La telaraña del Unicaja (59-73)
El equipo malagueño vuelve a hacer un partido largo en el que poco a poco envolvió al Girona hasta devorarlo en un último cuarto poderoso
Mucho campo de mejora en el ataque estático
La película del partido
El Unicaja va construyendo su identidad y en Gerona ofreció pruebas de que la senda es la correcta. Con infinito margen de mejora en varios aspectos, como un ataque estático que en demasiadas ocasiones en indigesto y plastoso, pero con una solidez que no se ha visto en los últimos años en Málaga. Una victoria no cómoda pero sí amplia al final (59-73) en la pista catalana ante un equipo que fue empequeñeciendo progresivamente. El bloque de Ibon Navarro fue ganando cada cuarto y extendiendo su dominio. Como sucedió en Sassari o ante el Gran Canaria, el último cuarto fue demoledor. Es la inversión en rotaciones que hace el técnico vasco para llegar frescos al final más las propias cualidades de la plantilla. Y parece que los jugadores van asimilándolo, que salvo en algunos casos no hay la ansiedad de producir y tener protagonismo hasta que llega.
La línea de flotación la marca una defensa de altos vuelos, con un plus físico que a equipos de zona media-baja, como el Girona, les cuesta igualar. El dominio del rebote fue abrumador (27-46), con un Augusto Lima colosal, primero en la defensa para desactivar a Marc Gasol y después convirtiéndose en un ogro para barrer todo lo que había suelto en la protección del aro. Tres tapones casi seguidos en el segundo tiempo terminaron de intimidar al Girona, ya dudoso para atacar el aro malagueño. Mezcló buenos minutos con Ejim para terminar de desesperar.
Llegó la victoria, pero el partido comenzó torcido para el Unicaja. Un golpe de Taylor sobre Alberto Díaz dejaba KO al malagueño, que emanaba abundante sangre por la nariz. Estaba bastante mareado y ya no volvería a jugar hasta la segunda mitad. Así que Perry tuvo que actuar antes de lo esperado. Y no está el montenegrino de adopción en un momento alto de confianza. El Unicaja apenas metió dos canastas en estático en el primer cuarto, pero ello le valió para irse arriba en el marcador (13-15). Los dos equipos eran máquinas de perder balones (11 de los malagueños al descanso) y de fallar tiros (33% en los locales y 43% de los visitantes en lanzamientos de campo).
Augusto Lima hacía un notable trabajo encima de Marc Gasol, desactivándolo en algunos ataques e impidiendo que interviniera en la creación. Los arrebatos de Quino Colom eran peligrosos en el equipo rival, aunque el Unicaja parecía tener una barrera de seguridad con su capacidad defensiva, en la que daba unos mínimos altos, también con varios errores impropios de los catalanes. Pero es verdad que el ataque estático cajista ofrecía una imagen preocupante. Paradójicamente, los mejores minutos salieron con Tyson Carter como base. Metió un par de triples y dio un par de pases no culminados por sus compañeros, pero en esos momentos el cuadro cajista se marchaba hasta los nueve puntos de renta (21-29). Un tres más uno concedido por un bastante desacertado Kalinoski volvía a meter a los gerundenses. Al descanso, la distancia entre los dos equipos se comprimía (28-31). Quedaba la sensación de que corrigiendo un par de aspectos del juego el Unicaja podía romper el encuentro.
En la segunda mitad, el equipo malagueño mantenía el ritmo. Seguían las pérdidas, pero cuando se enlazaban un par de triples, ocurrió un par de veces, el listón se elevaba demasiado ante un Girona sin muchos recursos mientras Lima se agigantaba e intimidaba a todos los rivales, interiores y exteriores. La vuelta de Alberto Díaz confirió serenidad y saber estar. Osetkowski daba puntos con triples puntillosos y oportunos. Kalinoski, negado en el tiro, era el máximo reboteador y asistente. Kravish, sin continuidad en el partido y enojado con los árbitros por las faltas, aparecía para meter siete puntos seguidos en el último cuarto y romper definitivamente el partido (54-68).
La sensación es que algo serio va cuajando en el Unicaja. La competición pondrá los límites y viene una semana interesante con los duelos ante Dijon y Joventut. En Gerona volvió a ganar tejiendo una telaraña de la que hasta ahora sólo han escapado los equipos de Euroliga. Poco a poco va envolviendo a los rivales y macerándolos hasta que los envuelve con el transcurrir de los partidos. Se deben pulir muchas cosas, pero en octubre se ve el horizonte con más luz.
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