptimo título en la historia del Unicaja ya se vislumbra de fondo, una apisonadora en Singapur. Un equipo que está a cuarenta minutos de ser mundial.

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