Los tres temores de los jugadores para volver a jugar

Entre los jugadores de baloncesto las opiniones sobre regresar para completar la temporada o no están divididas. Es cierto que el regreso al trabajo, dentro de las medidas de seguridad, ha elevado el ánimo de la tropa. En el Unicaja, Alberto Díaz y Carlos Suárez han hablado, en declaraciones distribuidas por el club, de sus ganas de volver a jugar partidos.

A nivel Euroliga hay más objeciones. Según las informaciones filtradas sobre la reunión del sábado entre jugadores y la Euroliga, la opinión casi unánime de los jugadores era no retomar la competición y la Eurocup, algo que se decidirá este lunes. Eurohoops informó de una encuesta de la ABP, aunque despúes fuera desmentida por la asociación de jugadores, de un rechazo mayoritario. En el Unicaja había equilibrio.

En una entrevista en Las Provincias, Jaume Ponsarnau, entrenador del Valencia Básket, refería los principales temores que tenían los jugadores para retomar la competición, categorizándolos en tres. "Lo que estamos gestionando son tres clases de miedos con los jugadores y algunos tienen los tres. El primero es el del contagio y dentro de este tema están más preocupados de no contagiar a gente cercana que a infectarse ellos. Muchos nos hablan del miedo a contagiar a la familia. El segundo es el de la lesión al tener que prepararse para jugar una competición exprés y muy exigente después de estar mucho tiempo encerrado. Ese miedo es grande. El tercero es contractual porque los jugadores que no tienen contrato asegurado para la próxima temporada se exponen ahora a un riesgo, ya sea el virus, una lesión o a rendir mal después de tanto tiempo parados. Está preocupados", resumía el técnico catalán sobre los miedos que tienen los jugadores. Según confirman varios jugadores de la ACB en privado, unos pesan más que otros, pero es un buen resumen de lo que les preocupa.

El parón de la competición, evidentemente, frena los ingresos y ello ya repercutió en el sueldo de los jugadores, renegociados. Un parón más largo implicaría un descenso aún mayor y puede que un recorte obligado de las retribuciones.