Rubén Guerrero, una renovación enquistada

El Unicaja y el pívot marbellí negocian una ampliación de contrato, aunque aún no hay punto de encuentro

Rubén Guerrero lucha por un rebote. / Acb Photo
Jesús María Noguera

04 de junio 2021 - 07:05

Antes de salir al mercado, en el Unicaja hay varias decisiones de calado que tomar. Más a corto plazo, como la renovación de Waczynski, de la que el propio protagonista habló en redes sociales. O estructurales, como las continuidades de Francis Alonso y Rubén Guerrero. Ambos le dan identidad malagueña al proyecto y son dos jugadores que se formaron en Los Guindos. Su situación tiene puntos comunes, acabando vínculo este verano y teniendo el equipo cajista una opción de prórroga de otra temporada.

Ya se negocia con el pívot. Hubo conversaciones serias hace unos meses, que se pararon, aunque ahora están de nuevo activas. El abanico de posibilidades es amplia. Sobre la mesa hay una propuesta de tres años con un salario sensiblemente superior al actual. Un contrato que entra en los cánones del nuevo estatus económico del Unicaja. Luego también cabe otro escenario, que es acogerse a la opción de renovación que hay en el contrato ya firmado y renegociar por una cantidad diferente a la que estaba prevista. Va en la onda de lo que se le va a ofrecer a otros jugadores con acuerdos que no se adaptan al contexto nuevo.

Tiene mucho que decir Rubén Guerrero y la agencia que le lleva sus servicios, Romaior Sports. Un entorno preocupado por el rol que puede darle Fotis Katsikaris, que incluso sin Yannick Nzosa lo relegó a un papel de muy poco protagonismo. Lo recuperó un poco en el último tramo. Con el griego con una trascendencia total en la planificación, el club de Los Guindos debe poner las luces largas. Es una operación que debe estar por encima del proyecto de turno.

El marbellí tiene mercado en la ACB y muchos equipos están atentos a su situación. No hay que olvidar que fue internacional con España en las ventanas FIBA, lo que aumenta su caché. El pívot tiene unas condiciones casi únicas en la liga y aún mucho margen de progresión. El mes de enero y febrero de 2020 aún resuenan y esa es la imagen del interior que puede llegar a ser. Esta temporada su nivel bajó, en sintonía con el colectivo. No se perdió un partido (jugó 53), promediando 4.1 puntos y 3.4 rebotes en 15 minutos.

La pelota está en el tejado del Unicaja, que tiene que tomar una determinación con el futuro de Rubén Guerrero, que cumplirá 26 años en octubre. El malagueño no ve con malos ojos continuar su carrera en otro lugar, estando la opción de renovar y marcharse cedido a otro club de ACB. Choca con el contexto de Los Guindos, para pocos dispendios. Mentalmente sufrió el jugador, que en momentos de estas dos temporadas se vio con la presión de ser el primer pívot de un equipo de este nivel. Le pasó factura en su juego. Hasta el 30 de junio tiene el Unicaja para decidir si quiere a Guerrero o no en su próximo proyecto.

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