El torbellino Kendrick Perry: "Sientes que tienes a toda Málaga detrás"

Uno de los líderes espirituales de este Unicaja que ilusiona y sueña con ganar la Final Four de la BCL explica las claves de la temporada pero advierte de que "no podemos ponernos toda la presión en los hombros"

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Kendrick Perry, la entrevista en fotos
Kendrick Perry posa en La Misericordia con la bufanda de la Final Four. / Javier Albiñana

Kendrick Perry (Florida, 1992) es el jugador más bajito (1.83 metros) este Unicaja ya inolvidable, pero es complicado ganarle en carisma y también en impacto. Es el hombre que más juega y tiene un liderazgo innato que mezcla con españoles y americanos. Después de media hora de charla, la sensación que queda es que es un tipo especial, con la cabeza muy buen amueblada y que ha encontrado su "hogar" en Málaga, como explicaba en su renovación por dos temporadas con opción a otra. La cita es en la Playa de la Misericordia. Aparece con su flow, posa con paciencia y amabilidad para las fotos en un lugar que le recuerda a su Florida natal y, antes de la Final Four de la Basketball Champions League, repasa su trayectoria antes del ilusionante fin de semana que se presenta. Se atreve con frases en español y va entendiendo cada vez más, síntoma de que su integración va sobre ruedas.

"Juego al baloncesto desde que tengo uso de razón. Mis padres me llevaron a mí y mi hermano a un centro deportivo local, cerca de mi casa. Y ahí yo jugué a todos los deportes: baloncesto, béisbol, fútbol americano, soccer... Pero era el baloncesto sobre lo que gravitaba todo. Siempre era el más pequeño en la pista y tuve como el peso en los hombros de que tenía que probar algo más y eso me hizo ser más responsable y maduro. Es como un chip que aún todavía hoy llevo encima. Pero tan lejos como puedo recordar, estuve enamorado del baloncesto", explica como declaración de intenciones cuando se le cuestiona por sus orígenes con la pelota naranja y también sobre cómo influye en su comportamiento en la pista, al tiempo que recuerda cuándo tuvo consciencia de que podía ser un jugador profesional: "En algún momento de mi carrera universitaria. Diría que después de mi segundo año quizá. Tuve cierto éxito en el baloncesto universitario y veía que mi nivel de juego contra tipos de muy buen nivel se iba elevando. Tú sabes, para un chico de Estados Unidos, el objetivo es la NBA. En ese momento, jugar en Europa no estaba en mi mente, honestamente. Pero las cosas funcionaron como funcionaron y no lo cambiaría por nada".

Inicios con Larkin y Wilbekin

Hay una coincidencia curiosa que es difícilmente repetible. Kendrick Perry creció jugando con dos estrellas de la Euroliga, Shane Larkin y Scottie Wilbekin, uno en el Anadolu Efes y otro en el Fenebahce ahora. Curiosamente, los dos con nacionalidad turca y que han representado al país, como el base cajista a Montenegro. "Crecí en Orlando, como Shane. Scottie lo hizo en Gainesville, que no es Orlando pero está muy cerca. Hubo un momento en el que el equipo de Shane y mío ganaba siempre al de Scottie y al año siguiente se vino con nosotros (risas). Teníamos 11-12 años. Desde entonces siempre tenemos una relación constante. Si nos dicen que 20 años después íbamos a estar los tres jugando al máximo nivel en Europa en el deporte que amamos... Es algo de lo que hablamos siempre cuando nos vemos, es algo especial. Hablamos durante la temporada. Ahora Shane vive en Miami y Scottie y yo tenemos casa en Orlando, pero la comunicación es constante y nos vemos cuando podemos", reseña con naturalidad sobre su relación con dos cracks de la canasta.

"Para mí, individualmente, el buen tiempo y la buena comida ayuda. Pero al final esto se trata de la pista. Y en la pista he sentido un click muy rápido, de que todo cuadraba", explica Perry sus sensaciones sobre lo que está viviendo en Málaga: "El staff, los jugadores, la dirección... Hemos encajado todos de manera perfecta. Tú realmente nunca sabes cuando formas un equipo nuevo cómo va a funcionar todo. Puede salir bien, mal, momentos buenos, momentos malos... Es impredecible. Yo he encontrado estabilidad en este proyecto, para mi mujer es el mejor lugar en el que puede estar para hacer su vida. Yo me quedo tranquilo cuando tengo un viaje largo porque ella puede hacer su vida, hacer cosas distintas, estar cómoda. Mi mujer también es de Florida y en términos de comida y tiempo está como en casa también. El éxito del equipo ayuda, seguro, no puedo engañar, pero sí es verdad que siento que hemos encontrado en Málaga algo diferente a lo que habíamos tenido en toda mi experiencia anterior en Europa. El club apostó por mí en su proyecto, de verdad, y yo sentía que debía de comprometerme no sólo con el Unicaja sino también con la ciudad de Málaga. Y espero seguir consiguiendo grandes cosas".

