El siguiente paso de Darío Brizuela
Katsikaris quiere que el vasco, máximo anotador del equipo, mejore en su toma de decisiones con el balón en las manos
Hay algunas derrotas que tienen el efecto revitalizador de una victoria. Salió reforzado el Unicaja de la Copa del Rey pese a caer con el Barça, al que forzó una prórroga. La idea de Fotis Katsikaris va calando y hubo una gran puesta en escena en un escenario gigante como el WiZink Center. Varios jugadores dieron un paso adelante, aunque el más evidente fue el de Darío Brizuela. Retumbó el nombre del vasco, con una actuación celestial ante un rival de enorme potencial y con unos especialistas defensivos de primerísimo nivel. Estaba iluminado el escolta, que terminó con 33 puntos y exhibiendo un repertorio de canastas amplio. Puro caviar. Hacía 30 años que no se veía una actuación de tal calado de un jugador nacional en esta competición, para dar perspectiva a su noche. Sólo Villacampa, Epi e Iturriaga superaron ese muro.
Brizuela es un jugador capital en el proyecto asentado en el grupo nacional que comenzó a construir el equipo malagueño con Casimiro. Su fichaje, en diciembre de 2019, se consideró un movimiento estratégico e incluso hubo un desembolso económico importante. Fue un bombazo en ese tiempo, que causó mucho revuelo en el baloncesto español. Ha desarrollado desde entonces su juego el de San Sebastián, que se amoldó a un contexto de más exigencia y menor protagonismo. Fue importante con el entrenador manchego y ahora lo es con Katsikaris. Es el que más anota de la plantilla entre ACB y Eurocup con 13.9 puntos, el más valorado (12.4) y el segundo que más juega tras Alberto Díaz, algo más de 23 minutos. Jugó todos los partidos de la campaña, 10 más que el base malagueño. Con contrato hasta 2023, sólo Yannick Nzosa tiene un vínculo más grande (2024), es internacional y pieza clave en la España de las ventanas. Su siguiente reto es entrar en el debate para las competiciones grandes, los Juegos Olímpicos los más cercanos.
Lo que el vasco exhibió frente al Barça es algo que puede esperarse de él. Puede diferir el acierto. No sorprende esa capacidad anotadora y esa variedad de recursos para meter puntos. Es su principal arma desde hace muchos años. Para llegar al siguiente nivel se le pide que amplíe su catálogo de herramientas. Sobre ello razonaba con acierto el técnico griego en la sala de prensa de WiZink Center. "Darío Brizuela hizo un partidazo en ataque, nueve pérdidas. Es un jugador que tiene mucho talento, por supuesto creo mucho en él, con el balón en sus manos es el partido en el que podía tomar unas decisiones para ser un gran jugador. Hay un proceso, ese proceso lo pagamos de esta manera. La gente que tiene el balón y puede crear y tiene la capacidad de anotar también tiene cosas que mejorar. De quedarse con el vídeo horas y horas, incluso el propio jugador sólo sin ningún entrenador. Ahí crece un jugador, madura. Darío tiene un talento enorme, y carácter y todo, no sólo talento", analizaba el de Níkea.
"Estoy con él desde el día uno. Le aprieto mucho baloncestísticamente para mejorar, para ser más exigente con sí mismo. Para que no se quede contento con una buena actuación. Hay muchas cosas que mejorar. A lo mejor él no sabe evaluar su talento porque es natural. Para ser un jugador completo, es un jugadorazo... nadie creo en Europa hasta hoy le metió al Barcelona así y cómo metió, de todas las maneras y colores. Contra todos, Saras le cambió todo lo que pudo. Bloqueo directo, uno contra uno, ayudas... Tenemos un jugador de un talento tremendo y para ser un jugador completo de verdad, un grandísimo jugador, tiene que trabajar mucho en esa toma de decisiones", ahondaba Katsikaris: "Mete tiros muy complicados porque tiene esa capacidad, pero no se queda feliz con esta actuación. Hizo con gran responsabilidad un gran partido y gracias a él tuvimos ese inicio y final. Yo tengo plena confianza en él para poner el balón en sus manos. Él tiene que estar más exigente que yo con sí mismo porque tiene un margen de mejora tremendo".
Finalizando es primer nivel, pero su siguiente paso es acercarse ahí en la creación. No tiene malos números de asistencias, 3.4 por partido, siendo el mejor exterior tras los bases. Pero después de Jaime Fernández (2.2) es el que más balones pierde por choque (2.0). Ese ratio de asistencia/pérdida es donde debe dar un paso adelante el escolta, que tuvo que jugar más minutos que de costumbre como uno esta temporada por la plaga de lesiones que afectó a Alberto Díaz, Jaime y Gal Mekel. Cuidar mejor el balón es el siguiente reto de Brizuela en ese proceso hacia ser un jugador de más calibre. El Unicaja ganará mucho en ataque, la amenaza será múltiple. Por ahí, además de seguir trabajando en la defensa, está el camino hacia el próximo escalón.
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