Con el sello de Katsikaris

El griego va a ser pieza clave en la confección de la próxima plantilla del Unicaja

Fotis Katsikaris, en una entrevista con este periódico. / Javier Albiñana
Jesús María Noguera

31 de mayo 2021 - 07:14

En la situación de incertidumbre en la que vive el Unicaja, sin presidente más de un mes después, la figura de Fotis Katsikaris ha cogido una trascendencia muy alta. Es curioso, pero ha salido reforzado de estos meses pese a no cumplir con los objetivos deportivos. Gustó su “ética de trabajo y estilo de juego” en Los Guindos (tiene buen feeling con las más altas esferas del club) y también se ha hecho fuerte de puertas hacia afuera. Por decirlo de alguna manera, fue portavoz oficial en estos meses. El resultado, su vínculo se extendió hasta 2023.

Si su responsabilidad ya era alta, de aquí en adelante habrá un gro más. Dada la situación, el griego va a ser imprescindible en la confección de la próxima plantilla. Será el artífice junto a Manolo Rubia, al que se le pidió que volviera a hacer de arquitecto pese a que puede jubilarse en el próximo mes. Un verano donde tienen que tomarse muchas decisiones importantes, también con varios jugadores. Como las de Francis Alonso y Rubén Guerrero, dos canteranos que terminan contrato y con los que hay opción de ampliar. No han tenido mucho protagonismo con el entrenador heleno, aunque el veredicto debe ir más allá de estos 13 partidos con él al mando. Los dos malagueños son importantes en ese proyecto con base nacional que se venía construyendo desde hace un par de temporadas.

Cambia también el escenario para Katsikaris, que al llegar a mitad de campaña tenía el viento a favor. Ahora él será plenamente responsable del plantel. La mochila tendrá más piedras el curso siguiente. Y su intención, como siempre manifestó públicamente, es dotar de un físico del que adoleció. En cierta manera, desandar varios pasos y que la estructura se parezca más al Unicaja que quedó subcampeón de Copa del Rey. Hay siete jugadores con contrato y parece que ninguno de los que termina continuará. Deon Thompson ya es seguro que no. El que tiene alguna opción, aunque muy escasa, es Adam Waczynski. Le penaliza el vínculo de Bouteille y ya se comprobó que el puesto de alero no puede estar formado por ellos dos.

Un reto de gran calibre, pese a todo, para Fotis Katsikaris. Con el panorama que hay en Los Guindos la complejidad es grande. Y deportivamente hay que ponerle freno a una temporada dantesca. Él siempre ha mostrado públicamente su ilusión por comandar el nuevo proyecto en Málaga. Personalmente está encantado en la provincia, plenamente adaptado. Ahora tendrá que demostrar que está a la altura del desafío que tiene entre manos. La exigencia es muy alta.

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