Kendrick Perry posa en La Misericordia.
Kendrick Perry posa en La Misericordia. / Javier Albiñana

¿Y cómo se crea esa química especial que desprende este equipo? "No surge de la noche a la mañana", recalca Perry: "Es nuestro primer año juntos y aún estamos aprendiendo cosas nuevas del otro cada día, tanto dentro como fuera. Es un grupo especial. Los 14 o 15 jugadores estamos en la misma página, hacemos los sacrificios necesarios porque el equipo está por encima de todo. Es verdaderamente especial cuando el de al lado tuyo da más y te obliga a más. Y cuando ganas un título quieres más, es un gran sentimiento, quieres más, es como adictivo. Nadie se preocupa por los números. Y estamos en una situación en la que los tíos podían ser egoístas, mirar por sus números. Ves a un jugador como Will Thomas, con tantos de experiencia al máximo nivel de Euroliga. Otros hemos probado a la Euroliga, como Tyson, Dylan o yo, pero no continuamos ahí y podría haber ese sentimiento de intentar brillar tú para volver, pensar primero en su carrera. Sería muy fácil pensar en ti primero. 'Tengo que hacer estos números, llegar a tantos puntos, tengo que subir de nivel...'. Pero el staff hizo un gran trabajo y nosotros hemos comprendido que si ganamos todos juntos podemos llegar a los objetivos que cada uno tenemos. Es el mensaje sobre el que nos movemos a lo largo de toda la temporada".

Liderazgo: Thomas, Carter, Darío, Alberto...

Will Thomas. Si Perry es un líder vocal, el de Baltimore lo es silencioso, pero es "extremadamente importante", insiste el base cajista, que ejerce de hilo conductor entre las diferentes personalidades que hay en el vestuario: "Siempre le estamos haciendo bromas sobre que es el hombre mayor. Necesitas esa calma, esa experiencia, esa comprensión del juego. Cuando el partido está caliente en un momento clave, sabes que le das la bola y sabe qué hacer con ella. Él no habla mucho, pero cuando él habla todo el mundo se calla y escucha y él marca el camino. Cuando tienes dudas, le das el balón y te quedas tranquilo. Son tantos años y situaciones en las que él ha estado que transmite calma. Ha habido partidos en los que no ha salido hasta la segunda mitad. Eso no es fácil para un jugador, entrar con un ritmo de partido que no has tenido antes. Él sigue concentrado, tiene mucho mérito, no va a hacer sus números sino a ganar el partido. Producirá lo que haga falta para ganar el partido".

Y del mayor al benjamín, Saint-Supéry aparte. Tyson Carter, aún un chaval que ya fue MVP en la Copa. La llegada de Perry desde el Eurobásket cambió completamente al joven de Mississippi, hasta entonces un poco desubicado. "Es como un hermanito pequeño. Veo su potencial, veo lo que puede ser y lo que él quiere ser. Tenemos muchas conversaciones. Hemos hablado mucho de lo que supone jugar como base, yo intento ayudarle con mi experiencia como jugador. Intento ayudarle en todo lo que puedo para que suba al siguiente nivel como jugador. Yo le empujo para que se quede, estoy todo el día diciéndoselo", bromea Perry sobre la posibilidad de que el jugador resuelva su contrato con el Zenit y se quede en Málaga: "Ojalá todos los chicos estemos el año que viene, sería grande. No, en serio. Esto no deja de ser un negocio. Tyson tiene que cuidar de sí mismo y su familia. Tiene que evaluarlo todo. Haga lo que haga, siempre tendrá mi teléfono para lo que necesite. Es un gran chico".

Kendrick Perry, en la entrevista.
Kendrick Perry, en la entrevista. / Javier Albiñana

La mezcla con el bloque español, especialmente Alberto Díaz y Darío Brizuela por su ascendencia, es también otra de las claves para el base de Florida. "Su experiencia en la ACB es básica. Tenemos un equilibrio entre jugadores que estuvieron aquí y otros que no estuvimos. Ellos están familiarizados con la Liga y también con ganar al alto nivel. El oro con España en el Eurobásket fue tremendo. Venir de allí con ese título yo creo que no sólo les ayudó a ellos sino a todo el grupo porque hablamos de los buenos hábitos. Ellos han tenido la oportunidad de estar al lado de jugadores muy talentosos, con carreras muy exitosas, todos esos jugadores de la selección española. Pueden compartir su experiencia al lado de esos tíos. Yo también estuve en ese Eurobásket y sé lo difícil que es manejarse en ciertas situaciones. Tienen mucho impacto en el equipo", elogia Perry sobre lo que suponen los dos capitanes cajistas.

