La temporada alta de Alfonso Sánchez

Disfruta de un verano cargado de trabajo en The Embassy, donde frecuentan cada vez más jugadores de élite: Sabonis, Perry, Ejim o Dimitrijevic, algunos que han acudido por ahora al malagueño

"No me considero un entrenador, sino un jugador que trata de ayudar a otro jugador", insiste en Málaga Hoy

En paz con el baloncesto

Alfonso Sánchez, durante una sesión de trabajo
Alfonso Sánchez (derecha), durante una sesión de trabajo / M. H.

Alfonso Sánchez Delgado (1987) volvió a conectar con el baloncesto. Tras retirarse como jugador en 2020, carrera deportiva repleta de angustia por las lesiones, el malagueño se va construyendo un prestigio como entrenador de técnica individual, con un volumen de trabajo que aumenta en los meses de verano, el periodo donde los jugadores aprovechan para pulir cosas. Tiene las llaves de The Embassy, imán potentísimo y un aula de enseñanza privilegiada; pero los jugadores quedan fascinados con el método del malagueño, viviendo una "época de esponja por todo lo que me encuentro. Tengo la oportunidad de que por aquí pasan jugadores profesionales, ellos aprenden de mí y yo de ellos. No me considero un entrenador, sino un jugador que trata de ayudar a otro jugador. Intento transmitir todo el rato que no soy un entrenador, que no me vean en ese lado, porque cuando era jugador yo miraba a los entrenadores de forma diferente. Soy un jugador que intenta ayudar a jugadores, y dentro de esa función de entrenador de desarrollo, o técnica individual, pues me gusta que mi relación con el jugador sea muy buena. Por eso digo que los jugadores hablamos un idioma diferente. He consumido las rutinas y todos los ejercicios, sé que alguno en concreto cuesta un poco más, ahí meto menos repeticiones, o sé que si el jugador hace dos ejercicios seguidos de una cosa concreta, pues posiblemente me van a decir 'Tío, te estás pasando'. En ese sentido, voy jugando con eso", explica el malagueño en Málaga Hoy. En las próximas semanas se pasarán jugadores NBA por El Higuerón, extra de trabajo. El año pasado coincidió con Aaron Gordon, escudero de Jokic en los Nuggets; a comienzos de junio, Scoot Henderson, número tres del Draft de 2023, ahora en los Blazers. Y los que vendrán.

Scoot Henderson (izquierda) en The Embassy
Scoot Henderson (izquierda) en The Embassy / M. H.

Mientras, el teléfono no para de sonar, pero sonríe. Jornada laboral que arranca con frecuencia antes del amanecer. El día de esta entrevista, a las 6:00 horas. "Es mi temporada alta. El jugador aprovecha este mix perfecto que hemos creado aquí, el estar en la Costa del Sol, en verano, de vacaciones, con una instalación como esta, buen tiempo, la comida, una temperatura espectacular. Y el jugador pues quiere venir aquí. Esta mañana he tenido a dos jugadores: Tiki (excanterano del Unicaja), hijo de Valeri Tikhonenko, ha estado trabajando conmigo; y también Nenad Dimitrijevic, que acaba de fichar por Armani Milán, hemos sacado alguna sesión. Es lo que me espera en las próximas semanas. Llevo desde comienzos de junio con varios jugadores. No olvidamos nuestro lado formativo, nuestra gente joven, jugadores de cantera y formación a los que metemos mucha caña, tratando a esos jugadores que quieran crecer en verano. Es una de las cosas que estamos empujando, cambiar esa mentalidad, de que en verano hay que seguir trabajando y formándose, eso que tienen tan dentro en Estados Unidos pero que en Europa nos cuesta trasladarlo. Queremos que los chicos sepan desde pequeño que hay mucho tiempo en verano para trabajar, el día tiene muchas horas y que se puede mejorar", relata. Y un chip de jugador que no se va, conlleva un proceso hacer esa transición. "Lo soy aún. También que trabajo de forma individual, yo trabajo con uno, dos, tres, a lo mejor ocho como mucho; pero nunca gestiono una competición ni un vestuario. No estoy preparado para ello y creo que nunca lo voy a estar. Ese es el lado oscuro. Esto de la técnica individual me gusta mucho, esa función de entrenador de desarrollo es una pasada, trato de disfrutarlo mucho. Me pongo a defenderlo, me pongo a pegarle. Esta mañana con Dimitrijevic por ejemplo hemos hecho un entrenamiento espectacular. Acaba la sesión y me dice 'Qué guapo, tío', comentándome las rutinas que le gustan. 'Este año en Unics Kazán, tenía un entrenador que hacíamos esto; hostia, pues esto está guay', escucho y lo modificamos. Soy una esponja y voy cogiendo información de todo el mundo. Mis rutinas y mi toque, generando mi propio contenido", detallaba.

Arvydas y Domas Sabonis, con su equipo de trabajo.
Arvydas y Domas Sabonis, con su equipo de trabajo. / M. H.