"Lleva tiempo. La experiencia es la mejor maestra", reflexiona Kendrick Perry sobre su maduración como jugador, que parece que llega a su punto culminante a sus 30 años. "He estado en situaciones exitosas, en otras no diría que fracasé pero no triunfé. Aprendes de todo. Ese año en Atenas en el Panathinaikos, por ejemplo. Tienes que admitir las cosas como vienen y seguir empujando. Es algo que mi madre nos metió en la cabeza a mí y a mi hermano desde muy pequeños. La vida te pondrá obstáculos. Tienes que sortearlos y seguir peleando".

El plan de Ibon

Ibon Navarro es la piedra angular de lo que está consiguiendo el Unicaja. Escuchar hablar a los jugadores del técnico vasco ayuda a explicar el éxito conseguido hasta la fecha. "El feeling es impresionante. Uno de los mejores, si no el mejor, entrenadores que tuve, seguro. Sabe muchísimo sobre el juego pero lo que más aprecio de él es cómo es capaz de conectar con cada jugador individualmente. Lleva el grupo muy bien, pero tiene esa capacidad de entrar en la cabeza de cada jugador dentro y fuera de la pista. Puedes hablar con él del juego y las tácticas, pero también de la vida, que es algo que está por encima del juego. No es fácil eso, conectar con cada tío del vestuario. La afición dice "Ibon tiene un plan" (repite en perfecto castellano). Si lo tiene o no no lo sé, pero las cosas salen bien (risas). Estoy muy feliz de que sea mi entrenador los próximos años", desea Perry.

El reto de la Final Four, empezando por el Bonn

"Es muy excitante jugar un título delante de tu público, pero no tenemos que ponernos toda la presión en nuestros hombros", advierte Perry sobre lo que se avecina este fin de semana en el Carpena. Es difícil, llevamos una temporada muy exitosa, tenemos la oportunidad de hacer algo muy bueno. Los chicos van a jugar al mejor nivel posible, pero tenemos que ser nosotros, pensar en lo que nos ha llevado a llegar a este nivel. No hay necesidad de ponernos presión extra. Somos conscientes de lo que somos capaces, sabemos quiénes somos, contra quién jugamos. Tenemos que centrarnos en lo que podemos controlar nosotros. Es una gran oportunidad para dar una alegría no sólo al Unicaja sino a toda Málaga".

Kendrick Perry, en un posado.
Kendrick Perry, en un posado. / Javier Albiñana

"No lo conozco personalmente. Honestamente creo que será el MVP de la competición, lo que ha hecho no sólo en la BCL sino en la BBL también tiene mucho mérito", relata Perry sobre la figura del Bonn, TJ Shorts: "La están partiendo durante todo el año, a un nivel tremendo. Es un gran reto para mí enfrentarme a él. Como competidor siempre quieres jugar contra los mejores. Me tomo el reto en serio. Pero no será sólo TJ Shorts, esto no es algo individual, no depende sólo de él. Mi deber es ayudar al equipo en lo que necesite para ganar".

La conexión con la afición ha sido otra de las fortalezas del Unicaja, que sólo perdió en casa ante Madrid, Baskonia y Barça y con el Sassari en un partido intrascendente de BCL. "Lo sientes, partido a partido. Hay algo que me gusta de la afición de Málaga y es que sabe perfectamente cuándo apretar, cuándo necesitas ese apoyo, lo percibe y nosotros lo sentimos en la pista. Y ha sido así toda la temporada. Para nosotros fue muy emocionante ver a tanta gente de Málaga en Badalona. Para un jugador es muy importante tener esa comunión con la afición. Tienes la sensación de que toda Málaga está detrás tuya. Es algo que sólo podemos agradecer", se emociona Perry, que ve cómo este grupo de jugadores está cerca de hacer algo más grande, sea ahora o en las temporadas venideras: "Seguro, hablamos de familiaridad. Es lo más grande, tipos que no nos conocíamos antes y que hemos construido este equipo. No podíamos separarnos después de este año. Para mí, tener esa sensación de saber con quién voy a ir a la batalla cada noche a jugar y saber que no no van a fallar es muy importante. Esperemos disfrutarlo al menos estos dos años. El trabajo no se ha acabado...".

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