Domantas Sabonis, durante sus vacaciones y como preparación del Preolímpico, trabajó con Alfonso Sánchez, ya un alumno asiduo y una amistad que se ha construido. Habla de cómo es trabajar con alguien de esa dimensión. "Una pasada. Este tipo de jugadores vienen con su equipo, con los que he tenido la oportunidad de trabajar, Doug Christie y Leandro Barbosa, dos jugadores de NBA espectaculares, que vienen a aportar sus propias experiencias, rutinas y ejercicios... Es algo increíble verles trabajar de cerca, todos los ejercicios que hacen y el cómo, la forma en la que tiene estructurada ese trabajo, el cómo se trasladan a la competición esas situaciones, para que dentro de tres meses cuando empiece la NBA sepa el lado para jugar el mano a mano ante un rival. Es espectacular cómo enfocan este trabajo, y sobre todo la capacidad de Domas par trabajar y entrenar a este nivel. Un jugador de ese nivel debe tener claro qué gestos gasta durante los partidos, repetir en ellos e insistir, situaciones reales; vas constuyendo diferentes rutinas en base a lo que vas a consumir en la competición. ¿Cuántos mano a mano va Domas a la izquierda? Un 90%. ¿A la derecha? Menos. Entonces vas enfocando el trabajo en ese sentido. Sí que es verdad que los entrenadores de desarrollo, lo que intentamos hace todo el rato, es hacer sentir al jugador como una especie de superhéroe. Los entrenamientos en verano tienen que motivarte, que sirvan para un plus de confianza y que el jugador se va a su casa pensando que ha hecho un buen trabajo, encontrando sus herramientas; con Domas o cualquiera, trabajar esas cosas que durante la temporada no se pueden trabajar, entonces es el momento de sensaciones nuevas, rutinas nuevas, ambas manos, trabajo de piernas, etc.". Reflexiona Alfonso del ascenso que ha tenido el lituano. "A priori, por la evolución que tuvo en Málaga, se suponía que en algún momento iba a explotar, pero esa eclosión que ha tenido ha sido espectacular. Es fruto de la constancia, dedicación, ser un tío muy disciplinado. Ha tenido su oportunidad y la ha aprovechado. Hizo su ciclo universitario en Gonzaga, dos temporadas muy buenas, y en los equipos NBA donde ha estado siempre ha ido creciendo, yendo a más, hasta convertirse en jugador franquicia en mayúsculas. Sacramento apuesta fuerte por él, ahora es el que manda en el equipo. Es muy difícil de predecir si un jugador va a romper el techo como lo ha hecho Domas. Pero él siempre ha tenido esa estrutura, todo lo necesario, para tarde o temprano algo que llegaría".

Perry, otro jugador que trabajó con Alfonso Sánchez
Perry, otro jugador que trabajó con Alfonso Sánchez / M. H.

Y jugadores del Unicaja. Kendrick Perry y Melvin Ejim también acudieron al malagueño. "Con KP quería prepararse antes de irse con Montenegro, entrenamientos cortos con volumen de tiro, lo normal al acabar la temporada; también una forma de quitarse el mal sabor de boca del Unicaja, cambiar el chip. Sí que es verdad que el trabajo con Melvin fueron más sesiones, más conciencudo. Canadá ya tenía la clasificación para París, no tenía que jugar Preolímpico, y sabía que iba a ser un fijo en la lista final para París, entonces sí que es verdad que hicimos un trabajo con él más duro en lo físico, en cuanto a sensaciones, y yo muy agradecido a trabajar con este tipo de jugadores, que me den la confianza más jugadores. Y con el objetivo de no olvidarme nunca de la formación de los jóvenes, que todo lo que aprendo todos los días con jugadores profesionales lo transmito a los chicos de formación", reitera Alfonso Sánchez.

"Me gustaría mucho poder ir a Estados Unidos a formarme con los mejores entrenadores de desarrollo del mundo. Sería una pasada. Poder creciendo en ese sentido. Por otro lado, ya estoy viviendo un sueño, que es poder transmitir todo lo que he vivido con mi experiencia. Al final me considero bueno en lo que estoy haciendo porque he tenido dos lesiones de rodilla muy importantes, sé cómo es el proceso de entrenar solo, sé cuál es el proceso de volver a hacer una cosa otra vez; he tenido una lesión muy importante en la mano, que me ha llevado a reinventar mi tiro, las sensaciones con el balón en las manos. Todo ese proceso nadie lo ha vivido, solo yo. Vivir todo eso hace que sepa cómo conectar con el jugador, las rutinas que vienen mejor y peor. Todo por la mala suerte que he tenido, que trato de convertirlo en buena suerte; le doy un sentido a todo. Me siento muy gratificado al poder ofrecer a los jugadores profesionales y jóvenes todas estas herramientas que he ido adquiriendo con el paso del tiempo, a través de mis lesiones y la formación que he adquirido estando aquí. Y luego, con lo que comentaba antes, tengo la oportunidad de trabajar con Doug Christie, Leandro Barbosa, todos los entrenadores que vienen con sus rutinas durante todo el verano, yo cojo cosas con ellos, intercambiamos información y rutinas; estoy adquiriendo una formación privilegiada, todo el rato. Es una pasada ir cambiando mi visión de las cosas", reflexionaba.

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